La DGS reclama al seguro que se adapte a los tipos cero
El supervisor envió una carta a todas las compañías para que revisen sus estimaciones
El sector asegurador es uno de los grandes inversores en España, manejando un volumen de activos superior a los 200.000 millones de euros. La mayoría del capital acumulado –como garantía a las pólizas contratadas por sus clientes– está invertido en renta fija, por lo que la fuerte caída de la rentabilidad de la deuda pública le afecta muy directamente.
La directora general de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), Flavia Rodríguez-Ponga, ha explicado hoy que desde el organismo supervisor se ha enviado una carta a todas las compañías recordándoles “es fundamental que tanto en el cálculo del resultado técnico como en el cálculo del resultado financiero, las aseguradoras monitoricen periódicamente los criterios empleados, de modo que las bases técnicas actuariales estén actualizadas con la situación actual del mercado”.
La compañías tenían de plazo hasta el 31 de julio para hacer acuse de recibo de la misiva y, según Rodríguez-Ponga “todas se han mostrado proclives ha tener actualizados sus métodos de cálculo”.
La máxima responsable de la DGS, que ha intervenido en la presentación de un estudio elaborado por el servicio de estudios de Mapfre sobre la situación del sector, explicó que los rendimientos que podían obtener una aseguradora con los 100 euros de prima que cobraba por adelantado para una póliza de autos “son muy diferentes a los que puede tener en el actual contexto de bajos tipos de interés”.
Esta situación puede llegar a provocar que algunas compañías lleguen a presentar pérdidas, si no toman medidas para paliar la pérdida de estos ingresos financieros.
- El antídoto de la innovación
“Uno de los grandes riesgos que afronta el sector en los próximos años es la caída del resultado técnico financiero”, recordaba Rodríguez-Ponga. “Y la vía para combatirla es con innovación con la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio.
La directora de la DGS recordó que el sector tiene una gran capacidad de adaptación y puso como ejemplo la “ejemplar” transición hacia la nueva normativa de requerimientos de capital, conocida como Solvencia II. “Las aseguradoras, y también el superior, hemos sido capaces de hacer una transición exitosa hacia la nueva regulación”.
Aunque los bajos tipos de la deuda pública restarán ingresos a las aseguradoras, España es uno de los países de la Unión Europea dónde menos impactará este nuevo entorno de mercado, de acuerdo con un estudio realizado por el regulador europeo (Eiopa).
La clave es que en España se adoptó desde hace muchos años un sistema por el que se hace coincidir las rentabilidades prometidas en los seguros de vida-ahorro, con los rendimientos ofrecidos por los bonos que respaldan estos productos. Al estar casados estos dos tipos de interés, la evolución de los rendimientos de los bonos no tiene un impacto muy fuerte sobre los productos ya comercializados. En Alemania, en cambio, se han vendido muchas pólizas de ahorro con jugosos compromisos de rentabilidad (en algunos casos, por encima del 6%) sin tener el respaldo de un bono que tenga esa misma rentabilidad. La aseguradora de turno buscaba los rendimientos comprometidos en el mercado pero, con los tipos de la deuda pública por debajo del 0% para casi todos los países europeos, esas pólizas de vida suponen una fuente contante de pérdidas.
Durante la presentación del informe El mercado español de seguros, el director general de estudios de Mapfre, Manuel Aguilera, se mostró optimista en cuanto al futuro del sector, aunque advirtió que es necesario controlar el nivel de desempleo en España, ya que afecta a los ingresos disponibles y, por tanto, a la demanda de los hogares.
Aguilera se mostró partidario de incrementar la importancia de los seguros de vida-ahorro “porque son un vehículo ideal para que las familias ahorren a medio y largo plazo”. Este experto considera que en los próximos años se favorecerá la contratación de productos de protección, inversión y jubilación.