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Mil y un métodos de aprender idiomas

Cualquier formato es válido para conseguir dominar otra lengua Las claves son oír por activa y por pasiva y practicar lo estudiado en la vida real

La conversación, ya sea presencial o por Skype, es la que más hace avanzar en el proceso de aprendizaje, incluso con chino, que es muy complejo.
La conversación, ya sea presencial o por Skype, es la que más hace avanzar en el proceso de aprendizaje, incluso con chino, que es muy complejo.Getty Images

En una escuela de idiomas; con un profesor particular, con cursos online y aplicaciones de todo tipo; por fascículos, escuchando música o podcasts (archivos de audio), en los bares o trasladándose a otro país; viendo películas series de televisión o telenovelas. Cualquier método es válido para aprender otras lenguas.

Pero ¿realmente hay mil maneras de aprender un idioma? Hay muchas, aunque no existen fórmulas mágicas, coinciden los expertos de escuelas y academias, que ven en la titulitis, la desmotivación y la vergüenza a cometer errores los mayores hándicaps de los españoles. Nos preocupan más los certificados que acreditan un nivel que saber desenvolvernos en situaciones reales.

Las aplicaciones y herramientas tecnológicas ­facilitan la enseñanza y permiten seguir un ritmo a medida de cada alumno

Olvídese de técnicas que le prometen dominar cualquier lengua mientras duerme y una máquina le susurra. El secreto de cualquier método es trabajo, disciplina y motivación.

Los centros del British Council son reconocidos en todo el mundo por su experiencia y éxito en la enseñanza de inglés. “Para que el aprendizaje sea exitoso tiene que cumplir tres premisas”, explica Frank O’Connor, responsable de varios centros de British Council en Madrid. La primera, “poner en práctica lo aprendido y poder comunicarte en ese idioma como lo harías en la vida real”. No sirve de nada memorizar listas de vocabulario o conjugaciones verbales, si luego no hablamos; un error bastante común.

Los idiomas son algo dinámico y cambiante. “El programa de aprendizaje -añade O’Connor- tiene que estar basado en un corpus lingüístico, un conjunto amplio y estructurado de ejemplos reales de uso de la lengua. Perderemos el tiempo aprendiendo expresiones que no se utilizan”, no avanzaremos y nos frustraremos. Segunda premisa.

La dieta del esfuerzo

La tercera condición a cumplir es el esfuerzo. El mercado de la enseñanza de idiomas se parece al de los métodos para adelgazar: hay que huir de las promesas que garantizan objetivos en 30 días. No hay dietas milagro ni métodos mágicos para aprender. “Hay que leer regularmente en la lengua que se estudia, ver películas o series en versión original, repasar lo aprendido, ser constante y no rendirse. Sin esfuerzo no se aprende”, concluye el experto.

En Vaughan, centro con más de 40 años de trayectoria enseñando inglés, más que un método “tenemos una filosofía de aprendizaje, donde el profesor lo es todo aunque en las clases, el 70% del tiempo es el alumno el que habla y participa. El profesor es un gran conductor, un guía y un motivador. Nuestras clases –de no más de seis adultos u ocho niños-, son muy dinámicas, muy rápidas, no da tiempo a aburrirse”, explica Aindrias Fitzgerald, director de formación y reclutamiento de profesores.

De las 3.300 solicitudes que recibe Vaughan cada año para formar parte del cuadro docente sólo 170 logran acabar la formación. “La calidad del profesor, tanto presencial como virtual, es clave para progresar”.

Píldoras mágicas

El 57% de los españoles pagaría por una pastilla milagrosa para aprender inglés e incluso estaría dispuesto a gastarse una media de 2.990 euros si la píldora le permitiese desenvolverse en la lengua de Shakespeare, según los datos del Estudio de la relación de los españoles con el aprendizaje del inglés, realizado por Vaughan. Otras conclusiones señalan que 57% de los españoles consideran “bastante” o muy importante el inglés en el ámbito personal, mientras que curiosamente el porcentaje baja hasta el 47% en el ámbito profesional y algo llamativo: solo el 30% de los individuos usa el inglés con regularidad en su trabajo.

Hoy no hay excusas para no aprender una segunda lengua. Hay cursos presenciales y online, a medida; cursos de inmersión de meses, semanas o de fin de semana y herramientas y aplicaciones tecnológicas muy útiles como YouTube, Spotify, Twitter, pistas de audio, audiolibros y un largo etcétera. “Todo son ventajas y el único secreto es oír por activa o por pasiva y practicar, en eso los niños son increíbles, son como una esponja”, enfatiza Fitzgerald y presume de que Vaughan “tiene la única emisora de radio dedicada en exclusiva a enseñar inglés”.

Desde su experiencia, Macu Llorente, traductora de árabe, profesora de español para expatriados y periodista, “en general, casi todos los idiomas hay que estudiarlos y practicarlos toda la vida, más aún si son complejos, y eso, a veces, desanima”.

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En el caso del árabe como en el del chino, por ejemplo, hay un árabe clásico, estándar, que es “el se estudia en las escuelas y en la universidad, el que estudiamos los extranjeros, pero luego hay un idioma distinto, el que se habla en la calle y en cada país.

Solo una inmersión in situ, en uno de esos estados y en la vida real, en el día a día, te permitirá comunicarte”. Ella probó con éxito en Amán (Jordania) y El Cairo (Egipto), mientras daba clases de español en el Instituto Cervantes. Recomienda “perder la vergüenza a hablar. Lo importante es que te puedas comunicar y eso es lo que te hace avanzar”.

Difícil gramática

¿Y el español es tan fácil de aprender como pensamos? “¡Qué va! Nuestra gramática es complicada y el subjuntivo, por ejemplo, difícil de aplicar para los alumnos no castellanoparlantes”, añade la profesora.

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Los sistemas de aprendizaje en línea tampoco son una bicoca. Markus Witte, consejero delegado y fundador de Babbel, explica que “diseñamos todos los cursos específicamente según el idioma nativo de los estudiantes y lo más importante es practicar la nueva lengua tan pronto como sea posible en una situación del mundo real”. Algo que sucede en pequeños pasos, empezando por las presentaciones personales, pero la eficacia está probada, asegura.

“Babbel es la aplicación más efectiva para aprender idiomas” y cita algunas conclusiones de un estudio de la City University de Nueva York y de sus propios usuarios “el 73% dice que siente que puede mantener una conversación sencilla después de cinco horas con Babbel”. Inglés, francés, alemán, italiano y ruso son los idiomas más demandados en Babbel, donde se puede estudiar casi cualquier lengua.

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