Cómo Cataluña lideró los recortes sociales
El desplome del gasto social, un 26% entre 2009 y 2015, apuntala el descontento La protesta se volvió contra Mas, pero también fue bandera del independentismo
Que el gasto social ha sido una de las grandes víctimas de la crisis en España puede parecer una obviedad. Pero el detalle de lo que han gastado las administraciones públicas en políticas y, sobre todo, lo que han dejado de gastar en sanidad, educación y servicios sociales arroja un escenario no tan obvio y muy desigual entre las distintas regiones españolas.
Partiendo de que han sido las administraciones autonómicas las que han tenido que adoptar más ajustes de gasto, lo cierto es que el sitio concreto dónde aplicar el bisturí ha sido decisión última de cada Gobierno regional.
Tal y como han explicado los economistas José Ignacio Conde-Ruiz y Juan Rubio-Ramírez en un artículo titulado El déficit o cómo asfixiar a las CC AA, el recorte del gasto que ha permitido a España realizar el proceso de consolidación fiscal “más importante de su historia” no se ha repartido por igual entre todas las administraciones. En su opinión “la estrategia de consolidación diseñada por el Ejecutivo del PP parece clara: limitar los ingresos y el déficit a las comunidades autónomas de forma que los gobiernos autonómicos se vean obligados a reducir el gasto irremediablemente”.
Las cifras presupuestarias durante los años de la crisis e incluso en los primeros ejercicios de la recuperación certifican que los recortes se han centrado en el dinero que gestionan las regiones:fundamentalmente en las partidas de educación, sanidad y servicios sociales.
Según un informe sobre gasto social comparado por comunidades autónomas de la Asociación Estatal de directores y gerentes en servicios sociales, entre 2009 y 2015 el total del presupuesto de las comunidades autónomas ha caído un 5%; de 174.694 a 166.104 millones de euros. Mientras que en este mismo periodo solo el gasto social en el conjunto de las comunidades se ha reducido el triple.
Cataluña ha liderado los recortes en sanidad: un 31%
En concreto, el gasto autonómico conjunto en sanidad, educación y servicios sociales ha pasado de 116.851 millones de euros a 99.874 millones, lo que ha supuesto un fuerte descenso del 14,5%. Ahora bien no todas las comunidades han sacrificado las mismas partidas. Este informe evidencia que, Cataluña –junto con Castilla-La Mancha– ha capitaneado los ajustes sociales en España, con una disminución del gasto social superior al 26% entre 2009 y 2015.
Es más, solo en sanidad, los catalanes han visto disminuir la inversión pública un 31% en este periodo. De esta forma, Cataluña ocupa el denostado primer puesto en el ranking de comunidades que más han recortado en el capítulo sanitario. De los 10.000 millones que se redujo la inversión en la sanidad pública en toda España durante en el periodo analizado, la mitad se perdieron en Cataluña.
Si se analiza lo que ha ocurrido con la educación en Cataluña, en esta ocasión es la segunda comunidad de toda España con mayores ajustes.
Aunque, dicho todo esto, desde el sindicato Comisiones Obreras (CC OO) inciden en que se deben diferenciar distintos momentos e intensidades de los tijeretazos en Cataluña. “Partiendo de que ningún Gobierno es soberano del todo; porque el Ejecutivo catalán está condicionado por el estatal, pero este también está maniatado por Bruselas, hay que destacar los recortes no han sido los mismos con todos los Gobiernos”, explica Ricard Bellera, secretario de Trabajo y Economía de CC OO de Catalunya.
Hubo un descenso de ingresos impuesto desde Madrid, pero a CiU los recortes le cuadraban con su ideología
“Durante el tripartito, hasta 2010, había políticas anticíclicas tanto en Cataluña como en el Estado”, y los recortes no se dejaron sentir tanto. Pero, con la llegada de Artur Mas a la presidencia de la Generalitat en octubre de 2010, “es cierto que hubo un recorte de ingresos, marcado también desde Madrid, pero también es cierto que a CiU le dieron la excusa perfecta, porque los recortes sociales cuadraban con su ideología, como con la del Partido Popular”, asegura Bellera.
Un ejemplo de esta coincidencia ideológica entre el Gobierno de Mas y los ejecutivos del PP podría encontrarse en la apuesta por la gestión privada en la sanidad.
Al mismo tiempo que el Gobierno catalán disminuía sus presupuestos para sanidad, la privatización de estos servicios se abría paso rápidamente. Así, Cataluña es también la región de España con más privatización sanitaria. Según el último informe anual de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública y atendiendo al dinero que los gobiernos regionales destinan a los conciertos con la sanidad privada, Cataluña lidera los procesos de privatización, ya que uno de cada cuatro euros del presupuesto público va al sector sanitario privado (el 25% del total). En segunda y tercera posición, pero a mucha distancia, están Madrid y Baleares con casi el 12% de su dinero para estos conciertos.
Así, durante los cinco años en los que Mas estuvo al frente del Ejecutivo catalán, los recortes se hicieron especialmente visibles, al menos mediáticamente, a través de dos realidades que probablemente son las que más ilustran el descontento de los ciudadanos y que consiguieron sacar a la calle a miles de personas en numerosas manifestaciones. Se trata de las protestas por los recortes educativos y la lucha contra los afectados por los desahucios.
Las cifras detrás de estas movilizaciones están claras: entre 2008 y 2014, Cataluña fue la comunidad que más subió el precio de las matrículas universitarias, con un aumento del 158%, a mucha distancia del 117% de Madrid y el 93% de la Comunidad Valenciana, que son las otras dos regiones donde el coste de matricularse subió muy por encima de la media, según el estudio La universidad española en cifras 2014-2015 de la Conferencia de rectores de las universidades españolas (CRUE).
Asimismo, Cataluña también ha liderado, por ejemplo, el ranking de desahucios, con casi medio centenar diarios. En este escenario, los ciudadanos catalanes, y en especial los de Barcelona, fueron pioneros y lideraron la lucha contra los desahucios hipotecarios, que tampoco eran compensados con un aumento de las ayudas sociales para la vivienda. El activismo social adquirió tal protagonismo que, en el caso de lactual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, fue su papel al frente de la Plataforma de afectados por la hipoteca (PAH), el que la catapultó al cargo que hoy tiene.
A todo esto, los economistas recuerdan el elevado gasto de financiación de la deuda que abordan también las comunidades y que es un gasto no productivo. En el caso catalán, entre 2009 y 2015 la autonomía ha llegado a tener la mayor deuda por habitante, rozando los 1.500 euros por cada ciudadano en 2013. Actualmente, es la tercera comunidad más endeudada, en porcentaje de PIB, solo superada por Castilla-La Mancha y Valencia.
No obstante, a pesar de que las partidas donde aplicar la tijera han sido elección de cada Gobierno autonómico, no son pocos los que en Cataluña consideran que ha sido el Ejecutivo central, con el actual diseño del sistema de financiación y su elección de centrar los ajustes en las cuentas autonómicas, el culpable de estos recortes. Y de ello ha hecho bandera el movimiento independentista. En cualquier caso, revertir estos recortes dependerá de todas las partes, independientemente de lo que pase después del 1-O.