La CNMV inicia el reparto de licencias para dar préstamos de particulares
La CNMV aspira a conceder antes de agosto las licencias pendientes
Los préstamos de particulares que se producen sin la intermediación de una entidad financiera, y se basan en la existencia de inversores dispuestos a financiar a empresas directamente, se están convirtiendo en una industria pujante que está a punto de quedar consolidada con las autorizaciones oficiales de los grandes supervisores del país a las plataformas que ponen en contacto a prestamistas y compañías.
Un puñado de estas firmas ha ido completando en los últimos meses los requisitos exigidos por la nueva regulación del crowdfunding, que rige las reglas de este modelo de financiación colectiva (el crowdlending), y están a punto de lograr la licencia que entrega la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El supervisor del mercado aspira a culminar la entrega de autorizaciones a aquellas firmas que cumplan los requisitos antes de agosto, avanzan fuentes del sector y, de hecho, ayer mismo se anunció una, la de MytripleA, y se espera que hoy mismo se haga pública la entrega de otra licencia.
La idea es acelerar la concesión de la docena de firmas pendientes de un permiso oficial después de que la CNMV ya incluyera en el registro hace meses a la primera de ellas. Se trata de la Bolsa Social, una firma dedicada a facilitar la inversión en empresas de la economía real con valores éticos y sociales que fue la experiencia piloto.
Estas firmas recogen fondos de un particular interesado en invertir en la economía real –desde solo unos euros– y los reparten para financiar a decenas de pymes seleccionadas por su solvencia, evitando así concentrar riesgos.
Su ratio de mora está contenido cerca del 3%. Las plataformas también necesitan autorización del Banco de España aunque, para evitar esperar a la licencia de entidad de pagos, muchas ni siquiera tocan el dinero del inversor y usan a un banco u otra firma ya autorizada para canalizarlo.
Las plataformas dedicadas a facilitar préstamos de particulares llevan meses esperando a regularizar su situación. La legislación específica para este negocio llegó en abril de 2015 y daba hasta finales de octubre a las compañías interesadas para presentar la documentación y condiciones requeridas.
A las compañías interesadas se les solicita desembolsar un capital social inicial de 60.000 euros (o un seguro de responsabilidad social, un aval u otra garantía que cubra 300.000 euros por daños y hasta 400.000 por otros perjuicios), unos estatutos sociales, declaraciones de honorabilidad de los gestores, un listado de accionistas de referencia, un plan de negocio para el primer año de actividad y un protocolo de confidencialidad de los datos de los clientes.
A partir de ahí, las plataformas ya en marcha podían seguir operando provisionalmente hasta la obtención de la licencia, que las nuevas firmas debían esperar a tener. De no lograr la licencia, las compañías de crowdfunding tenían 15 meses para culminar los proyectos en marcha y dejar de operar.
Pese a la provisionalidad de la operativa, este negocio –que se espera rebaje la dependencia de la banca– se ha disparado en el último año. “Acabamos de lograr el hito de facilitar 12 millones de euros en préstamos directos. Lo más importante es la aceleración y la constancia en la aceleración”, subraya Lucas de Mendoza, director de operaciones de LoanBook, firma líder en préstamos de particulares a pymes con más de 20 operaciones mensuales por un valor total de un millón de euros.
A la espera de la licencia de la CNMV, en LoanBook valoran positivamente los intentos de las autoridades por conocer el negocio y establecer un campo de juego estable. Tomando solo los datos de las firmas españolas (Arboribus, Comunitae, Growly, MytripleA o Zank, además de LoanBook) la concesión de préstamos colectivos ha crecido exponencialmente hasta los 15,9 millones entre enero y mayo de este año frente a los 16,8 millones de todo 2015.
Y eso sin tomar los datos de firmas internacionales como Funding Circle que también espera la licencia española. Una actividad al alza que el sector confía en elevar una vez atada la licencia oficial.
Las "fintech" reclaman a las autoridades una regulación específica en España
Las compañías de tecnofinanzas o “fintech” demandan una regulación específica y adecuada para el sector en España y con este objetivo han elaborado una propuesta inicial que esperan ampliar y dar a conocer a las autoridades pertinentes en octubre.
La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) ha presentado hoy un “Libro Blanco: Guía imprescindible para el sector Fintech en España” en el que se recogen sus ideas para una actividad que da empleo a unos 1.600 trabajadores y con una inversión acumulada de 200 millones de dólares, recoge Efe.
Pero los expertos consideran que aún queda mucho recorrido y ponen como ejemplo que en Reino Unido más 60.000 personas se decidan a las finanzas tecnológicas y acapara el 60 % de toda la inversión en Europa, unos 5.400 millones de dólares.
Con el objetivo de impulsar el sector en España y contar con una regulación específica, la AEFI ha elaborado un Libro Blanco que ahora desea que los partidos políticos, el Congreso y todas las entidades públicas y privadas conozcan y cuenten con el sector como punto para dinamizar la economía, ha comentado la vicepresidenta de la Asociación, Marta Planas, durante la presentación.
Por su parte, el socio de E&Y Enrique Fernández, encargado de la elaboración de este documento, ha explicado que en octubre tendrán una versión madura para presentarla ante la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, el Ministerio de Economía, el Banco de España y la Comisión Europea.
El Libro Blanco, ha añadido, supondrá una “transformación de las normas actuales y la incorporación de normas nuevas que den respuesta” a lo que se entiende como “fintech” y ha asegurado que convergerá con los estándares regulatorios de otros ordenamientos del contexto europeo.
En este entorno internacional, Reino Unido es el espejo en el que se han mirado los expertos del sector para desarrollar este proyecto.
Pera el vicepresidente de AEFI, Rodrigo García de la Cruz, considera que España aún puede ser un importante centro de operaciones, gracias a que cuenta con una “posición geoestratégica” al estar en Europa, ser un puente hacia África y compartir idioma con Latinoamérica.
Además, ha invitado a adoptar una postura “defensiva y ofensiva” para atraer el talento externo a España y establecer un “ecosistema abierto”, que puede contribuir a crear empleo y aumentar el Producto Interior Bruto nacional.
Desde la AEFI han concluido que “cada vez más hay que entender que el sector financiero está compuesto por bancos y por 'fintech', y no existirán las 'fintech' sin los bancos ni los bancos sin las 'fintech'”.