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Desde los ‘call’ de Cataluña hasta las juderías de Toledo o Lucena

La siempre añorada Sefarad

Recorrido por un tiempo lejano cuando la convivencia entre las comunidades de judíos, árabes y cristianos no entrañaba grandes conflictos.

Hervás (Cáceres), con sus piscinas naturales.
Hervás (Cáceres), con sus piscinas naturales.

De Tudela a Córdoba o Lucena, pasando por Toledo, Cáceres, Hervás, Gerona o Besalú, la huella judía en España, la siempre añorada Sefarad para los hebreos, de la que fueron expulsados en 1492, conforma un patrimonio de un extraordinario valor.

Siglos de historia registrada no solo en las páginas de los libros sino también en edificios, costumbres y cultura, testimonio de un tiempo pasado cuando la convivencia entre judíos, árabes y cristianos no solo no entrañaba grandes conflictos sino que enriquecía a cada una de estas comunidades.

Proponemos un viaje para conocer una parte de la España sefardí, profundizar en su historia, en nuestra historia, en las raíces de Sefarad. Un legado que había caído en el olvido y que desde hace algunos años la Red de Juderías de España quiere poner en valor.

Tres de los destinos de la ruta se encuentran próximos a Madrid. Toledo, Segovia y Ávila, cuyos cascos históricos son Patrimonio de la Humanidad. Toledo es un buen comienzo. En esta ciudad se encuentra la judería más importante que existe en España, testimonio de la importante presencia judía en el medievo toledano.

Thinkstock

En la ciudad de las tres culturas es un placer pasear por la Travesía de la Judería y sorprenderse con el arte mudéjar de las sinagogas de El Tránsito, que acoge hoy el Museo Sefardí, y la de Santa María la Blanca, del siglo XII. Cerca se encuentra la Casa del Judío, con un bonito patio de yesería.

Conocida por su cochinillo, su acueducto romano o los palacios de los siglos XV y XVI, Segovia tiene también una valiosa judería rehabilitada, una de las zonas con mayor encanto de su centro histórico.

En su momento, esta comunidad fue una de las más ricas de Castilla. Se sabe que Segovia llegó a tener cinco sinagogas, de las cuales solo se conserva una, hoy la iglesia del Corpus Cristi.

Ávila, por su parte, acogió una de las mayores comunidades judías durante la Edad Media. Y también más florecientes, algunos documentos hablan de la riqueza de la judería abulense.

En la actual Plaza del Pocillo se encuentra la sinagoga de Don Samuel, del siglo XV, hoy una casa particular rehabilitada, cuya característica más llamativa es el arco apuntado de su puerta.

Si ponemos rumbo a Extremadura, nos encontramos con tres paradas imprescindibles: Hervás, Plasencia y Cáceres. Pocos lugares mantienen con tanta viveza el recuerdo de la comunidad hebrea como Hervás. Esta población serrana situada al norte de Cáceres es una rareza. Y es que la herencia judía se conserva en cada rincón de la judería y en los nombres de las calles con sus casonas de grandes voladizos y balconadas de madera.

El folclore del lugar bebe de la tradición hebrea, como demuestra la fiesta de Los Conversos que se celebra a principios de julio. También la cocina sefardí que ofrecen Casa Luis y Nardi, dos restaurantes con mucha solera de la villa, dan buena cuenta de la impronta que esta comunidad dejó en Hervás.

Guía para el viajero

Comer. Casi todas las ciudades que forman parte de la Red de Juderías de España incluyen restaurantes que ofrecen platos típicos de la cocina sefardí. Estas son algunas sugerencias. En Segovia: El Fogón Sefardí; en Ávila: La Bruja; en Plasencia: Casa Juan; en Cáceres: La Tahona de Oleum (C/ Felipe Uribarri, nº 4); en Lucena: Tres Culturas (C/ Herrerías, 2); en Córdoba: Casa Palacio Bandolero.

Actividades. Las ciudades de este recorrido, que en su día contaron con prósperas poblaciones judías, también tienen destacados conjuntos monumentales. Además, programan a lo largo del año actividades relacionadas con la cultura sefardí (festivales, exposiciones, visitas guiadas, jornadas gastronómicas...). Para no perderse nada, es recomendable pasar por las oficinas de turismo y centros de información antes de iniciar la visita a la ciudad elegida.

Curiosidad. Ribadavia conserva la judería más importante de Galicia. Sus vinos eran apreciados en Europa y su comercialización estuvo durante tiempo monopolizada por los safarditas.

