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El pulso entre Atlantia y ACS por el control de Abertis se traslada al terreno de la banca

Hochtief asegura a los potenciales financiadores de su oferta que el ‘riesgo construcción’ no contagiará el negocio de la concesionaria La italiana busca fidelidad entre sus entidades

Efecto de la integración de Abertis en Hochtief
A. Meraviglia
Javier Fernández Magariño

Los responsables de cerrar la financiación de la opa de la alemana Hochtief sobre Abertis, y también quienes conformaron el consorcio de bancos que cubre la opa originaria de Atlantia, se están viendo las caras en el mercado. Los primeros actúan contra reloj para conformar un entramado de crédito por 15.000 millones, avalado por JP Morgan, que se pretende conseguir a un coste medio del 2%. Y los segundos intentan ganarse, en lo posible, la lealtad de los más de 20 bancos reunidos en torno a la primera opa formulada sobre la concesionaria.

Fuentes financieras aseguran que la filial de ACS y sus asesores pisan terreno quemado en no pocas ocasiones. Antes de que se conociera cualquier tipo de intención del grupo que preside Florentino Pérez, Atlantia había subido a su tren a dos de los grandes bancos italianos, uno de los dos franceses, y acabó convenciendo a la mayor entidad española.

Avalada por Unicredit, Intesa Sanpaolo y la sucursal en Italia de BNP Paribas, el crédito sindicado de 14.700 millones de euros levantado para la opa de Atlantia incluye a esas tres entidades y a otras como Credit Suisse, Merrill Lynch, Santander, BBVA, The Bank of Tokyo-Mitsubishi, CaixaBank, Crédit Agricole, Mediobanca, HSBC, JP Morgan, The Royal Bank of Scotland, Société Générale y las filiales en Milán de Commerzbank, Natixis e ING. Está por ver si los que no juegan un papel relevante en la opa italiana se decantan por estar en la oferta de Hochtief a través de filiales.

Los bancos estadounidenses y británicos se muestran reticentes a acompañar a JP Morgan en la opa competidora

“Muchos de los prestamistas de Atlantia van a ser difíciles de controlar, por lo que ACS conseguirá su financiación. Falta ver a qué precios y con qué condiciones”, explica un directivo de banca familiarizado con ambas opas.

El propio consejero delegado de ACS y primer ejecutivo de Hochtief, Marcelino Fernández Verdes, dice haber visto a más de 150 entidades financieras e inversores en los últimos días. El triple objetivo es aunar crédito; mitigar dudas entre los principales accionistas institucionales de la constructora alemana y de Abertis, y no cejar en el empeño de buscar uno o varios inversores que se repartan con ACS-Hochtief el esfuerzo de la opa y la previsible batalla de ofertas con Atlantia. Allí donde falte crédito bancario, la empresa contará con bonos e incluso con los recursos procedentes (hasta 1.040 millones de euros) de colocar siete millones de acciones de nueva emisión entre los minoritarios de la germana.

Marcelino Fernández Verdes, CEO de ACS.
Marcelino Fernández Verdes, CEO de ACS.

Abierta a inversores

Fernández Verdes, ahora centrado en la presentación de resultados de la filial australiana Cimic, aseguró la semana pasada a la prensa española que tenía prácticamente cerrada la estructura de financiación y que Hochtief en solitario era capaz de competir por Abertis. Pero también reconoció estar abierto a cambios en la estructura de la opa competidora: “Tenemos más de un inversor interesado en entrar, aunque es totalmente válida la estructura que hemos presentado”, señaló el número dos de ACS.

Las fuentes consultadas comentan que tanto la banca británica como la estadounidense, que es donde Hochtief estaría haciendo mayor hincapié, miran con cierto recelo el proyecto de integración de Hochtief y Abertis. Contra esas reticencias, el propio Fernández Verdes está manteniendo reuniones al más alto nivel. Su principal misión es argumentar que el riesgo construcción está acotado en la empresa resultante.

