El hallazgo de Repsol animará su inversión en exploración, que cayó un 80% en 2016
El de Alaska es el primer gran descubrimiento de la compañía desde el del megacampo venezolano Perla, en 2009
El anuncio del descubrimiento que un consorcio en el que participa Repsol ha realizado en Alaska, que supone, según la compañía, el mayor hallazgo de hidrocarburos convencionales en Estados Unidos en 30 años, ha sido una buena noticia para la compañía. Esta comienza a salir así de la crisis de los deprimidos precios del crudo que hacen inviable cualquier, según el sector, inversión en exploración y producción por debajo de los 50 dólares el barril (en enero de 2016 topó el suelo de 27 dólares). Ayer el barril de Brent cerró en 51,71 dólares.
Gracias a la reducción de los gastos de exploración, que compensaron dicha caída, el área de upstream (exploración y producción) de Repsol logró un resultado neto 52 millones, frente a las pérdidas de 925 millones de 2015. Esto fue también posible gracias a un aumento de la producción del 23% (690.000 barriles al día) por la incorporación de los activos de la filial canadiense Talisman (hoy ROGCI) y la mayor producción en Venezuela, Noruega, Perú y Brasil.
Con un dominio minero de 277.027 kilómetros cuadrados en todo el mundo, Repsol no se anotaba ningún hallazgo destacable desde 2009, cuando descubrió el megacampo de gas offshore Perla, en Venezuela.
En 2016, la compañía terminó la perforación de 13 sondeos exploratorios (frente a los 19 de 2015 y los 24 de 2014, lo que supuso una caída del 32% y un 46% menos, respectivamente) y seis de delineamiento/apraisal, de los que solo tres resultaron positivos; 11 negativos y cinco siguen en evaluación, según los datos de la compañía. Los precios de realización del crudo se redujeron el año pasado un 14%, lo que llevó a todas las grandes petroleras a paralizar las actividades en miles de pozos.
En el caso de Repsol, las inversiones netas en esta área (inversiones brutas menos desinversiones) se redujeron un 80% en el año: de 11.370 millones a 1.889 millones. De estas, las inversiones en desarrollo supusieron un 76% del total y las de exploración, un 18%. En el primer caso, se realizaron principalmente en Trinidad y Tobago (un 24%), Estados Unidos (14%) y Argelia (13%). En el segundo, se destinaron también a EE UU (13%), Indonesia y Malasia (un 8%, respectivamente).
La noticia del hallazgo en el North Slope de Alaska hizo subir la cotización de la compañía que preside Antonio Brufau en un 2,49%, hasta 14,43 euros por acción. Precisamente, en marzo del año pasado, Repsol tramitó el traspaso a su socio Armstrong Oil & Gas de la mayoría de la participación en el citado proyecto y la condición de operador del mismo que pasó a disfrutar la petrolera estadounidese.
Una medida dentro del plan de “optimización de su cartera” incluido en el plan estratégico para sortear la crisis, que supuso la reducción de la participación en la zona al 49% y al 25% en los dos pozos ahora descubiertos. De confirmarse la potencial producción de 1.200 millones de barriles, Repsol incorporará a su cartera 60.000 barriles/día.
2.700 millones en 2017
La decisión final sobre la inversión en North Spole aún no ha sido concretada con Armstrong (en Alaska solo se puede trabajar en los meses de invierno:entre los meses de noviembre y abril). En cualquier caso, las inversiones totales previstas este año por la petrolera española para su negocio de upsptream ascienden a 2.700 millones de euros (cada sondeo, dependiendo de si es en tierra o mar, tiene un coste de entre 40 y 100 millones), sobre un total de inversiones del grupo de 3.600 millones. Por su parte, las desinversiones realizadas por el grupo desde la presentación de su plan estratégico en 2015, ascienden a 5.100 millones de euros.
Repsol participa en bloques de exploración y producción de petróleo y gas en 30 países, directamente o a través de sus participadas y es el operador en 24 de ellos.