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Columna
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El arriesgado juego de Schäuble

A Alemania le encanta la independencia del banco central. El principio está protegido en la Constitución del país. El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se aparta del texto, arremetiendo contra las consecuencias de la política monetaria del Banco Central Europeo. Su estrategia es arriesgada, ya que podría afectar al apoyo público al euro en la mayor economía de la zona de la moneda.

Schäuble ha sugerido que una política monetaria expansiva fomenta el euroescepticismo en el país, donde el apoyo de los votantes a la Alternativa por Alemania de ultra derecha está subiendo rápidamente. Antes había dicho que los bajos tipos de interés explican la mitad del éxito del AfD (por sus siglas en inglés). En una entrevista con Reuters el 12 de abril, Schäuble, acusó al Banco Central Europeo de causar “problemas extraordinarios” a los bancos y pensionistas alemanes por haber reducido los tipos de interés a niveles tan bajos. Durante los últimos cinco años, los tipos de interés efectivos de las cuentas de ahorro han disminuido en dos tercios a un mísero 0,36%, según datos del Bundesbank.

No es el único detractor del BCE en Alemania. El ministro de Finanzas de Baviera Markus Söder calificó la estrategia del banco central de “ataque a la riqueza de millones de alemanes”.

La misión del BCE no es cuidar de la rentabilidad de los ahorros de los alemanes, por supuesto, sino manejar la inflación a través de la unión monetaria. El malestar económico ha sido causado por un crecimiento mediocre de la zona euro y una inflación peligrosamente baja –a la que los bajos tipos deberían ayudar–. Por otra parte, fue la excesiva austeridad fiscal impuesta por Alemania lo que agravó los problemas de la zona euro.

Lo que en realidad parece haber llevado a algunos votantes a la derecha es la crisis migratoria. Golpear al BCE es una distracción conveniente, pero a largo plazo, desautorizar la credibilidad del BCE con argumentos distorsionados es peligroso e irresponsable.

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