Tramo de la AP-68 (Bilbao-Zaragoza), operada por Abertis a través de Avasa.
Tramo de la AP-68 (Bilbao-Zaragoza), operada por Abertis a través de Avasa.

Siete de cada diez euros del ebitda de Hochtief, una vez integrada Abertis, procedería del negocio de la explotación de autopistas. El cíclico negocio de la construcción y la actividad de minería, esta extraordinariamente intensiva en capital, se repartirían un 13% y un 12% de la generación de ebitda, respectivamente.

En el mercado hay destacados casos de éxito, como el de Ferrovial o Vinci, en los que conviven constructora y concesionaria. Sin embargo, el propio Fernández Verdes reconoce la complejidad de explicar en el mercado las supuestas ventajas, para ambas partes, de fusionar Hochtief con Abertis.

La propia ACS, matriz de la alemana, debe facturar más de 32.000 millones para un beneficio de 751 millones en 2016. Su rendimiento bruto de explotación fue del 6,3%. Abertis, por su parte, ingresó 4.936 millones para los 796 millones de beneficio y un rendimiento bruto del 65% (67% al cierre del tercer trimestre de este año). Pese a la evidentes diferencias, la unión de ambas, argumenta Hochtief, permite a la constructora acudir con mayor balance a los proyectos de colaboración público-privada (PPP, por sus siglas en inglés) y gozar de mayor participación desde la fase de construcción, donde el riesgo de desviaciones presupuestarias se paga con mayores rendimientos. Una vez construidos, esos proyectos (carreteras, ferrocarril, aeropuertos, hospitales, cárceles u hospitales) pasarían a la cartera de activos de Abertis.

La compañía opada ya no estaría urgida para acudir al mercado secundario de infraestructuras o a licitaciones públicas de activos maduros, procesos en los que participa frente a decenas de inversores institucionales con perfil de bajo riesgo, para regenerar su cesta de concesiones.

Conseguido el crédito, el reto de Hochtief es que no esté condicionado a desinversiones más allá de los activos de telecos de Abertis

Ese círculo, que bajo el punto de vista de ACS es virtuoso, facilita una alta remuneración al accionista (el pay out prometido es del 90%). Pero todo depende de que realmente Hochtief sea capaz de imponerse en atractivos proyectos concesionales, tal y como ha hecho ver en sus presentaciones a inversores y analistas: “En los concursos de PPP solemos encontrarnos con dos o tres rivales y nuestra tasa de éxito es del 30%, con picos del 50% en mercados tan atractivos como el canadiense”, dice Fernández Verdes.

Convencida la banca de las supuestas bonanzas del proyecto, ACS debe evitar en lo posible que esta condicione su financiación a la desmembración de Abertis. En su primera oferta, Atlantia ha sido capaz de levantar deuda sin pignorar las acciones de Abertis y sin vender un solo activo de la española. También es una incógnita si este acuerdo se mantendrá en los mismos términos con la necesidad de superar el precio de ACS.

Frentes de competencia

Españolidad. Uno de los argumentos de mayor fuerza utilizados por Atlantia en su opa es el del mantenimiento de la sede y cotización de Abertis en España. Además, el grupo italiano se ha cuidado mucho de asegurar que Abertis mantendrá sus grandes territorios (Francia, España, Brasil y Chile), e incluso se reforzarán sus posiciones en Latinoamérica. Hochtief excluirá de Bolsa a la concesionaria y podría absorberla si el grado de aceptación de su opa queda por debajo del 90%. El CEO de Hochtief ha afirmado posteriormente que “Abertis seguirá siendo española”.

Desinversiones. ACS califica de no estratégico el negocio de telecomunicaciones de Abertis (Hispasat, tasada en 900 millones, y el 34% de Cellnex, que vale 1.642 millones) y en el mercado hay dudas sobre si se vería obligada a vender parte de la francesa Sanef, valorada en unos 4.700 millones.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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