Seguir las huellas del colectivo hebreo en Plasencia supone descubrir, de paso, una buena parte de la riqueza monumental de la ciudad amurallada, desde la Plaza Mayor hasta las puertas de Trujillo y Berrozana. El Parador y el Palacio de Carvajal ocupan los emplazamientos de dos antiguas sinagogas.

Dos juderías tiene la ciudad de Cáceres: la vieja, dentro del recinto amurallado, que alberga la ermita de San Antonio, donde antaño estaba la sinagoga antigua, y hoy permanecen curiosas casas encaladas en calles empinadas, que aprovechan la muralla como pared; y la nueva, en la zona de extramuros, donde no hay que perderse el Palacio de la Isla, del siglo XVI, que mantiene elementos de la sinagoga sobre el que se edificó.

Esta ciudad monumental es sede cada año de la Jornada Europea de la Cultura Judía, en septiembre, y del Mercado Medieval de las Tres Culturas, en noviembre.

La judería de Córdoba es uno de los lugares más emblemáticos y visitados de la ciudad andaluza. Hoy es un barrio blanco, acogedor y repleto de flores en primavera. Fue hogar de un sabio universal, el filósofo Maimónides. En la plaza de Tiberiades se rinde homenaje a este ilustre hijo, con una estatua en su honor a pocos pasos de la casa donde nació.

Hay otra forma de conocer la cultura sefardí de Córdoba. La Casa de Sefarad es un proyecto cultural articulado en torno a cinco salas que realizan un recorrido por la historia y la tradición judía en España. Cerca, en la calle de los Judíos, se encuentra la sinagoga, construida en 1315, la única que se conserva en Andalucía y una de las pocas que en España han mantenido su estructura original.

En Sevilla, dos de los barrios más genuinos y turísticos, Santa Cruz y San Bartolomé, son antiguas juderías. Una visita al Centro de Interpretación de la Judería ayuda a contextualizar el recorrido por estos barrios sevillanos, donde se produjo un triste suceso: el primer asalto cristiano a una judería española en el que perecieron casi la totalidad de la comunidad hebrea en la ciudad andaluza.

Pero la perla de Sefarad, tal y como se la conoce en el mundo hebreo, es Lucena, en la provincia de Córdoba, cuyo nombre sefardí es Eli Ossana, Dios nos salve. Centro de una importante escuela talmúdica. Esta escuela era la base sobre la que se asentaba la comunidad judía en esta población, y sus rabinos los que ordenaban los rituales mortuorios de la necrópolis judía, descubierta en 2006 durante unas obras en el municipio, una de las más grandes de España. 

Si nos dirigimos a Cataluña, encontraremos importantes rastros de la presencia hebrea en Barcelona, Gerona o Besalú y Tortosa. En la primera, el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona y el Centro de Interpretación del Call (nombre que recibía la judería) son visitas imprescindibles.

Calle de la judería de Gerona.
Calle de la judería de Gerona.

Una de las zonas que más turistas atrae es el barrio Gótico, un entramado de callejuelas donde se asentaba una próspera judería o call durante la Edad Media. La actual calle de Sant Domènec del Call era la arteria principal de este barrio, al que se accedía por una puerta ubicada entre la plaza de Sant Jaume y la calle de Sant Honorat.

Gerona tiene un barrio medieval muy bien conservado, el call donde vivieron los judíos hasta finales del siglo XV. A diferencia de otros, en este no se conservan sinagogas o edificios de la época pero si un trazado que se empezó a formar a partir del siglo XII.

Una de las calles más emblemáticas es la de Sant Llorenç. Tapiada durante siglos, fue reabierta al público en 1975 dejando a la vista las escaleras que conducían al edificio que en el siglo XV albergaba la última sinagoga. Hoy es Centro de Estudios y Museo de Historia de los Judíos.

En Besalú, cerca de Gerona, se pueden admirar los únicos baños judíos encontrados en España hasta el momento, y en Tortosa es un placer caminar por su laberíntica judería, casi intacta.

Además, el zaragozano municipio de Tarazona albergó un importante centro de traducción.

En la actualidad se conserva un legado de códices hebreos en el Archivo Capitular. La Judería Vieja, llamada la Rúa después de la expulsión, se asienta a los pies de la Zuda, hoy Palacio Episcopal, en la barriada del Cinto, zona urbana de ambiente medieval.

Calahorra, Tudela, Estella, León… Hasta 24 ciudades forman parte de la Red de Juderías de España. Todas conservan en mayor o menor medida el entramado de este patrimonio histórico que poco a poco se va recuperando y conociendo.

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