México, un nuevo destino para el talento directivo español
El crecimiento del país centroamericano requiere de perfiles gestores España y México comparten muchas similitudes que facilitan la mudanza
Ya ha pasado un año desde que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ganase las elecciones a la Casa Blanca. Y diez meses desde que el mandatario se sentase por primera vez en el Despacho Oval. Y en todo este tiempo, sus políticas contra México, uno de los baluartes de su campaña, han dado sus primeros frutos, pero de forma totalmente contraria a la esperada. “El efecto Trump, que era lo que más preocupaba en México, ha sido un revulsivo para ellos, les ha unido y la economía está creciendo”, cuenta José Ignacio Jiménez, socio de Talengo, consultora de liderazgo y búsqueda de directivos que, entre otras iniciativas, está conectando a varios ejecutivos españoles con diferentes compañías y organizaciones mexicanas.
Hace dos semanas, el FMI estimó en un 2% el crecimiento del país norteamericano para este año. A esto se le añade “una población de 120 millones de personas, una edad media muy joven, una clase media emergente y un aumento de demanda interna y externa. Solo falta el suficiente talento directivo capaz de gestionar la situación”, prosigue Jiménez. Y en este tipo de figuras, España tiene un gran potencial exportador. Uno de estos perfiles es Óscar del Moral Queipo, un español que tras 18 años en la gestión de instituciones educativas, como la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad San Pablo CEU o la Escuela de Organización Industrial (EOI), decidió, hace nueve meses, cruzar el charco para trabajar en la gestión de la Universidad Tec Milenio-Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. “A pesar de las bromas con los giros idiomáticos y las alusiones constantes a Hernán Cortés, al español se le recibe extremadamente bien en México”, relata.
La razón no es otra, continúa, que las contribuciones e ideas que los directivos españoles pueden aportar en el sistema productivo de la región. “El vuelco que las empresas y sociedad española han dado en los últimos 25 años, en cuestión de internacionalización, infraestructuras, transparencia o sostenibilidad, para el mexicano es casi aspiracional”, añade. Dicho de otra forma, México se encuentra a grandes rasgos en un momento por el que pasó España hace 25 o 30 años, “por eso, los directivos que vivieron esa tesitura en su país son los más adecuados para poder encauzar el camino similar en el que está inmerso México”, sostiene Jiménez. A esto se le añaden, recuerda Del Moral, otros factores que también son trascendentales: “Con independencia de la trayectoria y de las competencias específicas de cada uno, los españoles somos unos grandes gestores de la cuenta de resultados, muy analíticos y rigurosos, al tiempo que vitalmente optimistas”. Sin olvidar, recalcan ambos ejecutivos, un idioma común y una cultura cercana.
Un idioma común y una cultura cercana son dos aspectos que facilitan el tránsito hacia México
Por el mismo camino apunta Santiago Vázquez Blanco, director desde hace cinco meses del Instituto de Liderazgo del Tecnológico de Monterrey. “Creo que los números hablan por sí mismos. Cada vez hay más directivos españoles en México. De hecho, recientemente recibí una invitación para participar en un grupo de ejecutivos españoles de recursos humanos que residen y trabajan aquí”, ilustra. Es, sin duda, una tendencia creciente que, en la mayoría de los casos, presenta un buen número de rasgos y contextos similares.
“Quienes suelen venir son perfiles que en el momento de la crisis se quedaron descolocados, gente con un alto nivel que se encontró fuera de juego. Suelen ser mayores de 50 años, con mucha experiencia y una trayectoria consolidada, que en España comienzan a tener sus proyectos muy maduros, con un horizonte temporal y limitado y con unas remuneraciones muy planas, casi inamovibles”, sostiene José Ignacio Jiménez. En México encuentran proyectos a 10 o 15 años vista, con un impacto económico alto y con vistas a dejar huella en el futuro tras un proyecto. “Es un camino muy interesante para estos directivos que están en la fase final de su etapa, y que encuentran en su destino una nueva carrera”.
En México, los ejecutivos encuentran un proyecto a 10 o 15 años vista, con un impacto económico alto
Este es, precisamente, el caso de Vázquez Blanco, quien estuvo 27 años en el mundo de los recursos humanos pasando por diferentes empresas, como Unión Fenosa, y otras del sector de las telecomunicaciones con sede en República Dominicana, Filipinas y España. “Estoy especializado en liderazgo positivo y felicidad en el trabajo, y mi mudanza a México es consecuencia de la propuesta recibida para participar en la creación del Instituto de Liderazgo”. La situación de Del Moral, también inmerso en el sector educativo, es parecida: “En mi caso fue la oportunidad de desarrollar un proyecto de universidad del siglo XXI, radicalmente diferente a cualquiera de los campus que hay en España, con un modelo de formación tecnológico innovador, flexible, accesible y que garantice la empleabilidad de sus alumnos”.
Pero como recuerdan estos dos expatriados, las oportunidades del país americano no destacan solo en el mundo de la educación. Hay otros aspectos clave que condicionan su mercado y en el que las empresas españolas tienen sobrada experiencia. “Este país ofrece oportunidades de desarrollo en sectores claves para las compañías de nuestro país, como son el turismo, la industria agroalimentaria, las energías renovables o la industria auxiliar para la automoción”.
Ambos países tienen en común la fortaleza en varios sectores, como el turístico y el agroalimentario
No obstante, recuerda José Ignacio Jiménez, como México está en un momento diferente al español, hay que tener en cuenta una serie de detalles en lo que respecta a la gestión. “En gran medida hace falta un perfil de liderazgo más genérico. Esas tendencias de pérdida de jerarquías, de auge del poder de las generaciones más jóvenes y de las nuevas formas de trabajo colaborativas, aún no han llegado allí, y eso es algo que los ejecutivos deben tener en cuenta”. Todo esto radica en un aumento de la burocracia en relación a España, una mayor lentitud a la hora de tomar decisiones y una menor diversidad de ideas y proyectos, ya que la fuerte jerarquía y la falta de confrontación de opiniones impide que aumente la diversidad. “Se necesitan, por ello, ejecutivos que vayan más allá del corto plazo, capaces de anticipar las necesidades del futuro y que con su trabajo recuperen el prestigio de sus organizaciones”, señala Del Moral.
En todo este periplo resulta imposible obviar la gran deficiencia del país norteamericano, que se ha visto acrecentada por el reciente terremoto que sacudió Ciudad de México hace un mes: la seguridad. “En los procesos de selección, la parte familiar es muy importante, ya que el perfil seleccionado muchas veces viaja con su pareja e hijos, y la empresa debe cubrir la comodidad y seguridad de todos, por eso se trata de enamorar al directivo y a quienes viajan con él”, resalta Jiménez.
Más allá de esto, recuerda Del Moral, “en estos meses me he recorrido todo el país y no he tenido percepción de inseguridad”. Similar es el caso de Vázquez Blanco: “Más allá de las circunstancias de México, creo que el riesgo está en todas partes, no hay más que ver los terribles episodios vividos recientemente en varias ciudades de Europa. De hecho, me preocupa más el miedo que pueda sentir mi familia en España por mí que el que yo pueda tener”.