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El interés compuesto o por qué el tiempo es nuestro aliado

Cuando hablamos de ahorro e inversión, muchas veces decimos que el tiempo es nuestro aliado, cuanto antes comencemos, mayor beneficio obtendremos. Esta afirmación se explica por el efecto del interés compuesto.

Hablamos de interés compuesto cuando lo que nos dan por nuestro ahorro o inversión se suma al capital principal –se van reinvirtiendo- y, por tanto, también generan intereses en años sucesivos. Es decir, se trata de la acumulación de los intereses generados en un período determinado, por un capital inicial (Ci) o principal, a una tasa de interés (i), durante (n) periodos de imposición; de tal manera que el beneficio que se obtenemos al final de cada periodo de inversión no se retiran sino que se reinvierten capitalizándose a dicha tasa (i).

El efecto que este interés del interés tiene en nuestras finanzas personales en el largo plazo puede llegar a ser muy importante, como vamos a ver con un ejemplo:

Supongamos que queremos invertir 100.000 euros en una cartera de fondos de inversión que esperamos que vaya a tener una rentabilidad media anual del 4% y que dicho dinero va a estar invertido durante los próximos 20 años.

Para calcular cuánto dinero tendremos al final del periodo, no podemos limitarnos a multiplicar el capital inicial por la tasa de interés y el número de periodos de cálculo (100.000 * (1+(4% * 20)) = 180.000 euros), ya que esto supondría que los intereses no se han reinvertido, sino que habrá que aplicar la siguiente fórmula:

Cf = Ci * (1+i)^n = 100.000 * (1+4%)^20 = 219.112,30 euros.

Donde:

Cf es el capital al final del enésimo período

Ci es el capital inicial

i es la tasa de interés

n es el número de períodos

Tal y como se puede ver, el reinvertir los intereses, en el plazo de 20 años, hace que la rentabilidad sea 39.112 euros superior sobre la opción de no reinvertirlos.

*Paula Satrústegui, directora de Planificación financiera en Abante.

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