Nueva era Trump: el proteccionismo amenaza la industria mundial del motor
México prevé que su producción crezca un 47% en cinco años
El automóvil es un sector icono del libre comercio mundial, de la globalización que corre el riesgo de dar carpetazo ante fenómenos políticos poscrisis financiera que amenazan con cerrar fronteras y colocar muros y aranceles a los productos que fabriquen otros, sospechosos siempre de beneficiarse de la buena marcha del país que cierra sus aduanas. La salida de Reino Unido de la Unión Europea, que se ha planteado de la manera más dura posible, con amenazas de durísimas tasas a la importación y exportación de bienes, o la presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump a los principales fabricantes de coches para que no instalen más capacidad productiva en México porque revisará el tratado de libre comercio de Nafta, son las dos primeras y más graves incertidumbres. Pero vendrán otras, como las elecciones en Francia y Alemania, países socios prioritarios de Reino Unido y en donde el nacionalismo también está en auge.
La primera jugada salió bien para Trump. Las diatribas en redes sociales contra las fábricas de coches en México consiguió que Ford cancelara una inversión de 1.600 millones en una nueva fábrica de San Luis de Potosí y que General Motors, Fiat y Toyota comprometieran 1.000 millones de dólares de inversión cada una en sus fábricas de EE UU, con la consiguiente creación de miles de empleos. También amenazó Trump a la alemana BMW y ahí, lejos de arredrarse, la automovilística mantuvo su posición con el respaldo del Gobierno de Alemania en pleno. El ministro de Economía y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, alertó del daño que supondría para la industria estadounidense la introducción de un arancel del 35% a los coches de BMW producidos en México. Afirmó, en este sentido, que estas medidas solo van a lograr una industria “peor, más débil y más cara”.
España exporta a Estados Unidos por mil millones
El sector español de la automoción realizó exportaciones a Estados Unidos por valor de 969 millones de euros y vendió más de 36.000 vehículos en el país en los nueve primeros meses del año, según datos del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y de los informes de seguimiento sectorial de la asociación de fabricantes Anfac y de la de componentes Sernauto.
De los 969 millones del valor de las exportaciones a Estados Unidos hasta octubre, 555 millones corresponden a la ventas de automóviles y motos, frente a 444 millones de componentes de automoción.
En 2015, casi un 4% de las exportaciones del sector de componentes para automoción fueron a Estados Unidos, en torno a 730 millones de euros, según los datos sectoriales de Sernauto. Esta cantidad supuso un incremento de más del 24% con respecto a 2014. Y el comercio ha ido en aumento. En el primer cuatrimestre de 2016, el sector exportó productos por valor de más de 417 millones de euros lo que representa un 17% más que en el mismo periodo de 2015.
Hay más de 40 plantas de producción y centros de investigación y desarrollo de empresas españolas del sector de equipos y componentes para automoción. Solo de la empresa Antolin hay 15 instalaciones: 9 centros en EE UU y otros 6 en México. Gestamp suma 10 factorías, 6 en EE UU y 4 en México. Ficosa tiene 4 centros en EE UU y 3 en México. CIE Automotive posee una planta en Estados Unidos y 7 en México.
La asociación de fabricantes Anfac calcula que entre enero y noviembre de 2016 se vendieron en Estados Unidos 36.338 vehículos fabricados en España, lo que supone un 1,6% del total. En los once primeros meses del año, España exportó 2,3 millones de unidades, de los 2,74 millones de unidades producidas, lo que supone la mejor prueba de la internacionalización de la producción española de vehículos.
“El proteccionismo atenta contra la libre competencia y esto afecta a la competitividad”, explica Francisco Roger, socio responsable de automoción en KPMG España. Así, los expertos internacionales indican que “para las automovilísticas es muy complicado fabricar coches pequeños en EE UU y que sea rentable” y se refieren a casos como el de Ford, que mantendrá la producción del Focus en Hermosillo (México) y destinará dos nuevos modelos a su fábrica de Michigan (EE UU) como parte de una inversión de 700 millones.
El riesgo, sin embargo, son los planes de incremento de la producción ya en ejecución en México. Un informe de la consultora especializada LMC Automotive señala que la fabricación de coches en México pasará de representar el 19% de toda la producción de la zona Nafta (EE UU, Canadá y México) para ser el 26% en 2020. De hecho, la consultora analiza los planes de producción de los principales fabricantes (Fiat Chrysler, Ford, General Motors, Honda, Hyundai, Renault-Nissan, Toyota y Volkswagen) de aquí a 2020 y estima que la producción en México se incrementará un 40%, hasta los 4,2 millones de unidades. EE UU incrementará su capacidad de producción en 1,5 millones de vehículos hasta 2023, un 12% más y México ganará un 47% más de capacidad, otros 1,7 millones de unidades. Se colocaría en los 5,5 millones de automóviles anuales, según LMC.
“Las posibles penalizaciones para vehículos fabricados en Nafta pero fuera de EE UU tendrán un impacto negativo sustancial en el mix de producción y en las decisiones de inversión”, señalan en el informe de la consultora que advierte que “la aversión al riesgo legislatorio de las empresas y la posibilidad de publicidad negativa retrae los posibles proyectos de inversión”.
Expertos en el sector entienden que este proteccionismo “no tendrá impacto en el comercio mundial sino en determinados países, que perderán capacidad sobre otros”. LMC apunta que es posible cambiar capacidades de producción desde México o Canadá a EE UU si la presión se mantiene. “Esperamos que más fabricantes anuncien nuevas inversiones en EE UU aunque no estén ligadas al nombramiento”, añade “No es la primera vez que las compañías deciden cerrar en un país para abrir en otro”, explican en el sector. Para Roger, sin embargo, “el proteccionismo no beneficia a nadie a medio plazo, es muy difícil generar ventajas”.
El caso de España podría servir de muestra. Las exportaciones a EE UU no son especialmente representativas, dado que solo suponen el 1,6% del total, con algo más de 36.000 unidades vendidas en el país. Sin embargo, la patronal española de fabricantes de coches Anfac ya alertó este lunes de las “incertidumbres” que “la situación política y económica internacional” siembra sobre el futuro desarrollo de la producción en España en el próximo año, “especialmente debido a la devaluación de divisas y al surgimiento de fenómenos proteccionistas en varios de los países de destino de las exportaciones españolas”.
Así señalaron que “Reino Unido, uno de los mayores mercados exteriores para los vehículos fabricados en España, con unas 336.000 unidades anuales, ya ha comenzado a tener bajadas en la exportación en torno al 16% mensual desde el pasado mes de septiembre”, señalaron desde Anfac, por los temores del brexit y el proteccionismo.
Y si bien España no exporta tantos vehículos completos a EE UU, sí lo hace por piezas. “Si se toman los países de la Unión Europea como un bloque, Estados Unidos es el segundo destino de las exportaciones españolas de equipos y componentes para automoción”, explican desde la patronal española de componentes Sernauto. LMC alerta de “el resquebrajamiento de la cadena de suministro” si se modifican los planes de fabricación en México, puesto que la industria auxiliar va de la mano de sus clientes y la deslocalización de fábricas tendría serios impactos para ellos. “El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) ha sido clave como dinamizador económico. Para Sernauto, es muy importante “poder contar con estos mecanismos que favorezcan las relaciones comerciales”.