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El Foco
Tribuna
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Por qué el FMI se equivoca en su diagnóstico sobre España

Su informe no detecta los problemas y, por tanto, no puede dar con las soluciones Con un nivel de viajeros similar, EE UU ingresa cuatro veces más dólares por turista

Andrea Schaechter, responsable del trabajo del FMI en España, durante la presentación del informe.
Andrea Schaechter, responsable del trabajo del FMI en España, durante la presentación del informe.EFE
José Carlos Díez

Como cada año el FMI visita España y hace una especie de revisión médica de nuestra economía. El pasado año, al estar sin gobierno, el FMI retrasó su visita a diciembre. El principal cambio en sus conclusiones son sobre nuestro sistema bancario. Hace siete meses el análisis y las recomendaciones para nuestro sistema financiero ocupaban dos párrafos y eran muy suaves. Este año tras la quiebra y rescate del Banco Popular, vuelven las dudas y el FMI ha metido seis párrafos.

El Fondo vuelve a dar un baño de agua fría a la euforia injustificada y muy peligrosa del Gobierno, que recuerda de nuevo a los felices años de la burbuja, del España va bien de Aznar y Rato. El FMI reconoce el alto potencial de crecimiento de la economía española, algo que puso en duda durante la crisis. Y para justificar su error de diagnóstico lo atribuye a las reformas y la de devaluación competitiva y bajada de salarios que ellos mismos recomendaron.

La realidad es que los salarios industriales y de nuestras exportaciones no han bajado en media y el ajuste salarial se ha centrado en el sector servicios. Y las exportaciones crecían mucho más antes de la reforma laboral. La causa ha sido el estancamiento del comercio mundial, ya que en el segundo semestre de 2016 este se ha recuperado y las exportaciones españolas crecen más que las de nuestros socios europeos, confirmando de nuevo que el problema de España era de sobreendeudamiento, no de competitividad.

Lo que ha mejorado la competitividad de nuestras exportaciones y ayuda a explicar que ganemos cuota de mercado mundial es la decisión del BCE de comprar deuda. La política monetaria ha depreciado el euro haciendo más competitivos nuestros salarios en dólares y ha rebajado significativamente los costes de financiación de nuestras empresas. Esto junto al desplome del precio del petróleo explica la mitad del crecimiento del PIB y del empleo desde 2015.

Pero el FMI sigue describiendo a España como una economía altamente endeudada, tanto en deuda externa como en deuda pública próxima al 100% del PIB y destaca el estancamiento del crecimiento de la productividad. El nulo crecimiento de la productividad es una patología que ha padecido la economía española durante los 14 años de gobiernos del PP, ya que en los 21 años de gobiernos del PSOE la productividad por ocupado en España ha crecido el 1,5% promedio anual.

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A la espera de conocer el informe más extenso, el análisis del estancamiento de la productividad del Fondo no detecta los problemas y por lo tanto es difícil acertar con la solución. Como enseñamos a nuestros alumnos en la facultad de economía, las dos variables que aumentan la productividad y los salarios de los trabajadores son el aumento del stock de capital y la innovación.

En 2017 la inversión pública del ministerio de Fomento se desploma un 35%, tras otro desplome del 35% en 2016. Entre enero y mayo de este año la ejecución de inversión pública de ese ministerio fue de 500 millones versus 1.800 millones que se ejecutaron en los primeros cinco meses de 2011, cifra similar a la de los cinco primeros meses de 2007. Por lo tanto, Rajoy ha recortado la inversión un 70% o lo que es lo mismo Zapatero invertía más del triple que Rajoy. En innovación el recorte de Rajoy ha sido del 50% o lo que es lo mismo Zapatero invertía el doble.

En el sector privado el problema de baja productividad durante la burbuja era que concentraban mucho empleo en la construcción de viviendas que tiene una productividad muy inferior a la media. Ahora el problema es más generalizado a otros sectores pero destaca la creación de empleo en la hostelería y el turismo. Nuestro modelo turístico es mayoritariamente extensivo basado en la cantidad y de bajo coste. Con un nivel de llegada de turistas similar a España Estados Unidos ingresa cuatro veces más dólares por turismo que nosotros.

Rajoy centra su estrategia en el objetivo de 20 millones de empleos y le dan igual la calidad y los salarios. El problema es que en la encuesta de costes laborales del primer trimestre de 2017 el salario por hora trabajada descontada la inflación en España cae un 6% anual y al Fondo se le ha olvidado ponerlo en el informe. Esto explica que el peso de los salarios en el PIB siga cayendo a pesar de tener una política monetaria ultra expansiva que, según los manuales de economía, debería estar aumentando la inflación y los salarios.

Hay otra forma de corregir el déficit público estructural, de hacer sostenible nuestro sistema de pensiones y revertir nuestro sobreendeudamiento. Aumentar la inversión en infraestructuras, como pide el BCE. Incrementar la inversión en educación como están haciendo varias comunidades autónomas que están a punto de recuperar los niveles de 2011. Recuperar la inversión en nuestras universidades y en nuestro sistema de ciencia e innovación de 2011.

Volver a crear un entorno de seguridad jurídica y un diseño de incentivos favorable para recuperar la inversión en energías renovables y que la lucha contra el cambio climático vuelva a ser el pilar de nuestra política industrial y tecnológica.

Con este modelo podrían subir los salarios y las pensiones y los españoles dejarían de pensar que cuando hablamos de economía estamos conspirando socialmente. Con el modelo del FMI y del PP cuando el BCE deje de comprar nuestra deuda pública el próximo año seremos vulnerables de nuevo a padecer crisis financieras.

José Carlos Díez es profesor de Economía de la Universidad de Alcalá

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