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Tribuna
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‘Direct lending’ frente a banca tradicional

Esta financiación no requiere una vincu-lación previa, la apertura de cuentas o contratación de otros productos

Actualmente ya existen operadores de direct lending cuyas soluciones de financiación no bancaria compiten de tú a tú con la banca. La nueva oferta que se está desarrollando en España, si bien siempre se ha presentado como un complemento a la financiación tradicional, en la práctica está produciendo un efecto real de sustitución en las fuentes de financiación empresarial en detrimento de la banca, que asume una leve pero progresiva pérdida de cuota de mercado en este segmento.

¿Por qué el mercado está ya ofreciendo soluciones de financiación tan o más competitivas que la banca? Algunas razones tienen el origen en las propias entidades tradicionales. La primera tiene que ver con la capacidad crediticia. La banca es la principal acumuladora y depositaria de liquidez del mercado, pero su capacidad de conceder crédito está condicionada por sus elevados índices de morosidad y las exigencias de solvencia y provisiones que marca la normativa bancaria a nivel europeo. En segundo lugar, si bien la banca tiene la capacidad de financiarse a precios muy bajos, sus estructuras le obligan a compensar el crédito barato con la contratación de otros servicios y vinculaciones que le permitan alcanzar rentabilidades anuales por cliente del 7% en adelante. En tercer lugar, la banca, pese a tener una capacidad comercial muy extensa, tiene una operativa de servicios que todavía no está adaptada a las necesidades y dinámicas del mercado. Y un cuarto y último elemento propio, es que la banca mantiene un estudio del riesgo basado en scorings cuya información de análisis procede de las cuentas históricas de las sociedades. Algo necesario pero que no permite visualizar la situación del presente y futuro inmediato de las compañías.

Además de los factores con origen en la propia banca, hay que añadir el salto tecnológico que permite el desarrollo de modelos de negocio basados en la oferta de servicios financieros con estructuras mucho más pequeñas, eficientes y flexibles, y la situación de los mercados de capitales, donde existe volatilidad y es complicado encontrar productos atractivos en términos de rentabilidad y riesgo. Todo ello empuja capital hacia formas de inversión alternativa, que se fijan en la deuda de empresas solventes no cotizadas como un producto interesante. Es un activo que ofrece seguridad; baja o nula volatilidad; descorrelación con los vaivenes de los mercados financieros; rentabilidad atractiva y una liquidez razonable.

"La financiación no bancaria permite estructuras de financiación más flexibles en términos de importes, plazos y formas de reembolso del capital"

Ante este escenario, identificamos cuatro elementos que explican por qué la nueva oferta de financiación resulta más competitiva y atractiva. El proceso de contratación de sus soluciones (tramitación, documentación, estudio, respuesta y formalización) suele ser más ágil y menos farragoso. La relación que se establece entre las partes es solo de prestamista-prestatario, sin la necesidad de contratar otros productos, ni exigir vinculaciones previas o posteriores. En ciertos casos, la financiación no bancaria permite estructuras de financiación más flexibles en términos de importes, plazos y formas de reembolso del capital. Y un último elemento, es que las condiciones de financiación son claras y transparentes y se adaptan al alza o a la baja en función de la solvencia de la compañía financiada.

Si hablamos de financiación de las ventas, podemos presentar algunos ejemplos ilustrativos. Existen entidades especializadas en el factoring sin recurso que ofrecen un servicio y operativa de calidad, además de condiciones competitivas en términos de precios y volúmenes. En la financiación de inversiones, el renting industrial y tecnológico permite la entrada de operadores no necesariamente bancarios, especializados en el análisis de los activos, que ponen en valor el bien financiado, ofreciendo no solo precios y plazos competitivos sino también soluciones que la banca no siempre puede ofrecer. Por último, en la financiación de desarrollo de negocio, existen fondos que permiten la financiación de planes de crecimiento con plazos de reembolso del capital de hasta siete años y periodos de carencia del capital e intereses muy flexibles que pueden alcanzar los dos, tres o cinco años, sin necesidad de vincular garantías.

Y todo ello remarcando que en ninguno de los casos descritos se requiere una vinculación previa, ni la apertura de cuentas ni la contratación de otros productos, lo cual incrementa su atractivo. Estamos pues ante una nueva situación de mercado en la que los operadores de direct lending deberán seguir desarrollándose y la banca tiene la oportunidad para actualizarse y seguir mejorando su oferta de servicios.

Francesc Padilla es analista de inversiones y socio de Esvalor.

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