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Tribuna
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¿Están los mercados volviendo al pasado?

En periodos de estrés como el que estamos viviendo ahora resulta habitual que los economistas tratemos de buscar similitudes con periodos anteriores de la historia. También, que hagamos regresiones, rentabilidades medias en periodos bursátiles negativos (que por cierto, para aquel que le interese, desde 1980 las pérdidas en renta variable global durante un año natural han oscilado entre el 2% y el 49%) y un sinfín más de estudios que nos ayuden a predecir el comportamiento actual de los mercados en base a lo que sucedió en el pasado. No cabe duda de que comprender la historia puede ayudarnos a entender el comportamiento del mercado, pero no nos volvamos locos y no tratemos de buscar justificaciones para todo, porque basarse sólo en datos estadísticos no nos ayudará a entender qué está pasando en los mercados.

Por supuesto hay un sinfín de causas detrás de las crisis de los mercados financieros a lo largo de la historia, pero podríamos englobar los tipos de recesiones en tres grandes bloques:

l Aquellas producidas por un agotamiento del ciclo expansivo de la economía, trayendo consigo un shock por el lado de la oferta o una disminución de la productividad (como sucedió en la crisis de los años 70).

l Las motivadas por decisiones de política económica destinadas a frenar la inflación derivada de un excesivo calentamiento de la economía (Paul Volcker y su lucha contra la inflación en los años 80).

l Las que se debieron a un colapso del apalancamiento derivado de la euforía especulativa de tiempos de prosperidad, al más puro estilo Minsky (crisis financiera de 2008).

Teniendo presente estos modelos, si analizamos la situación actual vemos, por un lado, que el crecimiento económico global no es excesivamente fuerte y que nos encontramos con economías muy divergentes. Sin embargo, lo cierto es que EEUU no presenta síntomas de ralentización, Europa cuenta con el respaldo de tres motores de estímulo muy poderosos (precios energéticos bajos, euro débil y tipos en mínimos) y en el campo de los países emergentes, por supuesto diferenciando mucho por regiones y países, hay zonas que gozan de buen crecimiento.

Y por mucho que muchos se empeñen en decir lo contrario, China está haciendo sus deberes. No sabemos si tendrá éxito o no pero está cambiando el modelo económico.

Por el lado del apalancamiento, sin lugar a dudas se ha producido un reajuste. Siguiendo con Minsky, nos encontramos con un número mucho menor de empresas especulativas y además tampoco olvidemos que se ha llevado a cabo un gran esfuerzo para seguir el modelo de empresas cubiertas (aquellas cuyo flujo de caja permite pagar las deudas contraídas).

Es por todo esto por lo que consideramos que tratar de comparar lo que está pasando en la actualidad con la crisis de 2008 no tiene sentido, como no lo tiene con los otros dos tipos de crisis anteriormente descritos.

Por eso pensamos que el mercado está asignando unas probabilidades de recesión excesivamente elevadas y que hay que reflexionar antes de dejarnos llevar por un ánimo excesivamente pesimista. Pero si no estamos en un escenario como los descritos ¿por qué el mercado está asignando unas probabilidades tan altas a un escenario de recesión? Existen varios factores a tener en cuenta y que constituyen los principales focos de incertidumbre del mercado:

- ¿Cuál es la valoración real de los activos en un mundo de inyecciones masivas de liquidez?

l ¿Son capaces de ser rentables los bancos con estos niveles, o incluso más bajos de tipos de interés?

l ¿Es efectiva la política llevada a cabo por los Bancos Centrales, o nos abocará a una guerra entre los mismos con el fin de impulsar su competitividad a base de una divisa débil?

Se trata de cuestiones que ya deberíamos habernos preguntando hace tiempo. Y por consiguiente, haber llevado a cabo nuestro análisis con el fin de seleccionar aquellas compañías de calidad capaces de tener éxito con independencia de la respuesta a las tres preguntas anteriores. Como decía Minsky, una característica fundamental de nuestra economía es que el sistema financiero oscila entre la robustez y la fragilidad, y esa oscilación es parte integrante del proceso que genera los ciclos económicos.

Por ello, la mejor manera de tener éxito en el trasncurso de las oscilaciones es mediante la inversión en compañías cuyo modelo de negocio sea sólido y no necesiten de recursos externos para hacer frente a sus deudas.

Ana Guzmán Quintana es Country Head de Aberdeen AM en España

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