Volver al trabajo no tiene por qué ser deprimente
Mantener una actitud positiva y vivir el momento, claves para evitar el estrés posvacacional
Se acerca el fin de las vacaciones para quienes todavía no las han agotado. Incorporarse al trabajo y retomar las rutinas habituales puede suponer un problema si no se sabe gestionar bien. Se estima que en torno al 30% de los trabajadores sufre el llamado síndrome o estrés posvacacional, un concepto paraguas que abarca desde la falta de energía, motivación o concentración hasta el nerviosismo o trastornos del sueño.
La clave para evitar que la vuelta a la rutina se convierta en una pesadilla es, paradójicamente, vivir el momento. “No saber diferenciar entre ocio y trabajo, llevarse los problemas a casa, nos impide concentrarnos en lo que hacemos. No estamos acostumbrados a centrarnos en el presente”, apunta el coach Javier González, consejero delegado del Instituto Superior Magna Coaching. En su opinión, el fin de las vacaciones no debería ser traumático, en tanto que cada día, desde que abandonamos la oficina, tenemos tiempo libre. “Nuestros pensamientos suelen mirar al pasado, cuando deberíamos disfrutar cada momento”, argumenta.
Eso se consigue interiorizando que aunque las vacaciones hayan terminado, el tiempo de ocio no lo ha hecho. “Al salir del trabajo puedes volver a realizar todas aquellas actividades que te ayudan a desconectar, ya sea deporte, quedar con los amigos, leer un buen libro o ver una serie”, indica este experto.
Mejor partir las épocas de descanso
¿Conviene concentrar todos los días libres en un solo y largo periodo o es mejor dividir las vacaciones en varias partes? Cada cual tiene su propia opinión sobre cuál es la mejor forma de desconectar.
Estar todo un mes sin pisar la oficina no tiene por qué ser mejor que tomarse cuatro semanas de descanso repartidas durante el año. Eso opina al menos el coach Javier González. “Cuanto más tiempo pase uno de vacaciones, más posibilidades tendrá de crear un hábito. Y cambiar un hábito es mucho más costoso que cambiar una costumbre”, explica.
El experto en inteligencia emocional Pascual Girons también aconseja no acumular todas las vacaciones en verano. “Para disfrutarlas mejor es recomendable hacer menos tiempo de vacaciones pero más a menudo”, opina.
¿El relax de un mes es equivalente al de una semana? “La clave es que no se deberían tomar las vacaciones como el único momento de desconexión. Si aparcamos realmente el trabajo cuando finaliza la jornada laboral, podemos descansar y llegar al día siguiente llenos de energía”, expone González. Los fines de semana largos, dice, deberían ser suficientes para recargar pilas.
Una forma de facilitar esa separación es la planificación. Pascual Girons, business coach y experto en inteligencia emocional, señala que es muy aconsejable crear un planning de actividades y tareas tanto profesionales como de entretenimiento. “El objetivo es mantenerse ocupado en todo momento para no caer en la melancolía”, señala.
- Empezar fuerte
González coincide en que es mejor cargarse de trabajo el primer día que tratar de tener una reentrada suave. “Lo primero que se necesita para ponerse en marcha en la oficina es trabajar. Cuantas más cosas tengas para hacer el primer día mucho más sencillo será la adaptación, ya que no te dará tiempo a ponerte a pensar en lo bien que lo estabas pasando de vacaciones”, aconseja.
Mucha gente trata de reservarse al menos un día de descanso entre la llegada a casa del destino vacacional y la vuelta a la oficina. Eso es un error, opina Girons. “Cuanto más tiempo pase entre el día que volvemos de vacaciones y nuestra incorporación al trabajo más probabilidad tendremos de sufrir una bajada emocional. Lo mejor es empezar cuanto antes las tareas profesionales para no bajar el nivel de energía”, apunta.
- El secreto está en la mente
Lo que pensamos o dejamos de pensar tiene un papel importante a la hora de conformar nuestra visión sobre lo que nos rodea. De ahí que sea importante, dice González, hacer un esfuerzo para no contemplar la vuelta al trabajo como un acontecimiento gris. “Conviene mantener una actitud positiva en la que primen mensajes como ‘gracias a que he tenido vacaciones, puedo volver al trabajo descansado y cargado de motivación”, señala.
Lograr ese control sobre la situación es tan importante como saber desconectar de verdad durante las vacaciones, algo que resulta especialmente difícil para quienes ostentan cargos de responsabilidad.
- El papel de la empresa
Pascual coincide en que “debemos concentrarnos en no agobiarnos”, y añade que “las empresas deben aprender a gestionar el estado emocional de las plantillas para evitar los casos de depresión posvacacional”. Eso pasa fundamentalmente por no exigirle el máximo al empleado desde el primer minuto de su vuelta.
Otra forma que tienen las compañías de hacer menos traumática la vuelta introduciendo pequeñas novedades, como por ejemplo alguna ligera modificación de la disposición del mobiliario. Todo sea por evitar la baja por depresión, el extremo al que llegan quienes sufren con mayor virulencia el síndrome posvacacional.