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La política de los bancos centrales para proteger sus monedas

La volatilidad bursátil que empezó con las divisas

La acción de los bancos centrales en defensa de su divisa
Carlos Cortinas

Las turbulencias a las que se han enfrentado los mercados en este inicio de año tienen un epicentro a veces difícil de vislumbrar. La guerra de divisas encubierta en la que se ha sumergido el mundo en los últimos dos años empieza a ganar dimensiones.Como ya ocurriera en agosto, China ha sido la mecha que ha prendido la llama.Pero las mediadas puestas en marcha por su banco central no son el único elemento. La normalización de la política monetaria en Estados Unidos en dirección opuesta a la política monetaria de la zona euro, la intervención del Banco de Japón, la inestabilidad de los países emergentes, la caída del crudo y, en las últimas semanas, el brexit son los ingredientes de esta explosiva receta.

La zona euro, el principal representante

Son ya 18 los meses que la eurozona mantiene los precios del dinero congelados.En septiembre de 2014, MarioDraghi anunció una nueva rebaja de los tipos hasta el 0,05%, su mínimo histórico. A esta decisión le siguieron posteriores medidas no convencionales. La más importante llegó a comienzos del pasado ejercicio, cuando el banquero italiano comunicó que a partir de marzo comenzaba a comprar deuda. Un año después, con el miedo a una deflación, el encargado de la política monetaria decidió prolongar el programa de compra de activos hasta marzo de 2017.

El movimiento contrario a esto lo ejemplifica la Reserva Federal, que aunque todavía mantiene sus tipos en niveles mínimos, a finales de 2015 decidió poner fin a siete años de una era de tipos a cero.

¿Cómo repercute esto en el mercado de divisas? En un principio, la divergencia entre el BCE y la Fed debería traer consigo una apreciación del dólar y la consiguiente caída del euro. Sin embargo, en diciembre el incumplimiento de las expectativas por parte de Mario Draghi, ante un mercado que esperaba más de lo anunciado para combatir la baja inflación, provocó un nuevo ascenso de la divisa europea. La evolución del euro en los próximos meses seguirá dependiendo de la intensidad de las medidas de los dos banco centrales. “La tendencia bajista que acompaña al euro desde que en febrero escalara a los 1,1347 dólares podría continuar si el 10 de marzo Draghi anuncia medidas de calado para impulsar la economía europea”, señalan desde la EafiDidendum. Asimismo, “la proximidad de un alza de los tipos por parte de Estados Unidos supondrá una presión para la moneda única”, remarcan.

Además de la zona euro y de EE UU, existen un conjunto de países con el precio del dinero próximo a cero o, como en el caso de Suecia y Suiza, en terreno negativo (-0,5% y -1,25%, respectivamente) a fin de proteger su moneda ante las medidas de que pueda llevar a cabo el BCE. Canadá, Dinamarca, Reino Unido, Noruega o Japón son solo algunos de los casos más evidentes.

Su deuda a diez años entra en terreno negativo

El 29 de enero, el Banco de Japón dio un paso más en su política de tipos bajos al anunciar la aplicación de un tipo de interés negativo a las cuentas de las instituciones financieras para impulsar el crecimiento y alcanzar los objetivos de inflación, lo que ha llevado a su deuda a diez años a situarse en terreno negativo (-0,05%) por primera vez en sus historia, característica que comparte con Suiza.Sin embargo, donde más se notó esta medida fue en la evolución del yen. La divisa japonesa reaccionó a la noticia con ascensos, pero días después las caídas se impusieron, incrementando la inestabilidad.Desde finales de enero, el yen se deprecia más de un 6% frente al dólar.

Devaluaciones y liquidez para frenar la salida de capitales

Después de la devaluación de agosto, en enero el país asiático repitió el movimiento para incentivar las exportaciones y evitar la fuga de capitales ahora que el cambio de modelo económico está generando más dudas que certezas. La ralentización del gigante asiático ha reactivado las alertas, haciendo tambalear no solo al resto de emergentes sino al crecimiento mundial. A la rebaja del yuan se han sumado inyecciones de liquidez por importe de 320.000millones para afianzar su crecimiento económico. “La caída del yuan se ha acelerado desde que la divisa fuera aceptada como moneda reserva del Fondo Monetario Internacional (FMI), con una pequeña estabilización durante el pasado febrero”, afirman los analistas de Didendum. “Pese a que China ha manifestado su intención de no seguir recurriendo a la devaluación de su divisa, creemos que es un aspecto a vigilar de cerca”, advierten. Para los expertos, lo más adecuado sería que China continuara vendiendo reservas a la vez que profundiza en el proceso de liberalización de su moneda.El objetivo de esta medida es compensar la presión a la baja de su divisa fruto de las fugas de capital.

El real brasileño se deprecia un 20% en 12 meses

La década dorada de la economía brasileña ha llegado a su fin. La crisis política que atraviesa el país, unida a la presión que sufren los mercado emergentes, ha llevado a su economía despedirse de los años gloriosos.Lo que mejor refleja esto es la pérdida del grado de inversión por parte de las tres agencias de rating internacional (Fitch, S&P y Moody’s). Brasil cerró 2015 con una caída del PIB del 3,8%, la mayor en 25 años. La situación se vio agravada por los bajos precios del crudo y la elevada inflación, que en enero de 2016 se situó en el 11,6%. Además, en los últimos 12 meses el real brasileño se ha depreciado un 20%, algo solo superado por Argentina (-42,5%).Todo ello ha provocado que empresas como las españolas, con una fuerte exposición, hayan sido penalizadas tanto en Bolsa como en su cuenta de resultados. Las dificultades de la economía brasileña, al igual que la del resto de emergentes, se ha visto agravada por el endeudamiento en dólares aprovechando los tipos bajos.El alza puesta en marcha por la Fed en diciembre supone un problema para muchas de sus empresas ahora que sus divisas han caído. 

La caída del crudo aumenta los riesgos de deflación

La caída del precio del petróleo, que en enero tocó su mínimo desde 2003, ha contribuido a la baja inflación en casi todo el mundo.El miedo a la deflación ha forzado a los bancos centrales a actuar, algo que se produjo con especial intensidad en los primeros meses de 2015 para garantizar la estabilidad de los precios y proteger las divisas. Por si esto no fuera suficiente, las monedas emergentes se han visto presionadas por los bajos precios del oro negro así como del resto de materias primas. Rusia, cuya divisa cae un 14% en los últimos 12 meses, Brasil o Noruega, país con una alta actividad petrolera, son algunos de los Estados más afectados.

La posible salida de la Unión Europea agita la libra

El riesgo de que Reino Unido abandone la Unión Europea nubla la evolución de su economía. Las declaraciones del alcalde de Londres apoyando la salida de la UE provocó que el 22 de febrero la libra registrara a su mayor caída desde 2009.En lo que va de año la moneda británica se deprecia un6,8% respecto al dólar.En Didendum creen que la libra seguirá débil hasta la celebración de la votación. No obstante, defienden que la posición fiscal saneada de Reino Unido sugiere que “su renta fija no se vería muy afectada y es probable que el Banco de Inglaterra no eleve los tipos”.

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