Y a los 60 años y 4 días, el ‘brexit’ rompió la UE
La salida de Reino Unido marca el fin de un periodo histórico
La Unión Europea celebró el sábado en Roma 60 años de integración política y económica, pero solo cuatro días después de los festejos sufrirá la primera ruptura de su historia. Pasado mañana (29 de marzo), Londres tiene previsto invocar oficialmente el artículo 50 del Tratado de la UE para abandonar un club al que pertenecía desde el 1 de enero de 1973.
La salida de Reino Unido marca el fin de un periodo histórico en el que la Unión Europea parecía el marco necesario e inevitable para la ordenación política del Viejo Continente. A partir de ahora queda claro que la UE puede ser un viaje de ida y vuelta y que Bruselas no será el único eje de las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales en Europa.
La disgregación parecía tan impensable que la puerta de salida ni siquiera figuraba en los tratados fundacionales (de la Comunidad Económica Europea y del Euratom) firmados en Roma un 25 de marzo de 1957.
El artículo 50 que estrenará Londres se añadió en 2007 (en el Tratado de Lisboa) cuando se empezaba a hacer patente un declive del fervor por la integración y que, tarde o temprano, algún socio acabaría por descolgarse. La creciente división de opiniones que genera el proyecto europeo quedaba patente el sábado en Roma, donde hasta ocho manifestaciones a favor y en contra de la UE recorrieron las calles de la capital italiana mientras los líderes de los 27 socios suscribían una solemne declaración sobre la necesidad de mantener el proceso de integración.
La primera ministra británica, Theresa May, ni siquiera asistió ya a la cita, para dejar claro que Londres no tiene nada que celebrar ni le interesa el futuro de un club que espera abandonar definitivamente dentro del plazo de dos años fijado por el artículo 50, es decir, antes del 29 de marzo de 2019.
May ha cumplido hasta ahora el calendario que se fijo cuando asumió la jefatura de Gobierno como consecuencia de la dimisión de David Cameron, quien convocó y perdió el referéndum del 23 de junio de 2016 sobre la permanencia de Reino Unido en la UE. La primera ministra se comprometió a presentar la solicitud de salida a finales de marzo de 2017 y, salvo imprevisto de última hora, parece que este miércoles cursará la histórica solicitud.
A partir de ahora, sin embargo, el calendario ya no depende solo de Londres. La UE está dispuesta a marcar el paso. Y Bruselas intentará dejar claro desde el principio que Reino Unido tiene las de peder si se empeña en exigir un traje demasiado a la medida o si intenta dividir a la UE negociando directamente con los países con los que mantiene una estrecha relación bilateral, como es el caso de España. “Los británicos ya han iniciado la estrategia del divide y vencerás”, confirman fuentes diplomáticas, aunque añaden que, al menos de momento, “no les ha dado resultado”.
Para fijar un frente común, este mismo viernes el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, emitirá unas directrices sobre el planteamiento negociador por parte del club europeo. Dentro de un mes, el 29 de abril, una cumbre extraordinaria de los 27 socios que quedan fijará el mandato de negociación para un equipo dirigido por el ex comisario europeo Michel Barnier. Y a partir de ahí comenzará un toma y daca entre Bruselas y Londres de casi 18 meses que puede acabar en un brexit más o menos duro, pero amistoso, o en una brutal ruptura que haga trizas la relación.
“Queremos una negociación exitosa con Reino Unido, no contra Reino Unido”, señaló Barnier la semana pasada. Barnier plantea un brexit en dos fases. La primera, y más urgente, será alcanzar un pacto de reciprocidad que resuelva la situación de los más de cuatro millones de ciudadanos directamente afectados por el brexit (2,8 millones de europeos que viven en Reino Unido y 1,2 millones de británicos en la UE). Al mismo tiempo, debe pactarse el saldo presupuestario que, según Bruselas, arroja una cuenta de 60.000 millones de euros a favor de la UE, cifra rechazada por Londres.
Si se resuelven esos dos puntos, Bruselas se muestra dispuesta a iniciar una segunda fase de negociación para ofrecer cómodos plazos de adaptación al Reino Unido a la nueva situación a partir de su salida definitiva en marzo de 2019.
Primer patinazo de Schulz contra Merkel
Las elecciones regionales en la región alemana de Sarre sirvieron ayer como primera prueba para Martin Schulz, el nuevo líder de los socialistas alemanes que aspira a destronar en septiembre a Angela Merkel, la canciller imbatible desde hace 12 años. Y según los sondeos a pie de urna, Schulz no ha sido el revulsivo esperado. La CDUde Merkel incluso mejoró su resultado de hace cinco años (hasta un 40%) y el SPD de Schulz se mantuvo en torno al 30%.
El expresidente del Parlamento Europeo fue proclamado el pasado 18 de marzo como candidato socialista con el 100% de los votos de los 605 delegados del partido SPD reunidos en Berlín, en una señal clara de que Schulz les parece la gran esperanza para evitar la cuarta victoria consecutiva de Merkel. “Creo que este resultado de hoy es el comienzo de nuestro regreso a la cancillería”, señaló Schulz tras la muestra de confianza de su partido, que nunca había elegido a un candidato por unanimidad.
A sus 61 años, y tras desarrollar casi toda su carrera política en Bruselas, Schulz ha regresado a Alemania y se ha convertido en un rival inesperadamente difícil para Merkel. A seis meses de las elecciones del 24 de septiembre, los sondeos dan más o menos un 30% de voto tanto a la CDUde Merkel como al SPD, que ha mejorado casi 10 puntos desde el regreso de Schulz a la política a nacional en enero de este año. Ponía fin así a más de 20 años de actividad comunitaria . Fue elegido miembro del Parlamento Europeo en 2004. A pesar de su carácter brusco, o gracias a él, fue escalando puestos dentro del Grupo Socialista Europeo hasta convertirse en su líder en 2004. Y de ahí saltó a la presidencia del Parlamento en 2012. Y repitió mandato, tras ser el candidato socialista a la presidencia de la Comisión Europa en 2014, elección en la que se impuso el candidato del Partido Popular, Jean-Claude Juncker.
Schulz se ha lanzado ahora al asalto de la cancillería con un discurso marcadamente europeísta, girado hacia la izquierda (se ha declarado dispuesto incluso a dar marcha atrás a los recortes sociales del anterior canciller socialista Gerhard Schröder) y basado en el lenguaje directo y contundente que le abrió puertas en Bruselas. En Sarre, al menos, ese discurso todavía no le abre el camino hacia Berlín.