BCE: "La política intensifica los riesgos para la zona euro"
El BCE tiene que estar preparado, y lo está, por si se produce un evento más dramático que provoque sacudidas ante las que tengamos que responder”. Así resumió hoy el vicepresidente del BCE, Vítor Constancio, la posición desde la que la institución observa el arrollador impacto que la política tiene en los mercados financieros, que comenzó en junio con el brexit, ha vuelto a quedar patente hace dos semanas con el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que da provocado un vuelco en la renta fija, y prevé extenderse con la celebración del referéndum italiano del próximo día 4 y con las elecciones presidenciales del próximo año en Francia, Holanda y Alemania.
Durante la presentación del informe semestral de estabilidad financiera, Constancio reconoció que “los mercados están preocupados por la incertidumbre política”, tal y como se refleja estos días en la caída de precios del bono italiano o de la cotización de los bancos del país ante la inminente celebración de un plebiscito que podría llegar a costarle el gobierno al actual primer ministro Matteo Renzi. El BCE comparte esa inquietud y de hecho, señala la incertidumbre política y la depreciación de activos, a menudo de carácter muy brusco, que está ocasionando es el principal riesgo para la estabilidad financiera de la zona euro.
El BCE señala cuatro riesgos sistémicos para la región de cara a los próximos dos años y el primero de ellos tiene que ver con la política, un peligro que señala se ha intensificado en los últimos meses. Al mismo nivel, y con la misma intensidad que ya apreciaba hace seis meses, el BCE coloca el riesgo que supone la baja rentabilidad de la banca y un escaso crecimiento económico, lo que complica el objetivo de reducir el elevado volumen de créditos dudosos que aún acusan algunos países. Italia es el ejemplo más destacado de sistema financiero en el que todavía no se ha abordado en profundidad la cuestión de la alta morosidad, si bien el BCE no alude directamente a la banca italiana en su informe.
“La baja rentabilidad de los bancos es producto de muchos elementos”, defendió Constancio, señalando causas como el exceso de capacidad, el impacto de los préstamos morosos o la falta de adaptación del modelo de negocio de las entidades. “El entorno de bajos tipos de interés no es la explicación de todo”, defendió el vicepresidente del BCE, que abogó por una iniciativa conjunta a nivel europeo que establezca “acciones concertadas para abordar directamente en un plazo específico el problema del exceso de préstamos morosos y el exceso de capacidad”.
La mencionada incertidumbre política también tiene que ver con el tercero de los riesgos sistémicos que observa el Banco Central Europeo en el medio plazo: el regreso de las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda soberana y del sector privado no financiero.
El problema de la deuda
A diferencia de los dos riesgos anteriores –la corrección brusca en los mercados y la debilidad de los bancos y del crecimiento económico–, que el BCE califica de riesgo medio, la cuestión de la sostenibilidad de la deuda es un riesgo potencial, aunque relacionado con uno de los aspectos que más inquietan al BCE: la posibilidad de que los gobiernos se relajen en la adopción de reformas estructurales.
“Una mayor incertidumbre política puede llevar a agendas más centradas en lo local y que entorpezcan el crecimiento. Esto puede retrasar las tan necesarias reformas fiscales y estructurales y, en el peor de los casos, podría reiniciar las presiones sobre los países más vulnerables”, explica el BCE en su informe. La necesidad bruta de financiación de los gobiernos de la zona euro ha descendido desde el 31,5% del PIB en 2012, en el pico de la crisis de deuda soberana, a alrededor del 21% en 2016.
Otro de los riesgos que el BCE menciona es la posibilidad de que la tensión de mercado en la potente industria de los fondos de inversión amplifique los riesgos de liquidez y el contagio en el conjunto del sistema financiero.
Alivio para el mercado de repos
El BCE está dispuesto a prestar parte del ingente volumen de deuda soberana que tiene en balance, y que supera el billón de euros a consecuencia de su programa de compras, con el objetivo de reactivar el mercado de repos. Este mercado es una vía de financiación a corto plazo para los bancos, consistente en prestar liquidez con la garantía de un activo de deuda pública –habitualmente alemana– como colateral. Sin embargo, la intensidad con que el BCE ha comprado deuda soberana de la zona euro ha congelado un mercado valorado en 5,5 billones de euros y que ahora desea reactivar. Así lo reconoció ayer a Reuters Vítor Constancio, vicepresidente del BCE.
Es una de las novedades que podrían esperarse de la reunión del BCE del 8 de diciembre y de la que se prevé la prolongación de las compras de deuda más allá de marzo de 2017.