El pan congelado también se apunta a la moda gourmet
Berlys amplía su palnta de Toledo y apuesta por la producción tradicional
Panes de espelta, centeno, con frutos secos, multicereales o con semillas. Son solo algunos de las diversas clases que llenan los estantes de las panaderías. Así, la productora de pan congelado Berlys –una de las líder del sector, con una facturación de 224 millones– ha decidido incrementar la capacidad de su planta de Toledo con dos nuevas líneas de producción enfocadas a los productos tradicionales y con procesos de fermentación más largos.
Con una inversión total cercana a los 22 millones de euros, la empresa navarra culmina con esta inauguración su plan de expansión 2015-2017 de 55 millones en la que reivindica su división de pan –que supone un 67% de su negocio– frente a las de bollería (un 23%) y pastelería, con un 10%. “Es una vuelta al sabor y a lo artesanal, pero que mantenga la regularidad que el cliente busca en los procesos industriales”, resume Ángel Remiro, director general de Operaciones.
Mientras que una de las dos nuevas líneas de producción se centrará en los panes blancos (con un volumen de agua inferior al 60%), otra fabricará los rústicos, que elevan la presencia de agua al 70% y suponen un 40% de la producción de la empresa. Las dos emplearán a unos 25 trabajadores para fabricar 12 toneladas de pan al año. La fábrica de Noblejas (Toledo) da trabajo a 127 empleados en sus 26.000 metros cuadrados y su capacidad de almacenaje para 12.000 palets. Desde allí cubre las regiones del sur de España, Madrid y Levante.
Entre estas inauguraciones, destaca la división especializada en pan rústico, que producirá unos 3.000 kilogramos por hora, 12 millones al año. Gracias a sus 160 metros de longitud y a que ha copado 15 millones de la inversión, permite que la masa fermente durante unas siete horas antes de llegar a la cocción. Incorpora, además, un sistema de corte con agua a presión, hornos que sustituye el sistema de calentamiento por convección a irradiación (para parecerse más, según explican, a los hornos de leña) y una nueva formadora.
Con una capacidad ligeramente inferior, la otra línea producirá 2.500 kilogramos cada hora de la barra Origen, una de las principales apuestas en pan blanco de la compañía en esa vuelta a las elaboraciones tradicionales de las que presume. Se trata de la cuarta ampliación de la segunda fábrica más grande de Berlys –tras la de Tafalla, en Aragón– y la compañía no descarta construir otra planta anexa en los terrenos circundantes en el futuro. La fábrica actual cuenta además con dos línea de baguettes (de 2.000 kilogramos cada una) y otra de panes gallegos.
La clave de estas nuevas elaboraciones es, junto a la ralentización de los procesos de fermentación, son las materias primas, defiende el director de I+D de Berlys, José Alberdi. De este modo, la apuesta de la compañía a largo plazo es introducir nuevos tipos de cereales y semillas, con lo que asegura que ya experimentan en dos plantas piloto en Navarra. “Al contar con una capacidad inferior y mayor versatilidad, nos permiten experimentar tanto en nuestras divisiones de pan como de bollería”, comenta.
De cara al futuro, Berlys espera que esta apuesta por los panes gourmet les permita cumplir sus objetivos de incrementar un 8% el ebitda y situar la cuota de mercado en el 20% para garantizar su posición entre las tres primeras empresas del sector. En 2015, la compañía incrementó las ventas un 4% con una rentabilidad del 19%.
Las principales fortalezas de Berlys para alcanzar estas metas, según Alberdi, son la capilarización del mercado gracias a su red de delegaciones y al peso creciente del retail. En cuanto a la primera, cuenta con presencia en 26 provincias de España, lo que el responsable de innovación considera como un acicate a sus ventas. La proliferación de los cafés aúpa a la venta al por menor de la compañía a facturar 35 millones en el último ejercicio, gracias a los 215 establecimientos de la compañía, que representaron el 15% de la facturación.