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Facebook y las noticias falsas

La red social corre el riesgo de alejar a sus miembros y a las marcas si no aplica el mismo rigor a la información que a la publicidad

Un logotipo de Facebook en 3D, delante de una gráfica de Bolsa.
Un logotipo de Facebook en 3D, delante de una gráfica de Bolsa.REUTERS

Facebook tiene un problema propio de Twitter. Su fundador, Mark Zuckerberg, ha negado que su compañía haya contribuido, difundiendo noticias falsas, a que Donald Trump sea elegido presidente de EEUU. Y, sin embargo, la red social se jacta regularmente ante los anunciantes de su influencia sobre casi 2.000 millones de usuarios. Al igual que los tuits tóxicos, permitir que los bulos se multipliquen tiene el riesgo de alejar a sus miembros y a las marcas.

Zuckerberg ha dicho que la mayoría de lo que la gente ve en la red social es verdad. Y antes, dijo a los asistentes a una conferencia de tecnología que la idea de que una pequeña cantidad de información falsa –menos del 1%- cambie unas elecciones era “bastante disparatada”.

Es innegable que el gigante tiene influencia sobre la difusión de contenidos. Según Pew Research Center, casi el 80% de los estadounidenses conectados a internet usan Facebook, frente al 72% del año pasado; además, la mayoría de estadounidenses se informan por las redes sociales, y la mitad recurrió a ellas para obtener información sobre las elecciones.

Zuckerberg niega que su compañía haya contribuido con bulos al éxito de Trump

Facebook ya aplica normas rigurosas a la publicidad con un proceso de revisión interna. No se tolera contenido falso o engañoso, exigencia que debería extenderse a las noticias. Si la empresa puede borrar la pornografía, por ejemplo, seguramente también puede rastrear noticias falsas.

La tensión entre dejar que la información se desarrolle sin trabas y filtrar hechos como ha hecho siempre la prensa tradicional es real, y un problema molesto también para otras compañías de Silicon Valley. Una búsqueda en Google ofrecía el lunes un resultado en el que se informaba de que Trump había ganado el voto popular (lo ganó Hillary Clinton).

Twitter está pagando el permitir que se publiquen falsedades sin control. Los tuits racistas y misóginos han dañado su modelo de negocio al disminuir el crecimiento de usuarios y la publicidad. Es una de las razones por las que Walt Disney no consideró seriamente comprar la firma, según varias informaciones. Facebook debería asumir su papel como medio de comunicación antes de que los anunciantes sientan que se está enfangando.

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