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Alimentación

EE UU y Australia retan al aceite español con proteccionismo

Deoleo alerta en un documento de los riesgos para la hegemonía mediterránea

Si en algo España es líder mundial indiscutible es en la producción de aceite de oliva. Acapara casi un 50% de todo el producto y tiene la mayor extensión de cultivos destinados al olivo. Sin embargo, aunque todavía suene lejano, el sector se encuentra con una creciente amenaza por parte de los nuevos productores.

Así lo alerta Deoleo en su informe anual presentado ayer. La compañía aceitera señala en el documento que hay mercados donde el consumo ha tenido en los últimos años una deriva al alza, lo que ha motivado a impulsar la plantación de olivos para avanzar en la producción local frente a la importada.

Es el caso de California, que desde finales de los noventa impulsó la plantación, un proceso que se ha acelerado en los últimos años, según señala Deoleo en su informe anual. El 99% del aceite consumido en el país es importado. Un caso muy similar es el de Argentina, Australia o, en menor medida todavía, en China.

La existencia de nuevos actores productivos que se van sumando a España, Italia o Túnez no supone en sí un problema para Deoleo. “Parece lógico que, ante la expansión del consumo de aceite de oliva, se amplíe la globalización de la producción”, argumenta el escrito. En los últimos 25 años el consumo mundial de aceite se ha disparado un 65%.

El problema surge, según la compañía, con ciertas prácticas llevadas a cabo por las autoridades de estos nuevos productores de aceite. El grupo aceitero lamenta la existencia de medidas “proteccionistas” para primar el consumo de aceite autóctono frente a producto importado, erosionando así los intereses de las empresas españolas.

En concreto, Deoleo señala las medidas de análisis de aceite realizadas por algunos mercados como California. En el Estado norteamericano, una institución creada por productores locales realizó unos estudios en 2011 que, según Deoleo, sembraba dudas sobre su fiabilidad. El documento de este colectivo concluía que el 69% de los aceites importados no cumplía con las normas de calidad, creando una campaña mediática contra este producto.

Riesgo de contagio

Al igual que EE UU, Australia también anunció ese mismo año una normativa propia más restrictiva que las referencias de las autoridades sectoriales internacionales. La compañía alerta por el posible contagio de estas iniciativas a otros mercados susceptibles de ser clave para las exportaciones españolas, como de hecho ya es el caso del estadounidense.

Por ello, Deoleo pide en su informe que se produzca una armonización global de las regulaciones. “Hay que construir unas guías comunes para la expansión de aceite de oliva con las máximas garantías de calidad y autenticidad”.

La compañía aceitera española señaló que otra desventaja competitiva del aceite mediterráneo frente a los nuevos productores es la tecnificación de los cultivos más modernos. “Los olivares tradicionales, mecanizados o no, generan costes de producción muy superiores”, apunta Deoleo. La empresa señala que el 75% de los cultivos españoles son tradicionales, lo que les supone estar en “clara desventaja” frente a los modelos más intensivos de los nuevos mercados productores en el mundo.

Pese a estas recientes presiones frente a la hegemonía de los países mediterráneos, con España al frente, las cifras de cultivo parecen todavía muy lejanas. Así, España cuenta con 2.584.067 hectáreas de olivos, el 60% de ellos en Andalucía. La cuenca mediterránea acapara el 98% de los 1.000 millones de olivos que existen en el mundo.

Buenas perspectivas de producción

Tras una campaña pobre para el sector aceitero internacional entre 2014 y 2015 con una caída de casi el 25%, las previsiones de los organismos internacionales pasan por una mejora de cara a la presente, aunque todavía por debajo de los máximos.

La cifra de producción estimada para la campaña 2015/16, a punto de finalizar, es de 1.400.000 toneladas. Teniendo en cuenta las existencias iniciales de la campaña anterior (180.700), así como una previsión de importaciones en torno a 130.000 toneladas, las disponibilidades totales de la campaña actual se situarían aproximadamente en 1.710.700 toneladas, una cifra que permite responder de forma “suficiente” tanto a la demanda interna como a las exportaciones, según la compañía.

Según los cálculos planteados por el grupo aceitero, de ese total se destinaría 1.360.000 toneladas al consumo interno y exportaciones, dejando el remanente para el año siguiente en 350.700 toneladas, un 94% más que en el presente año.

España continúa como líder indiscutible de la producción de aceite de oliva en el mundo. El 43% de este producto sale de España. Este mercado queda por tanto muy por encima del segundo, Italia, que producirá este año 350.000 toneladas; y del tercero, Grecia, que pondrá en el mercado esta campaña 300.000 toneladas.

Es también el primer exportador del mundo, con 235.000 toneladas, superando también a Italia y a Túnez, tercera en este registro. El país transalpino solo supera a España en el ranking de países consumidores. En esta estadística EE UU se cuela como el tercer país con mayor consumo, según datos del Comité Oleico Internacional.

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