El ‘brexit' encalla por la resistencia de Londres a cifrar la factura del divorcio
Reino Unido ni siquiera acepta empezar el regateo financiero La libra esterlina cae ante el creciente riesgo de una ruptura sin acuerdo
La segunda ronda de negociaciones del brexit ha concluido hoy en Bruselas sin avances significativos. La resistencia de Londres a precisar su posición en el capítulo financiero impide a los negociadores avanzar al ritmo esperado, para desesperación del equipo europeo liderado por Michel Barnier.
El enviado británico, David Davies, ni siquiera reconoce las posibles deudas pendientes, lo que impide iniciar un regateo que la UE considera imprescindible como paso previo a la negociación del resto de capítulos.
"Como le he dicho a Davies, es imprescindible que Reino Unido clarifique su posición para lograr avances suficientes en el capítulo financiero, que es inseparable de los otros capítulos de la separación", ha advertido Barnier tras concluir este jueves una ronda iniciada el lunes, 17 de julio.
El Gobierno de Theresa May se ha limitado a admitir que Reino Unido deberá hacer frente "a ciertas obligaciones" una vez fuera de la Unión Europea. Pero se niega a precisar si esas obligaciones incluyen todas o algunas de las facturas que Bruselas pretende pasarle por los proyectos comunitarios en marcha y por la liquidación presupuestaria de los ejercicios recientes.
La UE calcula que esa deuda puede oscilar entre 40.000 y 100.000 millones, cifra que está dispuesta a negociar. Pero Londres se niega a entrar en el regateo y ha despreciado las estimaciones del equipo de Barnier como "una extorsión".
El equipo europeo amenaza con bloquear el inicio de las negociaciones sobre la futura relación comercial con Reino Unido si el gobierno de May mantiene el enroque presupuestario en las próximas dos rondas de negociación (agosto y septiembre).
Londres había expresado su deseo de iniciar cuanto antes la negociación de un futuro acuerdo comercial, pero parece dispuesto a renunciar a ese objetivo con tal de forzar la posición de Bruselas. El ministro británico de Comercio, Liam Fox, ha asegurado hoy que Reino Unido puede prescindir del acuerdo comercial con la UE. La libra esterlina acusó el creciente riesgo de un brexit duro y su cotización cayó por debajo de los 1,30 dólares
Fuentes diplomáticas temen que ese escenario desemboque en una crisis diplomática que obligará al Consejo Europeo a reconsiderar el calendario del brexit, que debería concluir en marzo de 2019, y a replantear la negociación con un Gobierno británico que parece haber perdido el control del proceso.
La UE confía todavía en evitar un cataclismo que podría poner en peligro la unidad que el club europeo ha mantenido frente a Londres. La posible ruptura de las negociaciones en otoño coincidiría con la agria pugna entre Bruselas y varios socios de Europea Central y del Este.
La Comisión Europea teme que al frente occidental del brexit se añada en otoño un frente oriental con Polonia como país al frente de una revuelta contra los valores y principios básicos de la UE. El posible castigo a Varsovia por su deriva autoritaria podría resquebrajar la unidad europea en el momento de máxima tensión con Londres.
Ciudadanos
Las posiciones de Bruselas y Londres se muestran más cercanas en el capítulo sobre los derechos de los ciudadanos británicos y europeos desplazados a una y otra parte del canal de la Mancha. Pero se mantiene una discrepancia, por ahora insalvable, sobre el papel del Tribunal de Justicia europeo en caso de conflicto, sobre los derechos de los familiares de los expatriados y sobre la exportación de ciertos beneficios sociales.