Trump y las TIC fuman la pipa de la paz
Los contratos del Gobierno de EEUU son golosos para las grandes tecnológicas El magnate prometió hacer una reforma de la inmigración similar a la de Obama
Los antecedentes son conocidos: en campaña electoral, 150 ejecutivos de las empresas estadounidenses TIC criticaron abiertamente al ahora presidente Donald Trump por su postura sobre el cambio climático y la inmigración. Pero casi todos mantuvieron un encuentro en la Casa Blanca el 20 de junio para tratar una posible mejora de la tecnología gubernamental (traducción: vamos a llevarnos bien, que el negocio es el negocio y a todos nos irá bien). Hay tres datos esenciales: sectorialmente, las TIC suponen el 70% del PIB norteamericano; el Gobierno dedica el 10% de su presupuesto a TIC; y desde 1944 estas –microprocesador, sistemas operativos, GPS, teléfono– están unidas a la industria de Defensa estadounidense.
Tim Cook (Apple), Jeff Bezos (Amazon), Satya Nadella (Microsoft) y Eric Schmidt (Alphabet) estuvieron entre los 18 ejecutivos de tecnología –casi todos han criticado a la Administración Trump– que asistieron a la sesión de cuatro horas para hablar de computación en la nube y de los sistemas de información gestionados por agencias gubernamentales.
Para muchos, fue la segunda reunión de grupo con Trump desde la elección, y otra demostración de la capacidad del Gobierno para convocar a altos ejecutivos del mundo de los negocios, incluso en medio de controversias. “El Gobierno necesita ponerse al día con la revolución tecnológica”, dijo Trump, quien se pasó al final de la reunión para saludar a los titanes de la tecnología. “Vamos a cambiar eso con la ayuda de grandes empresas estadounidenses, como la gente aquí reunida”. Y añadió, bromeando: “Tenemos aproximadamente 3,5 billones de dólares (en valor de mercado) en esta sala, pero eso es casi la cantidad exacta de riqueza que hemos creado desde mi elección”.
Asistieron también Gary D. Cohn, director del Consejo Económico Nacional, y Dina Powell, consejera superior de iniciativas económicas, ambos del equipo económico cercano del presidente. El evento fue organizado por “el intermediador en jefe” Jared Kushner –asesor especial del presidente y marido de Ivanka Trump–, y Chris Liddell, director de iniciativas estratégicas de la Casa Blanca y ex director financiero de Microsoft. Kushner trató 10 temas, como ciberseguridad, análisis de datos y uso de tecnología para conectar mejor a las personas con los servicios gubernamentales: “Juntos vamos a liberar la creatividad del sector privado para proporcionar servicios a los ciudadanos de un modo que no se ha hecho hasta ahora”, afirmó Kushner.
La oportunidad para Silicon Valley es enorme. El Gobierno federal gasta 80.000 millones de dólares al año en tecnologías de la información –gran parte de ellos para mantener tecnología anticuada del Departamento de Defensa. Las agencias federales mantienen 6.100 centros de datos que podrían combinarse y trasladarse a la nube.
La reunión se produjo cuando las acciones de las compañías TIC (Apple, Alphabet, Amazon, Microsoft, Facebook) alcanzaban máximos históricos, lo que les otorga poder frente al presidente.
La industria de la tecnología ha recorrido un camino delicado en su relación Trump. Muchos trabajadores y clientes TIC han pedido a algunos empresarios que no sean asesores oficiales del magnate. El ex presidente ejecutivo de Uber, Travis Kalanick, renunció como asesor de la Casa Blanca después de protestas de empleados y usuarios. Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX y Tesla, renunció al consejo asesor de negocios del presidente después de que la Administración retirara a EEUU del Acuerdo sobre el clima de París. Ni Musk ni Mark Zuckerberg (Facebook) asistieron al encuentro, que sucedió semanas después de que líderes TIC como el propio Musk y Tim Cook criticaran públicamente la retirada del Acuerdo ambiental. Es una espada de doble filo para los empresarios TIC: no quieren ser escaparates ni ser utilizados para operaciones de relaciones públicas. Pero, por otro lado, esta es la Administración más amigable con los empresarios desde Eisenhower y está mucho más abierta que cualquier Administración anterior a hacer negocios.
Varios ejecutivos de tecnología tuvieron la oportunidad de dirigirse a Trump al final del día. Jeff Bezos (Amazon) alentó al presidente a utilizar la tecnología empresarial-comercial siempre que sea posible. El negocio de servicios en la nube de Amazon (AWS), líder del sector y en crecimiento, se ha convertido en contratista del Gobierno. El fundador de Amazon también enfatizó la necesidad de formar a los trabajadores y dijo que era “imposible exagerar” la importancia de la formación en TIC, que es donde se crean más puestos de trabajo. En España, por ejemplo, según el SEPE (antiguo INEM), de aquellos que encuentran empleo mensualmente, el 78% tienen “habilidades TIC”.
Satya Nadela (Microsoft), Cook y Bezos destacaron la importancia de la inteligencia artificial. Peter Thiel (PayPal), un viejo partidario de Trump e inversor en tecnología, elogió al presidente. “Tu Administración está muy bien”, dijo, en frase simple, pero al grano. Brad Smith, presidente de Microsoft, dijo en Twitter que la compañía defendió “por qué la inmigración cualificada y las inversiones en educación tecnológica son buenas para el país”.
Varios asistentes afirmaron en redes sociales que Trump también expresó su apoyo a una reforma migratoria “integral”, un término que fue usado durante la Administración Obama para describir –en términos generales– una vía hacia la ciudadanía para inmigrantes indocumentados cualificados en Estados Unidos. El presidente hizo la promesa de otorgar la ciudadanía a los inmigrantes TIC, toda vez que Tim Cook (Apple) le informó de que los empleados de las empresas de tecnología están angustiados, porque se sienten atacados por la confusión sobre la política de inmigración de la Administración.
Trump no fue más allá y, en los días posteriores al encuentro TIC puso énfasis en acabar con la inmigración de bandas organizadas. El jefe de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, no quiso hacer aclaraciones, y un portavoz de Apple se negó a hacer comentarios. Trump, en febrero, dijo que estaba valorando apoyar algún tipo de paquete integral de reforma inmigratoria parecida a la de Obama. Pero nunca lo afirmó públicamente, y ha adoptado una línea dura contra la inmigración en discursos recientes.
La única certeza es que las empresas TIC y Trump han fumado la pipa de la paz.
Jorge Díaz-Cardiel es socio director de Advice Strategic Consultants y autor de Hillary vs Trump y El legado de Obama