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Remuneración al accionista

‘Scrip dividend’ de Santander: acciones o efectivo, ¿qué es más rentable?

Los accionistas tienen tres opciones: cobrar el dividendo, vender en Bolsa los derechos o recibir acciones nuevas. Escoger una u otra dependerá de cuáles sean los intereses de cada uno.

Cotización del Santander en el año
Cotización del Santander en el año
Gema Escribano

La recta final del año es una época dorada para el accionista. Y es que noviembre y diciembre son junto a enero y julio los meses elegidos por las empresas para premiar la fidelidad del inversor mediante la entrega de dividendos. Uno de los que no podía faltar a la cita es Santander que se encuentra en pleno proceso de retribución al accionista y en esa ocasión la fórmula empleada es la del scrip dividend. Los que opten a este pago serán todos aquellos que disponían de títulos del banco a cierre del pasado 17 de octubre.

La entidad que preside Ana Botín fue la encargada de introducir el scrip dividend en España en 2009. Aunque a comienzos del año pasado la firma anunció un cambio sustancial en la retribución al accionista, todavía sigue empleando esta fórmula. Eso sí, en lugar de cuatro veces ahora ha limitado la cantidad a una. Según este cambio, de los cuatro pagos que realiza la entidad a lo largo del ejercicio solo uno lo efectúa por medio de la esta estrategia que permite premiar al inversor mientras limitan la salida de dinero de caja.

Como en toda ampliación de capital liberada con derecho de suscripción preferente el accionista tendrá que elegir entre tres opciones en función de los objetivos de cada uno. Así, los que quieran aumentar su peso en el capital social de la entidad deberán escoger la recepción de las nuevas acciones procedentes de la ampliación de capital. Para esto tan solo han de esperar a la entrega de los títulos de nuevo cuño ya que esta vía es la que emplea por defecto las cotizadas que recurren a la estrategia del scrip dividend. Para hacerse con las acciones procedentes de la ampliación los accionistas tienen que aguardar a que transcurra el tiempo previsto en el calendario y no pedir al banco la compra de los derechos de suscripción preferente. De acuerdo a la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la ecuación establecida es de 87 derechos por cada acción nueva. Es decir, para tener acceso a un nuevo título son necesarios 87 derechos. El número máximo de acciones que está dispuesto a emitir Santander son 166 millones.

Pero puede que lo que persiga el accionista es el dinero en efectivo. En este caso hay dos alternativas: vender los derechos en el mercado o solicitar la compra de los mismos al banco. Optar por una u otra dependerá de la cotización de los títulos, con el objetivo de alcanzar la máxima rentabilidad.

Los derechos de suscripción preferente empezaron a cotizar el pasado 18 de octubre a un precio de 0,046 euros. Cuatro días después, a cierre del viernes, los títulos alcanzaban los 0,05 euros. Es decir, a lo largo de la semana se han revalorizado un 8,7%. Si la tendencia alcista se mantiene tanto en las acciones como en los derechos, los más rentable sería venderlos títulos de suscripción preferente en el mercado. Pero si de aquí al 1 de noviembre (día en que finaliza el periodo de cotización de los derechos) el mercado se da la vuelta y las caídas cobran protagonismo hasta el punto de que los derechos se sitúen por debajo de los 0,045 euros, lo adecuado sería venderlos a la entidad.

Para solicitar la compra de los derechos al banco el accionista dispone hasta el jueves 27 de octubre. Esta opción, la elegida por la familia Botín, equivaldría a cobrar el dividendo en efectivo.

Junto a la evolución de los títulos en Bolsa, el inversor debe valorar otra cuestión: las retenciones fiscales que se aplican a los dividendos. La última reforma fiscal puesta en marcha por el Ejecutivo supuso fin a la exención fiscal que existía sobre los primeros 1.500 euros cobrados en concepto de dividendo y a día de hoy se gravan al 19,5% para los primeros 6.000 euros; el tramo comprendido entre 6.001 euros y 50.000 euros, tributan al 21,5%; y la parte que excedan de 50.000, al 23,5%.

Si los derechos se venden en el mercado, el pago fiscal se aplaza hasta el momento de la venta de las acciones. No hay retención en el momento de la venta. El efecto que tiene la desinversión es el de rebajar el precio de compra. Por último, el que reciba las nuevas acciones también estará exento de tributar hasta que se desprendan de ellas.

Las acciones procedentes de la ampliación de capital iniciarán su contratación, previsiblemente, 14 de noviembre.

Santander reafirma su compromiso con el dividendo

A finales de septiembre Santander presentó su plan estratégico para los próximos dos años. En el encuentro celebrado por la entidad uno de los puntos a tratar fue la retribución al accionista. El banco reafirmó su compromiso con el dividendo y su objetivo de elevar el pay out en efectivo al 30-40% para 2018.

El año pasado Santander llevó a cabo una fuerte reducción del dividendo que pasó de 0,6 euros a 0,2. Es decir, lo recortó en un 66% a cambio de abonar la mayor parte en efectivo, en lugar de hacerlo vía scrip dividend como venía acostumbrando en los últimos años. Después de introducir esta fórmula en 2009, año a año fue ganando protagonismo y entre 2012 y 2014 todos los pagos los efectuó por medio de esta estrategia.

Un año después del recorte, la entidad se encuentra en condiciones de elevar el dividendo. A la espera de posibles variaciones, con cargo a las cuentas de 2016 Santander distribuirá un dividendo de 0,21 euros por acción frente a los 0,2 euros que repartió a cuenta del ejercicio 2015.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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