El Ibex salva el día con una subida del 0,21% aunque sin retomar los 8.500
La semana bursátil arranca sin una tendencia clara y rondando la zona de los 8.500 puntos. La reunión de banqueros centrales de Jackson Hole marca la cuarta semana de agosto.
Los bancos centrales se han convertido en el sostén capaz de propiciar reiterados máximos históricos en Wall Street e inagotables récord en el descenso de rentabilidades de la deuda soberana europea. Son el escudo con el que se ha neutralizado hasta el momento el nerviosismo generado por el brexit y el bálsamo gracias al que el mes de agosto está transcurriendo sin sobresaltos en los mercados. Los inversores se han acostumbrado a su protección incansable y no son capaces por el momento de hacer una lectura positiva de las alzas de tipos de interés, no precisamente cuando se abordan como medida con la que enfriar la inflación sino como muestra de la recuperación económica tras una profunda crisis. Ese es el punto en el que se encuentra Estados Unidos y la posibilidad de una próxima subida de tipos de interés volvió a amedrentar hoy a los inversores, aunque contuvieron el miedo al cierre de la jornada
El vicepresidente de la Reserva Federal, Stanley Fischer, aseguró que la economía estadounidense se encuentra cerca de los objetivos de la institución de pleno empleo e inflación del 2% anual. “Estamos cerca de nuestros objetivos. No solo eso, el comportamiento del empleo ha sido especialmente resistente”, afirmó Fischer, que pronosticó además un “repunte del crecimiento en los próximos trimestres”. Sus palabras alientan las opciones de un alza de tipos en EE UU, que muchos habían descartado para antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
El momento en que la Fed decida abordar una nueva subida de tipos se ha convertido de hecho en la principal inquietud de los inversores, a falta estos días de otras referencias y con una de las principales citas del verano en el horizonte. El jueves comienza la tradicional reunión de banqueros centrales en la localidad estadounidense de Jackson Hole, en esta ocasión bajo el sugerente título de “Diseñando una política monetaria resistente para el futuro”. El viernes intervendrá la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y a la espera de pistas más contundentes, la expectativa de un alza de tipos dominó hoy los mercados, sirviendo como excusa para unas ligeras ventas con las que ir recogiendo beneficios. No en vano, y según recuerdan en Bankinter, “sin noticias preocupantes, a diferencia de otros ejercicios, las bolsas acumulan sustanciosas revalorizaciones desde el cierre de junio”. Del 8% en el caso del Dax y del 5% Eurostoxx.
El dólar hoy subió ligeramente, propiciando con ello el descenso en las compañías de materias primas. El conjunto de las Bolsas europeas finalizó la jornada con leves descensos. El Ibex 35 logró en cambio finalizar la jornada con un alza del 0,21%, aunque sin llegar a recuperar los 8.500 puntos. Se colocó en positivo en la recta final de la sesión, gracias a que en Wall Street se fueron diluyendo las leves pérdidas de la apertura.
Las mayores alzas fueron para IAG, Popular y Sabadell, con avances respectivos del 1,78%, 1,59% y 2,08%, mientras que las mayores caídas fueron para Arcelor (-2,2%) y Técnicas Reunidas (-1,24%). A nivel europeo, el sector más castigado fue el de materias primas, que se dejó el 1,6% con descensos que llegaron al 6% en compañías como las británicas Fresnillo y Rangold Resources.
En Europa, el sector químico y farmacéutico es el que registra mayor tirón gracias a la subida de más del 10% que avanza la suiza Syngenta después de que las autoridades de la competencia de EE UU dieran visto buena a la compra de ésta por parte del gigante chino del sector ChemChina.
El retroceso del precio del crudo desató también las ventas en las compañías petroleras. El barril de crudo brent cayó ayer de los 50 dólares, hasta los 49,5 dólares, con un retroceso del 2,7%. El descenso pone freno al alza acumulada días atrás, ante la expectativa de que en la reunión que celebrará la OPEP en septiembre se alcance algún tipo de acuerdo para rebajar la producción.