Empresarias de pueblo
La brecha salarial entre mujeres y hombres fuera de las ciudades alcanza los 600 euros.
¿Qué dominguero que se precie no ha picado y ha vuelto a casa con una bolsa de jugosas magdalenas bajo el brazo? Muy probablemente no habremos caído en la cuenta que ha sido María, Isabel o Ana la encargada de escoger una a una las doce unidades que ellas mismas, con el alba, introducían cuidadosamente en el horno.
Mujeres rurales que llevan toda la vida al frente de un negocio del sector servicios, más del 78%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Empresarias a las que, por asumirse como normal, no se les da ni la visibilidad ni el protagonismo que se merecen.
Sin embargo, lo tienen, y mucho. “La brecha salarial es menor cuando es la mujer quien emprende”, afirma con rotundidad Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).
El 54% del emprendimiento fuera de las urbes tiene nombre de mujer
Las mujeres llegan a ganar hasta 600 euros menos que los hombres, situándose su rango salarial entre los 400 y 1.000 euros, frente a los entre 1.000 y 1.400 euros de ellos, de acuerdo con el Diagnóstico de la igualdad de género en el mundo rural, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Dato que se agrava si tenemos en cuenta la información aportada por Fademur (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales). “En los municipios rurales, el desempleo femenino supera en 20 puntos la media nacional”.
Pese a ello, desde ATA destacan que el 54% del emprendimiento fuera de las urbes tiene nombre de mujer, “habiendo liderado el emprendimiento tanto durante la crisis como ahora”, detalla Ferrero. Prueba de ello es que entre diciembre de 2015 y marzo de este año, las 428 bajas de autónomos, en masculino, eran compensadas por las 2.097 altas de trabajadoras, en femenino, por cuenta propia.
- Innovadoras
La resilencia no es la única cualidad que resalta en las féminas que optan por convertirse en las empresarias de pueblo. La vicepresidenta ejecutiva de ATA explica que “son las mujeres las que más innovan y llevan la tecnología a actividades tradicionales”.
Es el caso de Helena Olgado. Esta gaditana regenta desde hace cuatro años el único herbolario de Prado del Rey, un pueblo de apenas 6.000 habitantes en la sierra de Grazalema. “Fue una solución a mi situación laboral”, cuenta. “Era maestra de educación especial en un centro de protección de menores, pero, cuando la Junta de Andalucía suspendió los convenios, me ví en la calle, sin opciones”.
Lejos de rendirse, y pese al “vértigo de jugarse todo”, Helena decidió ponerse a estudiar los comercios del pueblo y dar uso al local que tenía su familia con algo que “no existía”. Así, desde 2012 “he ido reinvirtiendo lo que ganaba e incorporando productos y servicios nuevos según lo que me van pidiendo los clientes”.
El camino no está siendo sencillo. Tras dos años sin obtener beneficio, a día de hoy, de los 3.000 euros de media que registra su caja apenas se queda con “1.000 limpios”, es decir, después de pagar impuestos, cuota de autónomos y proveedores.
“Faltan ayudas, especialmente para contratar”, afirma. En su caso, solo se pudo acoger a la tarifa plana de 50 euros y a los 4.800 euros que ofrece la Junta para la contratación durante la baja maternal y que ahora le reclaman por un defecto de forma. “Quería hacerla indefinida, pero he tenido que prescindir de ella, y no solo eso, sino que con el niño me he visto obligada a cerrar la tienda por la tarde”, se lamenta.
Iniciativas
Aunque todavía queda mucho camino que recorrer, tanto desde la Administración como desde asociaciones y sector privado se apuesta cada vez más por dar un impulso a la integración laboral de las mujeres del mundo rural.
Prueba de ello es el programa Aurora o las actuaciones recogidas en el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2014-2016 puesto en marcha por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que cuenta con una dotación de 3.127 millones de euros y que incluye el desarrollo de 224 actuaciones.
La última de ellas es la promovida por la federación que preside Lorenzo Amor, Emprende en femenino: un camino hacia la igualdad. El objetivo, en palabras de Celia Ferrero, es “conciliar herramientas para luchar contra la desigualdad entre hombres y mujeres especialmente en las poblaciones más pequeñas”.
El proyecto se extenderá durante un periodo de cuatro meses. Durante este periodo se impartirán 18 talleres para la promoción del emprendimiento y se ofrecerán tutorización y acompañamiento a las emprendedoras y autónomas, que tendrán, a su vez, acceso a información sobre posibles fuentes de financiación, fundamentalmente microcréditos.
Además de empoderar a la mujer del mundo rural y abrir su abanico de oportunidades laborales, otra de las miras de esta iniciativa, respaldada por los fondos FEDER de la Unión Europea, es la de evitar la despoblación de estas zonas. “No olvidemos que la mujer es quien vertebra el ámbito rural”, concluye Ferrero.
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