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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La inversión pide una inequívoca señal a Francia ahora y a Alemania después

Si los electores esquivan a Le Pen mejorarán los bonos, el euro y las acciones

Un fotomontaje con los candidatos de la primera vuelta de las elecciones francesas.
Un fotomontaje con los candidatos de la primera vuelta de las elecciones francesas.Reuters

Las elecciones presidenciales francesas que tienen su primera vuelta este domingo y la segunda el 7 de mayo solo es el segundo capítulo del carrusel electoral que animará a Europa durante este año, y que puede determinar el futuro del proyecto de Unión Europea. Y con él, también el porvenir de cuestiones tan capitales como la Unión Monetaria que sostenta una moneda que circula por el bolsillo de los europeos desde que arrancó el siglo. Aunque pueda parecer el euro un instrumento prescindible, los europeos conscientes de la historia del último siglo saben que el andamiaje político que sujeta al proyecto económico de integración en el Viejo Continente se ha convertido, sin ningún género de dudas, en el mejor antídoto a los conflictos paneuropeos que asolaron la vieja Europa. Y aunque parezca un debate superado, del resultado de las elecciones de este año en Holanda, Francia, Reino Unido y Alemania depende el euro, la estabilidad económica de quienes conviven con él, y seguramente la paz en el continente.

Los franceses decidirán qué grado de implicación con un futuro más europeista quieren, y de encontrar una respuesta adecuada en los comicios alemanes de septiembre/octubre dependerá todo lo citado más arriba. Aunque la creación del euro, y de la propia Unión Europea, ha sido una historia de éxito sin precedentes tanto política como económica, el reparto de la gloria ha sido simétrico, y cada paso que se dé en el futuro debe procurar corregir las pérdidas de progreso allí donde se hayan producido e implicar a las nuevas generaciones en una Europa integrada y solidaria, respetando idiosincracias pero esquivando arrebatos nacionalistas que únicamente deconstruyen lo andado.

Para los inversores la incertidumbre es un mal contexto, aunque las opciones reales que le otorgan los expertos al peor de los escenarios, al más disolvente, (una victoria final de Marine Le Pen) son muy limitadas. Si triunfa la normalidad, el euro recuperará posiciones, los bonos moderarán los tipos y las empresas industriales se sacudirán los temores que están maniatando ahora sus cotizaciones en los mercados.

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