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Justo castigo para los bancos

Juicios como el de la cláusula suelo no deberían basarse en la capacidad de pago

Afectados por la claúsula suelo durante una concentración en Madrid contra las cláusulas suelo y los abusos hipotecarios de la banca.
Afectados por la claúsula suelo durante una concentración en Madrid contra las cláusulas suelo y los abusos hipotecarios de la banca.EFE (EFE)

Los bancos españoles han recibido un justo castigo. Algunos tendrán que devolver los intereses de más cobrados por los préstamos hipotecarios con las cláusulas suelo, después de que el Tribunal de Justicia de la UE contradijera ayer inesperadamente una sentencia española. Justo es: el veredicto inicial era demasiado amable con los bancos.

Muchos bancos tenían estas cláusulas, que fijaban un tipo mínimo para las hipotecas de interés variable. El TJUE no se ha pronunciado sobre si eran justas, pues el Supremo español falló en 2013 que las de tres bancos no eran bastante transparentes.

Provisionar los costes adicionales podría superar los 4.000 millones

Sin embargo, el Supremo no llegó a dictaminar el resultado lógico de su propia decisión: que los bancos deben reembolsar a los clientes el interés de más. La razón era que se consideraba que el sistema bancario estaba demasiado frágil tras la explosión de la burbuja inmobiliaria. El TJUE ha dictaminado que el Supremo no puede limitar las responsabilidades y que estos intereses deben reembolsarse a los consumidores afectados. Dado que va en contra de lo que el propio abogado general del TJUE recomendó en julio, el veredicto es imprevisto, pero no menos justificado.

Los prestamistas españoles tendrán que esforzarse ahora por provisionar los costes potenciales adicionales, que podrían ser de algo más de 4.000 millones, según fuentes del Banco de España. La cifra exacta es difícil de calcular, y los casos tendrán que resolverse en los tribunales. Santander y Bankinter no las vendieron, y Sabadell siempre ha defendido la transparencia de sus cláusulas suelo. BBVA, que dejó de usarlas en 2013, estimó en julio que el coste máximo sería de 1.200 millones, en torno al 11% de las ganancias de este año antes de intereses e impuestos. Para CaixaBank, el golpe adicional podría llegar a los 750 millones.

Los bancos españoles están en mejor forma que en 2013 y pueden encajar el golpe. Pero lo ideal sería que este tipo de juicios se basaran en lo que está bien y lo que está mal, y no en la capacidad de pago.

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