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Audiencia Nacional

Rato carga contra Goirigolzarri en su defensa de las tarjetas ‘black’

Juande Portillo

La cuarta sesión del juicio a los 65 usuarios de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia, que cargaron 12 millones de euros en gastos personales sin justificar desde 2003 a 2012, ha estado precedida de ilustres reencuentros.

El motivo es que la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares acoge desde hoy también a los 35 imputados del caso Gürtel, entre los que se encuentra el extesorero del PP, Luis Bárcenas, Álvaro Pérez, alias el bigotes, el propio Francisco Correa.

Este último, cuyo apellido da nombre a la causa, ha compartido por ejemplo un afectuoso saludo con el exresponsable de la patronal madrileña Arturo Fernández en la entrada del edificio minutos antes de que comenzaran las sesiones.

La de las tarjetas black ha estado protagonizada por la declaración del expresidente de Caja Madrid y Bankia, Rodrigo Rato, quien ha defendido la legitimidad de las denominadas tarjetas black y ha sugerido que es un sistema que podrían haber utilizado otras entidades.

“No le puedo afirmar con rotundidad si otras entidades han utilizado o utilizan tarjetas como instrumento de pago. Me parece que si son así, como transferencia, o cheques, son todo instrumentos de pago”, ha destacado restando importancia al uso de las tarjetas como forma de pago.

“Lo que he sabido después es que Caja Madrid, como toda organización viva, tiene unos precedentes, unas tradiciones, en este caso desde 1988, que es la utilización de tarjetas como medio de pago. No me parece bien, ni mal”, ha declarado, exponiendo que “no sería capaz de decir si era la única que lo utilizaba”.

“Las cajas que integraron el SIP con Bankia era mucho más pequeñas y tenían exclusivamente dietas. Caja Madrid era la cuarta entidad e España y estaba en necesidad de atraer personas al consejo, o a la dirección, distintas que las del resto”, ha respondido, cuestionado por el fiscal Alejandro Luzón sobre si alguna de las otras seis entidades contaba con un sistema similar.

Rato ha señalado que en su caso, el director financiero Ildefonso Sánchez Barcoj le entregó “una tarjeta para uso personal, sin justificación, con carácter remuneratorio como miembro del comité de dirección, y otra de gastos de representación”.

Dos modelos de tarjeta

Rato ha expuesto, a preguntas del fiscal, que bajo su mandato hubo dos tipos de tarjeta. Una, la de la etapa Caja Madrid, esa que le dio Barcoj, que suponía un complemento retributivo, con un límite anual que no se sobrepassaba, y que estaba en sus posibilidades agotar o no.

Y otra, que él “propuso” implantar en 2012 una vez conformada Bankia como nueva entidad, que asegura era simplemente una tarjeta normal para retirar dinero contra el salario que ya percibían, no añadiendo una cuantía superior.

En todo caso, Rato ha aseverado que el límite impuesto a las tarjetas de 12.000 euros al mes era “desproporcionado” porque nadie gastaba tanto. También ha negado que fuera un instrumento para sortear los límites a la retribución de las entidades asistidas con dinero público.

Cuestionado sobre por qué los informes emitidos por el consejo en 2011 no detallaban el uso de estas tarjetas, e incluso negaban cualquier tipo de retribución más allá de las dietas, Rato ha destacado que el informe no fue definitivo, ni se remitió a la CNMV y que en todo caso no lo reconoce.

Cuestiona la “buena fe”

En todo caso, Rato ha sostenido que la mejor prueba de la legitimidad de las tarjetas black es que Bankia, ya bajo la presidencia de José Ignacio Goirigolzarri, ha seguido deduciéndose los gastos realizados en estas visas en 2011 y 2012 hasta el ejercicio 2015. “El gasto, para ser deducible tiene que ser legal”, ha subrayado Rato.

Acto, seguido, el expresidente de Bankia ha cargado contra su sucesor y el equipo que lidera. “Cuando declaré en la instrucción, mi única información era la del informe de Bankia encargado al FROB. Entonces tenía mejor opinión de la buena fe de Bankia en este tema”.

“Luego he conocido que se ha ocultado el nombre de la cuenta”, ha dicho en referencia a que el nombre completo de la cuenta en que se cargaron los gastos haría referencia a mayo del 88, cuando las defensas sostienen que se implantó el sistema de tarjetas.

Rato también ha criticado que Bankia no tenga justificantes, y que siga utilizando el gasto de estas tarjetas como deducible. “No creo que hubiera declarado lo mismo tras confirmar la buena fe del informe de Bankia”, ha remachado, poniendo en cuestión la información aportada por la entidad.

Nadie lo cuestionó

Rato, al igual que hiciera el viernes su predecesor al frente de Caja Madrid Miguel Blesa, también ha señalado que “de los ocho o nueve departamentos” al tanto de la existencia y operativa de las tarjetas, nunca nadie le planteó dudas sobre el funcionamiento o la legitimidad de las tarjetas.

También ha argumentado que controlar este tipo de compensaciones era “la principal labor del comité de retribuciones” creado en 2004.

Es más, Rato, que ha negado haber dado ninguna instrucción especifica al departamento contable, ha recordado que los responsables de dicha área se reunían dos veces por semana con el Banco de España y nunca surgió

El papel de Verdú

En cuanto al hecho de que el consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, guardara su visa en un cajón y nunca la usara, Rato ha alegado que a él nunca le cuestionó la legitimidad de la tarjeta.

Verdú ha declarado que no usó la tarjeta porque no era una buena praxis bancaria. Rato ha dicho que Verdú, al que ha señalado como responsable de las remuneraciones, nunca le informó de estas reservas y que de haberlo hecho hubieran cancelado el uso de estas visas.

El rastro de la tarjeta

En un interrogatorio con varios momentos de tensión entre Luzón y Rato, en el que la presidenta de la sala, Ángela Murillo, ha pedido al fiscal que no atropelle al acusado y le permita responder con calma, el también exvicepresidente económico del Gobierno ha defendido que la tarjeta no se podía ocultar. "Una de las peculiaridades de la tarjeta es que no se borra su huella. Hay extractos… Tiene huella y no se borra nada”, ha sostenido Rato.

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