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Contra la discriminación

El Consejo de Europa pide prohibir las pruebas genéticas para seguros

El organismo teme que la propagación de esos tests deje sin cobertura a parte de la población

Un científico analiza en un laboratorio muestras de ADN.
Un científico analiza en un laboratorio muestras de ADN.

El Consejo de Europa, que agrupa a 47 países europeos, entre ellos España, aprobó ayer una recomendación sin precedentes sobre el procesamiento de datos sanitarios en relación el sector asegurador, incluido los resultados de los tests genéticos. Se trata, según el Consejo de Europea, del primer instrumento legal internacional en esta materia. Y pretende, según el secretario general del Consejo, Thorbjorn Jagbland, que “los gobiernos tengan el deber de garantizar que nadie es discriminado en base a sus características genéticas”. 

La recomendación aboga por regular de manera estricta el uso de los datos relacionados con la salud de los asegurados, tanto por respeto a su derecho a la intimidad como para evitar que ciertas informaciones con el cliente o su familia acaben jugando peligrosamente en su contra.

El documento hace especial hincapié en las pruebas genéticas, una técnica predictiva en franca expansión y que, según el Consejo, “corre el riesgo de abocar a una interpretación excesiva o incorrecta sobre el estado de salud de la persona y sobre un futuro a veces muy distante”.

Los tests genéticos, según la definición de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU, son pruebas médicas que identifican cambios en cromosomas, genes y proteínas y cuyos resultados pueden confirmar  o descartar ciertas condiciones genéticas o ayudar a determinar el grado de probabilidad de que una persona desarrollo o sufra ciertos desórdenes genéticos.

En la actualidad, según esa Biblioteca, existen más de 1.000 tipos de pruebas genética. Su uso, en principio, siempre debe ser voluntario. Y plantea dilemas personales profundos que, a menudo, requieren asesoramiento para decidir sobre la idoneidad o no de someterse a la prueba.

El Consejo de Europa considera que el desarrollo de la genética y la posibilidad de obtener con creciente facilidad datos sobre las características genéticas de cada persona obliga a precisar los límites que no deberían traspasar las compañías aseguradoras.

En España, según la patronal del sector, Unespa, no existe una regulación específica sobre el uso de la genética en el campo asegurador. Pero Unespa recuerda que España firmó y ratificó el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad del Ser Humano con respecto alas aplicaciones de

la biología y medicina, en el que “se prohíbe toda forma de discriminación de una persona a causa de su patrimonio genético”.

El mismo Convenio señala que las pruebas predictivas de enfermedades genéticas “solo podrán hacerse (...) con fines médicos o de investigación médica y con un asesoramiento genético apropiado”. Unespa asegura que en base a ese Convenio “los tests genéticos predictivos no pueden ser requeridos por las entidades aseguradoras en las solicitudes de seguro”.

Desde el Consejo de Europa también se señala que las pruebas genéticas están prohibidas en los países que hayan ratificado el Convenio de Oviedo sobre derechos humanos y biomedicina, llamado así porque el proceso de ratificación se inició en la capital asturiana en 1997.

Aún así, la recomendación aprobada ayer pide a todos los gobiernos del Consejo que garanticen que el sector asegurador solo podrá utilizar bajo ciertas condiciones los datos sanitarios de sus clientes y familiares.

El documento aboga también por prohibir el uso de datos obtenidos en el domino público (como a través de internet) para evaluar los riesgos de una persona o calcular la prima que debe pagar cada cliente. 

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