Estudiar Ingeniería Industrial en Euskadi, un pasaporte al empleo
Este ranking evalúa las universidades según los empleadores Las capacidades personales del titulado son más importantes que las técnicas
Crece el número de contrataciones a los recién graduados. Incluso hacia aquellos que no cuentan con experiencia laboral previa. Así se desprende del III Ranking Universidad-Empresa, presentado ayer por la Fundación Everis, y donde se pone cifras a este aumento: si el pasado año era el 23% de las compañías el que sumaba a su plantilla a un recién graduado, en esta edición el número se sitúa en el 33%. Las 3.545 empresas españolas privadas analizadas, todas ellas con más de 10 empleados, han llamado a filas a más de 17.700 profesionales, todos recién titulados, procedentes de 79 universidades y 99 titulaciones. Aunque de todos estos centros y carreras, todo sea dicho, solo algunos son realmente aptos para los empleadores.
Los graduados más demandados son los correspondientes a las carreras de Administración y Dirección de Empresas y a las Ingenierías. “Estas ramas, de hecho, han superado el 50% del total de las contrataciones”, explicó ayer el presidente de la Fundación Everis, Eugenio Galdón. Pero el título no es lo único. Las compañías miran con lupa las competencias del profesional, y según muestra el estudio, conocen cuáles son las universidades en las que mejor se forma a los futuros empleados.
Así, los campus de Ingeniería Industrial, la más solicitada de todas, que mejor se adaptan a las necesidades de los empleadores son la Universidad del País Vasco, con una nota de 7,9 sobre 10; la Politécnica de Cataluña (7,7) y la Politécnica de Madrid (7,6). En ADE, el podio lo conforman la Universidad de Deusto (8,2), la Universidad de Sevilla (8,2) y la Autónoma de Barcelona (7,8). “Qué puedo hacer para no ser sustituido por un robot o un algoritmo. Esa es la gran pregunta que hay hoy en el mercado laboral. Y aunque la respuesta exacta no existe, es bueno conocer la opinión de las empresas”, recordó Galdón. A grandes rasgos, son ocho las capacidades que valoran las compañías en sus recién contratados, y que por ende repercuten en la puntuación de las universidades.
Priman las competencias personales antes que las técnicas. La honestidad y el compromiso ético son los elementos más valorados, con 8,9 puntos sobre 10. Le siguen la capacidad de aprendizaje (8,7), el trabajo en equipo (8,6), las habilidades interpersonales y la resolución de problemas (8,3), la orientación a resultados (8) y los conocimientos técnicos de la profesión y la habilidad para trabajar en entornos multiculturales, ambas con 7,9. “Podemos decir por lo tanto que el sistema universitario español peca de enseñanza teórica, y no da mucha importancia a las competencias que más valoran las empresas”.
Y así como las empresas ponderan estas competencias, hacen lo propio con la adaptación de cada centro a ellas. De esta forma, si una compañía quiere buscar un perfil experto en humanidades u otras ciencias sociales, el campus mejor valorado es la Universidad Complutense de Madrid. En el caso de las TICs, manda la Politécnica de Valencia, en ADE y Derecho brilla la Universidad de Sevilla y en Salud la Universidad de Alicante. Por su parte, las Ciencias e Ingenierías encuentran a los perfiles mejor adaptados a sus necesidades en la Universidad de Valencia. Aunque, “pese a que los datos son certeros, hay un pequeño vacío, ya que aquí se puntúan los campus en función de las capacidades de sus egresados, y un centro pequeño, que lanza al mercado a menos profesionales, no puede competir con universidades gigantes”, apuntó Eugenio Galdón.
Cabe recordar también que pese a que ADE o las ingenierías sean de las ramas más demandadas, en comparación con otras, cuentan con una oferta universitaria mucho más reducida, por lo que los sectores de actividad con mayor contratación, en términos absolutos y no proporcionales, se mueven en otros términos: el sector educativo es el principal, en un 59%. Le siguen las actividades sanitarias y el sector de la información, en un 54%, y las actividades financieras y de seguros, con tres puntos porcentuales menos. Las actividades científicas y técnicas obtienen un 46% y las funciones administrativas un 42%.