Bruselas impone a Londres su calendario sobre el ‘brexit’
"Hemos empezado con buen pie", celebra el negociador-jefe europeo Londres arranca en inferioridad de condiciones tras el batacazo electoral de May
A las 11 en punto de la mañana de hoy, 19 de junio, Michel Barnier y David Davis se estrecharon las manos en la sede de la Comisión Europea en Bruselas en un saludo que marca el inicio de la negociación de salidadel Reino Unido de la UE.
Los jefes de las dos delegaciones han mantenido una primera reunión de más de siete horas, con almuerzo de trabajo incluido, en la que Bruselas ha logrado imponer su modus operandi y su calendario.
“Hemos empezado con buen pie”, aseguró tras el encuentro el jefe de la delegación europea, el excomisario europeo Michel Barnier. El ministro británico del brexit, David Davis, que encabezaba la delegación de su país, precisó que “lo importante no es cómo se empieza sino como se acaba”.
Las metáforas sobre el camino estuvieron precedidas por un cruce de regalos alpinistas (un libro sobre el Annapurna, entre otros), en clara referencia a los gustos personales de los negociadores-jefe y a la dificultad de la tarea que se avecina.
Bruselas confía en cerrar en otoño de 2018 para dar tiempo a la ratificación del acuerdo antes de que se cumpla (en marzo de 2019) el plazo de dos años previsto para negociar la salida de un país,
Pero un año después del referéndum, Londres empieza a titubear y a trastabillarse ante un proceso que no acaba de controlar y que se le puede ir de las manos después s del fiasco de las elecciones del 8 de junio, en las que los conservadores de la primera ministra perdieron la mayoría absoluta.
Período transitorio
Las negociaciones han empezado ya casi dos meses después de la petición oficial de salida, por lo que apenas quedan 22 meses para completar todo el proceso.
Londres ha aceptado hoy, tal y como reclamaba Bruselas, empezar la negociación por el capítulo presupuestario, para saldar las cuentas pendientes, y por los derechos de los ciudadanos a uno y otro lado del Canal de la Mancha. En paralelo, se negociará sobre el delicado problema de la frontera terrestere de Irlanda (socio de la UE) con Irlanda del Norte (territorio británico que se quedará fuera del club tras el brexit).
La delegación británica se ha mostrado muy abierta al diálogo y alejada de las posiciones duras mantenidas por la primera ministra Theresa May, antes de las elecciones, en las que llegó a amenazar con una ruptura sin acuerdo.
“Es más lo que nos une que lo que nos separa”, enfatizaba Davies a su llegada a Bruselas. Londres se encuentra ahora bajo una creciente presión de la industria de varios sectores para que acepte un acuerdo transitorio (a partir de la consumación del brexit) aunque sea a costa de aceptar muchas de las exigencias planteadas por Barnier.