El FOMC y el dólar.
De acuerdo al acta de la reunión de marzo del FOMC (Comité Federal del Mercado Abierto) de la FED, publicadas ayer miércoles, el comité se mostró dividido en cuanto a la posibilidad de una subida de tipos de interés en abril. Por un lado estaban los que consideraban que daría una "sensación de urgencia que podría ser mal entendida por inversores y mercados" y por el otro, los que defendieron como apropiada una subida de tipos en abril. Como "solución" de consenso parece ser que se arbitró que la política monetaria debe estar basada en los datos y no en el calendario.
En la reunión de marzo el comité decidió mantener los tipos de interés en el rango objetivo del 0,25% y el 0,50%. El mismo resultado que en la reunión de enero pasado, pero a diferencia de aquella, no hubo unanimidad entre los componentes del FOMC: George votó en contra de mantener los tipos y ha defendido subir el rango un cuarto de punto hasta el 0,50% y 0,75%. El resto de los miembros votaron a favor de mantener los tipos sin cambios. La próxima reunión del banco central se celebrará durante los días 26 y 27 de abril.
Lejos, no en el tiempo pero si en los planteamientos, queda la reunión de diciembre en la que el Yellen anunció un alza de un cuarto de punto en los tipos, que llevaban sin tocarse desde diciembre de 2008. No sólo se han rebajado el número de subidas previstas a lo largo de todo este año (de 4 a tan solo dos) sino que además, las discrepancias van en aumento. Estas últimas semanas se han hecho notar ostensiblemente estas divergencias de pareceres ya que, en las comparecencias públicas de distintos miembros del FOMC, hemos tenido "de todo". Desde que el mercado se equivocaba en la expectativas hasta que había riesgos a la baja en el crecimiento económico y en la inflación (y por lo tanto acertaba en mercado en sus estimaciones).
Todas ellas parecen haberse zanjado, aunque solo sea momentáneamente, con la conferencia de Yellen en Nueva York de hace una semana en la que mostró su apoyo al bando menos alcista de tipos cuando anunció que la FED debía "proceder con cautela" a la hora de subir los tipos de interés, puesto que la economía global tiene cada vez mayores riesgos.
Con independencia de todas estas discrepancias, todo parece apuntar a que la FED probablemente esté postergando la subida de tipos para evitar una inestabilidad de los mercados que interpreta está asociada a la apreciación del USD y caída del precio del petróleo.
El BCE se encuentra ahora "del otro lado". El EUR desde la reunión de marzo "no cumple el guión" y no hace más que apreciarse que, en el fondo, no es más que situarse donde no debió haber salido (ya saben el actual juego de los bancos centrales destrozando el mecanismo de creación de precios).
La pregunta ahora es ¿tendrá capacidad para "frenar" al EUR en la zona de los 1,14-1,17 USD/EUR?. De momento (pero no lo podrá hacer todo el tiempo) creemos que sí. Ello nos lleva a pensar que se mantiene el rango 1,05-1,1400. Pero cada vez se justifica menos lo de un EUR en la paridad (o por debajo como soñaban algunos).