Londres y la libra reavivan el fantasma del ‘brexit’
Los británicos eligen al Gobierno que deberá gestionar la salida de la UE La Bolsa y la divisa se resienten ante el riesgo de un resultado poco concluyente
Los británicos elegirán hoy al Gobierno encargado de negociar la salida del país de la Unión Europea tras una corta y traumática campaña electoral que ha dejado al brexit en un segundo plano.
Reino Unido llega a las urnas tras una oleada de atentados en Mánchester y Londres que se han cobrado 33 víctimas tras la muerte ayer de una de las personas heridas el pasado sábado en la capital británica.
Las conversaciones ayer en pubs y restaurantes giraban con más frecuencia en torno a los presuntos fallos de la seguridad británica que a la futura gestión de un brexit que se da por descontado. Y en los informativos de televisión, la entrevista con la madre (italiana) de uno de los terroristas del sábado captaba más la atención que los mítines finales de la primera ministra, la conservadora Theresa May, y el líder de la posición laborista, Jeremy Corbyn.
Los mercados, sin embargo, sí que se mantienen en guardia ante las elecciones de hoy. Y reciben la apertura de los colegios electorales a las 7 de la mañana (hora británica) con una tensa calma (el selectivo de la Bolsa de Londres cayó ayer un 0,3%) y un creciente blindaje ante el riesgo de que la cotización de la libra esterlina sufra un desplome como el del año pasado tras el referéndum del brexit. La precaución de los mercados se debe a la posibilidad de un Parlamento sin mayoría absoluta, que genere nuevas incertidumbres. "La libra sufriría en ese caso", señalan los analistas del banco Nomura.
Pero los sondeos apuntan a una clara victoria de May. Y los analistas políticos consideran el resultado inconcluso como una hipótesis bastante remota. Y apuntan hacia una ampliación de la mayoría absoluta que May heredó de David Cameron, el primer ministro dimitido tras convocar y perder el referéndum sobre el brexit.
En el terreno político, la duda gira en torno a cómo explotará May su posible mayoría en las negociaciones con Bruselas.
Fuentes europeas apostaban hasta hace poco por un divorcio de terciopelo si May lograba la reelección, bajo la premisa de que se enfrentaría al bloque más euroescéptico de su partido. Pero ese optimismo se ha diluido en gran medida.
"El brexit duro forma parte del programa de los conservadores", señala el analista Vincenzo Scarpetta, del gabinete de estudios Open Europe en Londres. Scarpetta añade que "las elecciones no son un segundo referéndum, lo que se va a decidir es el tipo de brexit y May apuesta por un brexit duro".
La primera ministra adelantó tres años las elecciones con el objetivo de reforzarse con vistas a la negociación con la UE, que Bruselas pretende comenzar el próximo 19 de junio.
Pero la treta electoral se le ha complicado a May durante una campaña que ha girado más en torno a temas nacionales (sanidad, pensiones, impuestos o seguridad) que sobre la futura relación con la UE. "Lejos de ser un segundo referéndum, la votación se ha convertido en unas elecciones generales convencionales", concluía Thomas J. Leeper, de la London School of Economics, en un análisis.
May intentó ayer, en sus últimos mítines, volver a centrar la campaña en torno al brexit, que es su punto fuerte frente a Corbyn. Pero incluso si no lo consigue, la primera ministra parece llamada a beneficiarse de unas elecciones que también suponen el regreso a un bipartidismo tradicional, sin apenas espacio para el entusiasmo de los liberales ni para la eurofobia de UKIP. De modo que, con o sin brexit, May tiene las de ganar.