La vida es un carnaval
Acababa de comenzar el año de 1761, en concreto era un 23 de enero, y un tal Señor Bouin depositaba en la "Cámara Real de Libreros e Impresores" de París su recopilación musical titulada de «Les Amusements d’une Heure et Demy». Entre las piezas que la conformaban estaba la partitura de un "entretenimiento campestre variado", para dos instrumentos y sin letra alguna que llevaba por título «Ah! vous dirai-je maman». La pieza era una extremadamente simple melodía, muy fácil de memorizar, en la que no constaba ninguna indicación sobre su origen (original, popular, recopilación folclórica,…).
No fue hasta 1774 que el musicólogo, compositor y flautista francés Charles De Lusse en su segundo volumen de sus "Recueil de Romances" publica la melodía, esta vez con letra, sacada de "La Confidence naïve" (poema anónimo[1] del mismo año) y se hace muy popular. El texto narra las tribulaciones de una joven que, enamorada, le cuenta a través de cartas a su madre sus sentimientos y como debería actuar ante ellos. La sensualidad, en el limite de lo que hoy inocentemente llamaríamos "picante", de la canción es su principal característica.
Charles De Lusse - Ah! vous dirai-je maman (Volumen II de "Recueil de Romances")
La familia Mozart en su gran tournée europea de exhibición (1763-1766) visitó París, el centro musical más importante de Europa en aquella época y también una ciudad de gran poder, riqueza y actividad intelectual. Un Mozart de 7 años junto a su hermana Nannerl (12 años), no sin inoportunas coincidencias que amenazaron con llevar a traste toda la visita, hicieron las delicias de la corte de Versalles. Una placa en el Hotel de Beauvais rememora la estancia de seis meses (noviembre de 1763 a abril de 1764) de toda la familia en su camino a Londres.
A la vuelta de Londres, la familia volvería a pasar dos meses más en Paris (junio-julio 1966) en los que no dieron ningún concierto. El 9 de julio, la familia se marchó de París para, tras tener escalas en Dijon, Lyon, Ginebra, Zurich y Munich, regresar a Salzburgo.
No sería la última visita de Mozart a la ciudad ya que en 1778. En aquel año Mozart no era ya un niño, tenia 21 años, por lo que sus aspiraciones no podían ser las de sorprender a la audiencia con sus habilidades como "niño prodigio". A diferencia del primero su padre y su hermana se quedan en Salzburgo y viaja solo con su madre. Desgraciadamente en este segundo viaje se produce la muerte inesperada en la ciudad de su madre y el inicio del distanciamiento de Amadeus de su padre Leopold.
Posiblemente ya en la época de su primer viaje a la ciudad de París, el joven Mozart pudo conocer esta melodía (sin letra) pero todo parece indicar que fue más bien en su segundo viaje a la ciudad y con la letra añadida por Charles De Lusse, cuando decidió hacer algo más. En el año de 1778 (mientras estaba en París) Mozart compone sus «12 variaciones para piano sobre "Ah! vous dirai-je maman"» KV 265 que serán publicadas en Viena en 1781. Posiblemente formaría parte de los ejercicios para sus alumnos de piano en la ciudad.
Mozart- 12 variaciones para piano sobre «Ah! vous dirai-je maman», KV 265
Tema con variaciones.
La formula musical "tema con variaciones" consiste en una serie de piezas breves que se interpretan de manera ininterrumpida, de tal manera que la primera de las piezas contiene el tema, sobre el que se va a realizar las sucesivas variaciones (a menudo una canción). La principal característica de este tema es que debe ser muy conocido (o en su defecto fácilmente memorizable) por el oyente, ya que la inventiva de las variaciones radica en dotar al oyente de la capacidad de reconocer el tema principal en cada una de ellas. Las variaciones son, por tanto, unas multiples y meras repeticiones del tema presentado, pero "disfrazado" , es decir transformado en cada variación[2].
La técnica de la variación consiste en variar uno o más de los elementos de una pieza musical. Muchas veces se trata tan sólo de adornar la melodía con más notas (variación melódica). Otras veces se modifica el ritmo de la obra original (variación rítmica). En ocasiones la armonía es también transformada (variación armónica). En definitiva, el tema es sometido a diferentes una serie continuada de "mutaciones", aunque siempre debe conserva la esencia de la pieza original, ya que, insisto, el oyente debe poder identificar con relativa facilidad que se trata precisamente de eso, de una variación sobre un tema que previamente conoce.
Al igual que el rondó la estructura no avanza, pero al menos esta última gira sobre si misma constantemente ("rondó" en definitiva significa "girar", "rodar"). El tema con variaciones simplemente hace un catálogo de disfraces del tema principal para que el oyente sepa distinguir entre original y copia disfrazada. Los temas no se enfrentan, se relacionan o desarrollan hasta alcanzar una forma final o definitiva, como por ejemplo puede suceder en la forma sonata, simplemente se exponen casi quirúrgicamente.
En definitiva, la formula tema con variaciones es una forma de educación auditiva que nos permitirá, eliminando lo superfluo, identificar el tema original que se puede equiparar a lo esencial ya que de este perdurará en todas las variaciones siempre los rasgos básicos que le definen. Un buen entrenamiento del oído. Aspecto que nos será vital ya que la educación de nuestros sentidos es calve para para distinguir la realidad
Tema con tres variaciones: la crisis no resuelta, sino disfrazada.
