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Tribuna
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Monchi, director deportivo de abogados

También en el mundo de la abogacía es importante saber tratar a las ‘estrellas’. La clave: ofrecerles la atención precisa en cada momento (bueno o malo) de su trayectoria

La editorial Chambers and Partners ha publicado recientemente la clasificación que elabora anualmente sobre los mejores despachos y abogados en cada jurisdicción y en cada área de práctica. La presentación de esta guía se realiza durante la entrega de los premios de la misma editorial a los mejores despachos de cada país en Europa. En España, los galardones han recaído en Pérez Llorca –como mejor despacho– y en Garrigues –mejor servicio al cliente–.

Esta clasificación es un factor más que ayuda a construir la reputación de los despachos y de los propios abogados. Aparecer entre los nominados y clasificados es un orgullo que sitúa a los profesionales entre los mejores del sector y supone, en muchos de los casos, un pequeño alimento para la vanidad profesional.

Poco después de la publicación de esta clasificación, la periodista Paz Álvarez realizaba una magnífica entrevista en Cinco Días a Monchi, director deportivo del Sevilla Fútbol Club que dejará el cargo a final de temporada y que se ha convertido en uno de los pilares del magnífico rendimiento del equipo en los últimos años.

La entrevista no incide en intentar sacarle a Monchi la exclusiva sobre su próximo destino sino que se centra en su papel como gestor de profesionales de primer nivel. Monchi explica que “el ego hay que entenderlo y hacerle ver a la persona o al jugador que el que está a su lado es igual que él. Ha de prevalecer el grupo sobre el individuo, aunque es difícil rebajar esa importancia. Un director deportivo siempre tiene que estar cerca del jugador y ha de saber gestionar su ego. Por ejemplo, Luís Fabiano y Kanouté [dos de sus descubrimientos] tenían egos altos, los dos eran importantes. Cuando uno de ellos metía un gol, yo le daba cariño al otro. Porque cuando un jugador está bien no necesita ayuda, hay que estar cerca del jugador cuando no está tan bien”.

Monchi aporta una reflexión interesante en la gestión de personas muy cualificadas y que puede servir en los días posteriores a la publicación de Chambers: la atención en el momento difícil. Cuando la alegría de un gol trascendental o del asesoramiento jurídico en una operación decisiva invitan a la loa y la alabanza al que lo ha logrado, el gestor apuesta por la carantoña al que no le están saliendo tan bien las cosas.

Un futbolista de primer nivel contó en una entrevista que el periodista con el que mejor trato tenía era uno que le telefoneó cuando llevaba cuatro meses lesionado con una rotura de ligamentos. Poco después, en un momento de éxito profesional, las llamadas se multiplicaron. Era lógico, pero con quien mantenía la comunicación fluida era con el que se había acordado de él en los momentos duros.

La exigencia de resultados importantes a corto y medio plazo en las grandes firmas de abogados –como a los delanteros– necesita ir acompañada de una gestión de personas que se presume complicada en la vorágine de los resultados. Los socios directores, directores de equipo y responsables de recursos humanos se enfrentan cada día al reto de la gestión de profesionales muy cualificados, sometidos a una alta presión, con una gran responsabilidad y, en la mayoría de los casos, con un ego fruto de las características anteriormente citadas.

Por todo ello, el papel de un gestor de personas se presenta de alto valor añadido en la estrategia del despacho. Su labor como intermediario, confesor, motivador, apaciguador y, cuando es necesario, adulador requiere de un conocimiento y una preparación vital.

Tratar a estrellas de forma diferente que a otras estrellas es todo un arte.

Jorge Valdano comentó que Romario –“el delantero de dibujos animados”– tenía una cláusula en su contrato con el Valencia que le permitía salir de fiesta todas las noches hasta la hora que quisiese. Quizá no hace falta llegar a un trato así , pero sí saber cuidar a las ‘estrellas’.

Borja Martínez-Echevarría es asesor de firmas de abogados de Pérez+Partners

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