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Entrevista

Frédérick Bordry: “Cada euro invertido en el CERN da cuatro de retorno”

Director de aceleradores y tecnología del CERN

Frédérick Bordry es un ingeniero francés de 62 años que habla con pasión de la importancia de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, conocida como CERN, para los avances en el conocimiento de la humanidad. En su colisionador de partículas, llamado LHC, se produjo uno de los grandes descubrimientos científicos en lo que va de siglo, el Bosón de Higgs. Bordry considera que es pronto predecir qué aplicaciones tendrá en el mundo empresarial, pero defiende que habrá un impacto directo en la vida de las personas.

Pregunta. ¿En qué situación se encuentra el LHC (el colisionador de partículas del CERN) tras el parón anunciado a final de 2015?

Respuesta. La parada de 2015 era una parada técnica normal de 13 semanas. Tuvimos anteriormente una parada mayor, durante dos años. En los próximos días volveremos a comenzar con las colisiones de partículas. Entre 2017 y 2020 tendremos otra parada para instalar una nueva tecnología, un proyecto todavía más importante que permitirá alcanzar un número todavía mayor de colisiones. Para 2024 o 2025 lo tendremos listo.

P. Tras el Bosón de Higgs, el proyecto ha desaparecido de la actualidad informativa, ¿por qué?

R. Para poner en perspectiva este asunto, el LHC ha realizado un 1% de las colisiones para las que está diseñado. La suerte o la desgracia es que el descubrimiento del Bosón llegó justo al comienzo del proyecto. Sin embargo, seguimos haciendo ciencia más allá del Bosón. Todavía no puedo predecir cuándo, pero estoy convencido de que en los próximos años saldrán nuevos descubrimientos científicos relacionados con la energía. Esta es la belleza de este tipo de proyectos.

P. ¿Como explicaría la importancia de este proyecto y sus aplicaciones?

R. Lo importante es avanzar en el conocimiento y en la comprensión de dónde venimos y a dónde vamos. En cuanto a sus aplicaciones, defendemos que no hay ciencias aplicadas si no hay ciencia a aplicar. Prevenir para qué va a servir el Bosón es complicado. Dentro de cuarenta años quizá hablemos de la bosónica, igual que hace décadas se descubrió el electrón y hoy en día la aplicación de la electrónica está clara. Estudiar para qué va a servir, en eso esta la belleza. Aquel descubrimiento tuvo su impacto en la ciencia, en la medicina, en la tecnología, la web. Mientras que en el arte solo se busca la belleza, en el mundo de la ciencia siempre se piensa en sus objetivos. En este caso, nos encontramos con un retorno económico de entre tres y cuatro veces el dinero invertido. Este proyecto cuenta con un presupuesto anual del entorno de los 1.000 millones de euros. Una parte va a la investigación y otra para acuerdos industriales, es un estímulo para la industria. Hay parte de la inversión que viene de los estados, pero también de las empresas.

P. ¿Por qué es tan difícil concretar las aplicaciones de este proyecto?

R. Dependerá mucho de la serendipia. Hay cuestiones que todavía no sabemos que vamos a descubrir que seguramente tengan un impacto claro con la economía. Es muy difícil prever el futuro pero los avances pasados han mostrado la importancia del impacto que ha tenido en la economía. Si no se invierte en la investigación, no habrá tecnología ni industria. Hay que desarrollar la formación de los jóvenes.

P. ¿Cuál es el papel de España?

R. El Estado es miembro del CERN y paga su contribución al proyecto. Es el quinto contribuidor, es importante. Además España participa en contratos industriales a través de distintas fórmulas y participa con éxito en la construcción del proyecto. Tenemos múltiples contratos de colaboración.

P. ¿Cual es la importancia de invertir en la investigación?

R. Es lo más importante en una economía. Si los países europeos no invierten en investigación tendrán un futuro muy complicado. También en educación, los jóvenes son el futuro. Es bueno que haya economistas, y abogados, pero la industria es fundamental para el desarrollo de un país. Es la única manera de tener una visión de futuro para Europa.

P. ¿Cuál es el retorno económico?

r. Las empresas que trabajan para nosotros han pasado concursos públicos y, con su trabajo en el CERN, aprenden y desarrollan nuevas tecnologías que posteriormente podrán aplicar en otras situaciones. Venir a aprender en este proyecto es una especie de desafío. Aquí vienen grandes corporaciones a trabajar, pero también pequeñas y medianas empresas que viene a adquirir y desarrollar nuevas tecnologías, que les abren a nuevos proyectos. Participar en este proyecto es, además, un valor añadido para estas empresas.

P. Y tras ello, ya están preparando la siguiente generación

R. El primer diseño del LHC fue en 1983 y durante una década desarrollamos todos los prototipos. En 1994 se aprobó el proyecto y comenzamos a partir de ahí con los contratos industriales y a desarrollar la tecnología. Finalmente, empezamos con la actividad en 2009. Ahora, ya hay que preparar la siguiente generación, prevista para 2035. Si queremos que la nueva máquina funcione para entonces, hay que empezar ya a trabajar en ella. No podemos decir cómo será esa nueva máquina todavía hay distintas variantes, veremos la tecnología que tengamos para entonces. Sí conocemos que será todavía más grande que el LHC. Tendremos un documento listo para 2020 para tramitar las autorizaciones.

Avanzando hacia la nueva WWW

En el seno del CERN, en Suiza, nació a finales de los ochenta la World Wide Web (WWW), el sistema de navegación por internet que todavía hoy se utiliza. En el mismo marco, se está desarrollando la siguiente generación de dicha plataforma, la GRID, un sistema de computación diseñado para compartir y distribuir recursos entre usuarios, especialmente ideado para grandes cantidades de datos. “Hemos desarrollado un sistema que realiza cálculos y analiza la gran cantidad de datos que producimos en toda nuestra red de ordenadores”, explica Frédérick Bordry, director de aceleradores y tecnología del CERN. “Tendrá en el futuro muchas aplicaciones para el uso del big data”, asegura, “así como para investigaciones como la meteorología o el genoma”.

El directivo no ahonda en las aplicaciones prácticas del proyecto y lamenta que los jóvenes en la actualidad “no tengan sueños con el futuro”, por culpa de “la polución, el terrorismo y otros problemas que les afectan”. Cree que por ello buscan una aplicación inmediata de proyectos como este. Bordry asegura que es importante que los estados inviertan en la educación y la formación de estas generaciones. “Hacen falta sueños y en el CERN trabajamos por ello”, asegura. Defiende que la función de la organización no pasa solo por ser un proyecto científico, sino que tiene que ayudar a formar talento y a fomentar la colaboración entre estados para crecer en conocimiento.

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