España pierde competitividad por la subida de precios y del euro
La confluencia de unos precios de consumo en tasa negativa, de un euro depreciado frente al resto de divisas y de una moderación salarial pactada por empresarios y s sindicatos se ha traducido en un período de dos años y medio (desde finales de 2014 a mediados de 2016) en el que las empresas españolas han ganado competitividad frente a sus homólogas.
Previsiones
Las previsiones de los analistas que consulta Funcas elevan la previsión de inflación a una media del 1,3% en 2017, mientras que el Ejecutivo estima que el cambio entre el euro y el dólar se estabilizará en el entorno de 1,1 dólares por euro.
Una tendencia que se ha roto en el tercer trimestre de este año. En ese período, el IPC retomó las tasas positivas con una subida del 0,2% en septiembre y el euro repuntó con fuerza. Todo ello llevó a que la economía española perdiera competitividad con los 28 países que forman la Unión Europea entre julio y septiembre, algo que no sucedía desde finales de 2013, según los datos hechos públicos ayer por el Ministerio de Economía. El índice que mide la posición competitiva pondera la evolución de los precios de consumo y del tipo de cambio del euro con el resto de divisas. Una merma que se inició a principios de 2016 si se compara con los países desarrollados que integran la OCDE y que no pertenecen a la zona euro, lo que ha llevado a que entre enero y septiembre se haya dejado 2,4 puntos.
Una pérdida de competitividad que ha sido todavía más profunda si se compara con los demominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), con 3,2 puntos menos. Las divisas de esos cinco países se han depreciado con respecto al euro, lo que encarece las exportaciones españolas y hace menos competitivas a las empresas en su aventura internacional.