Una de las mayores evidencia de la falta de recuperación económica desde la crisis del 2007 es el retorno del populismo (identificando un enemigo exterior que nos impide la consecución de nuestros sueños legítimos) y de su primo hermano el proteccionismo (defendiendo, entre otros, tanto la limitación de la movilidad geográfica de los trabajadores como de la libertad de mercancías) en los discursos políticos. Todo el aparato estadístico ha fracaso estrepitosamente en darnos una idea mínimamente seria de lo que esta ocurriendo en la REALIDAD (con mayúsculas) y se ha empeñado en hacer justamente lo contrario: dibujar una realidad (en minúscula) alternativa o disfrazada.
Desde el Brexit pasando por la elección de Donald Trump hasta la crisis soberanista en Cataluña, tiene un claro factor en común: el miedo al "mundo del mañana" y cuyo corolario es la deriva populista de la población. La necesidad de aplicar medidas de ajustes a un mundo que desaparece, está en la raíz de todos los problemas actuales. Pero debemos entender que precisamente entramos en crisis porque no podemos seguir como estábamos. Sin embargo, la innata resistencia al cambio de la población, provoca un deseo de identificar recuperación, con mantener vivo un modelo que no aguanta. Esta lucha entre lo nuevo que no acaba de nacer y lo viejo que, alargando absurdamente su agonía, no acaba de morir deriva siempre en una fantasia de infantil de retorno al pasado.
Las mal llamadas políticas de austeridad no son más que la eliminación de privilegios que no son admisibles en el nuevo paradigma. Estos privilegios ya anacronismos solo pervivirán si sostenemos el "mundo de ayer". Pero no es posible. Identificamos recuperación con alargar la agonía de lo viejo. Pero sigue siendo imposible ya que tarde o temprano, ha de morir. Se puede discutir que estas políticas de ajuste ("de austeridad" o "austericidio") están mal diseñadas pues priman, injustamente, a unos sectores sobre otros. Pero no deberíamos discutir que es necesario un cambio.
Disfrazamos una crisis no resuelta con una serie de variaciones que, como la forma musical tema con variaciones, aparenta moverse pero en realidad presenta muy escasos avances. Si el tema principal es la crisis, la serie BrexiTrumProcess (como irónicamente nos la presenta siempre pisitóficocreditofagos) no son más que cada una de las variaciones (en cocnretos ería la tercera tras el Brexit y la elección de Trump como presidente americano) a las que asistimos desde que la crisis estalló con toda su virulencia.
El auge electoral nacionalistas tanto de derecha como de izquierda (en algunos casos de ambos signos en un mismo país) en Francia (Marine Le Pen o Jean-Luc Mélenchon), Reino Unido (Boris Johnson, Nigel Farage) o los movimientos soberanistas/separatistas en las regiones ricas (Cataluña, Norte de Italia o valle del Po/Padania, California,...) no son más que un disfraz, en muchos casos aparentemente elegante, de aquellos que tiene miedo al cambio.
Curiosamente, lo falso nuevo también se ha disfrazado. Muchos de los movimientos que aparecen de nueva política, de recuperación de la democracia, o que juegan con el binomio maniqueo demócrata/fascista, no solo la mayor de la veces están en las antípodas de lo que ilusamente defienden sino que, vistos desde una perspectiva más global, no son más que la una variación con la que el "viejo mundo" se plantea sobrevivir.
Celia Cruz- La vida es una carnaval
El disfraz es consustancial a la realidad. La REALIDAD la percibimos a través de los sentidos. De ahí que unos sentidos bien educados se convierten en un instrumento ideal para saber distinguir lo superfluo de lo esencial. Las buenas manifestaciones artísticas son un buen entrenamiento para todo ello. Nuestros sentidos, aunque no los únicos, son el cauce vital a la hora de captar la REALIDAD.
Los sentidos bien educados producen sensaciones que derivan en sentimientos que promueven el pensamiento, la reflexión y alientan a la razón. Los sentidos mal educados producen falsas sensaciones que nos llevan al sentimentalismo y la cursilería que alientan la superstición y el fanatismo. Hemos retrocedido mucho en ello y si no vean supuestas las noticias que hoy día abundan en los portales informativos y programas de información. Pura cursilería.
Por todo ello me atrevo a afirmar que no hay contradicción real entre sentimientos y razón. Pero eso será un tema del que hablaremos otro día.
Los bombones valen más que la razón.
«Twinkle, twinkle, little Star!» sobre un poema de Jane Taylor (The Star).
La conversión de la canción en una nana infantil es algo más reciente. Nació a finales del siglo XIX, cuando la educación primaria se vuelve obligatoria, posiblemente ligada a la recopilación de melodías simples para la educación infantil en las escuelas. Alguno habrá que incluso la transformación del carácter pícaro de esta canción a una nana infantil tiene algo que ver con la infantilización de la sociedad.
NOTAS:
- Este texto a veces se atribuye a Jean-Pierre Claris de Florian, autor del famoso «Plaisir d'amour»
- El tema con variaciones fue ampliamente utilizado durante el Renacimiento. Los compositores españoles para tecla o vihuela lo llamaban “diferencias”. Así, se componían en aquella época varias series de diferencias sobre canciones bien conocidas por la gente.