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Cumbre del Clima

Acuerdo de París: qué empresas se benefician (o pierden) de la decisión de Trump

Las inversiones comprometidas en renovables se mantendrán Las compañías de servicios petroleros podrían aumentar el negocio

Participantes en la concentración convocada por Greenpeace frente a la Embajada de Estados Unidos para protestar por la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de sacar a su país del Acuerdo de París.
Participantes en la concentración convocada por Greenpeace frente a la Embajada de Estados Unidos para protestar por la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de sacar a su país del Acuerdo de París.Mariscal (EFE)

La decisión de Donald Trump de abandonar el Acuerdo de París de 2015 para reducir las emisiones es un golpe para la lucha contra el cambio climático. Estados Unidos es el segundo país que más CO2 emite, por detrás de China.

Si bien el anuncio no tendrá un impacto inmediato sobre ningún sector económico concreto, ni sobre el mix energético de Estados Unidos (casi el 15% de la energía producida en 2016 procedió de fuentes de renovables), a medio y largo plazo sí podría afectar a decisiones de inversión y valoraciones.

El acuerdo fija quelos países no pueden abandonarlo antes de tres años, por lo que hasta 2020 no se haría efectiva la salida de Estados Unidos. Sí es cierto que Trump ha prometido detener la implementación inmediatamente y ya ha comenzado a legislar para desmantelar la política de su predecesor, Barack Obama, de reducir las emisiones a la atmósfera.

La primera industria que podría verse afectada sería la de las energías renovables. En principio, los expertos consideran que la tendencia de aumento de la inversión en este sector es imparable, incluso en un escenario de menores incentivos públicos. Sí es cierto que se puede provocar un traslado por parte de las empresas de proyectos de inversión hacia países con legislaciones más favorables. China, por ejemplo, se ha comprometido a invertir 360.000 millones de dólares en plantas de generación de renovables hasta 2020, una inversión que podría crear hasta 13 millones de empleos, según Reuters.

Wall Street, de momento, apenas ha reaccionado a la noticia. Grandes empresas como NextEra Energy, Xcel, FirstEnergy han cotizado sin apenas variación en las últimas sesiones.

Los analistas de Renta 4 señalan que en principio “los planes de incentivo a la inversión en renovables en Estados Unidos (PPAs) no pueden cambiarse”. De ahí que esta firma de análisis espera que “se mantengan sin variaciones para los proyectos que actualmente se están desarrollando”. Otra coas serán los nuevos proyectos: “entendemos que estos planes se detendrían”.

En Europa, el impacto ha sido también sensible, pero limitado. Vestas y Gamesa, los dos mayores fabricantes de generadores de Europa, así como Solaria han registrado caídas. Tres empresas del sector han caído en las últimas sesiones más del 10%, la polaca Brass y las suecas SeaTwirl y Absolicon Solar, y otras cinco entre el 5% y el 10%. No obstante, dentro de las empresas del sector de renovables que recopila Reuters, casi la mitad sube, entre ellas algunas de las más grandes por capitalización. Europa y China han ratificado su intención de reforzar la cooperación sobre cambio climático, por lo que según algunos expertos las inversiones y la mejor tecnología en energías renovables, mucho menos dependientes de los apoyos públicos que hace unos años, fluirán hacia estas áreas.

En cuanto a las empresas españolas con presencia en EE UU (Iberdrola, Acciona), desde Renta 4 consideran que “no tendrán un gran impacto porque sus proyectos están cerrados y no se pueden modificar”. A Gamesa “les podría llevar a reducir sus expectativas de ingreso”

La normativa aprobada por Trump (no solo la salida del acuerdo de París) puede implicar un impulso de las perforaciones de petróleo y gas. En este escenario, las empresas de servicios petroleros podrían verse beneficiadas ante el previsible aumento de los recursos para la exploración. Por ejemplo, Halliburton, Sclumberger y Baker Hughes.

Las empresas mineras estadounidenses (sobre todo las de carbón) se pueden ver beneficiadas por los menores requisitos de emisiones . Es el caso de pequeñas compañías como Peabody Energy, propietaria de una de las mayores minas de carbón del mundo, la de North Antelope Rochelle (Wyoming, Estados Unidos) y también Contura Energy y Hallador Energy.

Uno de los negocios que puede verse afectado por la retirada estadounidense del acuerdo de París es el de los llamados “bonos verdes”. Los bonos verdes son emisiones de deuda temáticas, dirigidas a inversiones relacionadas con el cambio climático: proyectos de energía limpia, eficiencia energética o infraestructuras destinadas a mitigar los efectos del calentamiento global. Los fondos que se captan no se pueden dirigir a otros propósitos y existe un organismo que certifica estos bonos. Son útiles en la medida en que grandes inversores pueden dedicar a estos proyectos parte de su cartera como forma de luchar contra el cambio climático.

En la cumbre de París de 2015, inversores y gestores con fondos por 11 billones de dólares se comprometieron a contribuir al crecimiento de este mercado. Además, los gobiernos pueden primar estas emisiones sobre el resto, también con el objetivo de mitigar el cambio, o inversores particulares poner su dinero en un fondo especializado. Las emisiones de bonos verdes se duplican cada año: en 2016 rondaron entre los 80.000 y 90. 000 millones de dólares, según distintas fuentes. Moody’s prevé para este año 200.000 millones. Dentro de este mercado, Estados Unidos emitió 30.000 millones en 2016, algo menos de la tercera parte.

En España Iberdrola cerró este año su quinta emisión de bonos verdes, 1.000 millones de euros. Repsol ha emitido otros 500 millones este año, y la Comunidad de Madrid, la Caja de Ingenieros han cerrado sus propias emisiones. BBVA ha cerrado varios préstamos con esta certificación. En total, en el mundo el 44,4% de los emisores de bonos verdes son instituciones financieras, el 22,8% empresas, el 15% proyectos públicos y el 11,8% entidades multilaterales de inversiones.

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