Vitaldent, un modelo abusivo tras un entramado de sociedades
Los investigadores hallaron importantes sumas de dinero en efectivo en los registros
La operación Topolino, desplegada el martes por la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional contra el dueño de la franquicia Vitaldent, Ernesto Colman, y otros 12 directivos de la compañía por presuntos delitos económicos, pone al descubierto un modelo abusivo y un complejo entramado societario a través del cual la “organización criminal”, que según la Fiscalía Anticorrupción habrían constituido los detenidos, blanqueaba el dinero B que exigía a sus franquiciados.
“El 98% de las cláusulas que incluían los contratos eran penales y obligaban a los franquiciados a, entre otras, adquirir el material a Vitaldent aunque existiesen marcas que ofrecieran un precio más bajo”, aseguraba ayer Rafael Franco, abogado de una de las clínicas personadas en la causa, a la salida de los juzgados de Majadahonda donde los detenidos pasaron a disposición judicial tras lo cual decretó prisión provisional sin fianza para Colman, que se acogió a su derecho a no declarar, y otros tres directivos.
El modelo de franquicias buscaba, según los investigadores, enriquecerse por varias vías. Las obligaciones para los franquiciados eran interminables: sobrecoste en las obras de acondicionamiento de los locales, compra de material informático y el software, arrendamiento de los locales, contratar con determinados proveedores y laboratorios con el correspondiente sobrecoste. Todo diseñado para enriquecer a la organización. Incluso el canon anual que pagaban los franquiciados por publicidad (un 5% de sus ingresos brutos) no se invertía en este fin.
Una red de empresas conectadas
La estructura societaria no es menos compleja. Vitaldent no es más que un marca comercial de clínicas dentales. La sociedad franquiciadora, según los datos del Registro Mercantil, se denomina Laboratorios Lucas Nicolas, SL, con sede en Las Rozas (Madrid). Esta empresa está, a su vez, controlada íntegramente por US Mississippi Invers, SL, con sede en el mismo municipio. El tejido de empresas se complica a partir de ahí. Esta sociedad es parte de un grupo con decenas de entidades que eran propiedad de distintos bienes, y cuya matriz última es Dental International, con sede en Luxemburgo. Hay un denominador común en todas ellas: el administrador único es Ernesto Colman.
Esta compleja red de empresas pretendía, según los investigadores, diluir el impuesto de sociedades y constituir un cortafuegos para limitar la responsabilidad de Colman y el resto de implicados. Entre las decenas de empresas que conforman el holding existen las que son titulares de clínicas Vitaldent (133 de las 364 que tienen en España), y otras que, además de ser propietarias de viviendas de lujos, aviones y hasta de un pueblo en el Valle de Arán (Lérida), eran utilizadas supuestamente para emitir facturas falsas y sacar grandes cantidades de dinero del país. El montante defraudado es difícil de calcular debido a la gran cantidad de movimiento de capitales, pero se estima provisionalmente en al menos 10 millones.
La organización funcionaba, según la denuncia de la Fiscalía, con una doble contabilidad. Existía una caja B que se nutría del pago en metálico que los franquiciados que era recogido por recaudadores. Durante el registro a la casa de Colman, se hallaron 400.000 euros en efectivo. La trama tenía un sistema informático, conocido como el botón del pánico, con el que borrar la contabilidad B de los servidores desde cualquier lugar. A este dispositivo tenían acceso el propio Colman y varios directivos.
Las operaciones extrañas no quedan ahí. Las cuentas de US Mississippi Invers, sociedad que según el Registro Mercantil es la administradora única de Laboratorio Lucas Nicolás, franquiciadora de la marca Vitaldent, arroja que el año pasado pagó en forma de dividendo 23 millones a su socio único, la empresa luxemburguesa Dental Finance, cuya matriz última es Dental International. El destinatario final no es otro que Ernesto Colman. El importante dividendo pagado con cargo al ejercicio 2014 es llamativo a la vista de que según la contabilidad consultada por Cinco Días, la firma arroja unas reservas negativas de 23 millones tanto en 2014 como en 2013.
La OCU pide inspecciones en las clínicas Vitaldent
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) remitió ayer varias cartas a las diferentes consejerías de Sanidad de las distintas comunidades autónomas, en las que pide que se investiguen las clínicas de Vitaldent para garantizar que los clientes reciben su tratamiento o la devolución de su dinero en el caso de fallos en el servicio.
En un comunicado, la OCU sostiene que dichas inspecciones deben ser de oficio para garantizar las condiciones en las que las clínicas están prestando sus servicios y la continuidad de los mismos. Con independencia del daño económico que supone para los usuarios la prestación en condiciones deficientes del servicio o la interrupción del mismo, la organización advierte sobre el perjuicio para la salud que puede suponer la demora o la interrupción de los tratamientos en curso para los pacientes. Por ello, solicita que se tomen estas medidas con la mayor urgencia posible, ya que los últimos acontecimientos pueden alterar el funcionamiento normal de las clínicas, afectando al servicio que reciben los usuarios.
Además, demanda que en caso de que alguna de las clínicas Vitaldent no pudiera hacer frente a sus obligaciones con los usuarios, se buscaran los mecanismos adecuados para poder garantizar la continuidad de los tratamientos ya iniciados en aras de preservar la seguridad y el derecho a la salud de los pacientes.
Vitaldent reiteró ayer un “mensaje de tranquilidad” y aseguró que todas sus clínicas “continúan funcionando con normalidad y todos nuestros pacientes están siendo atendidos”. En una rueda de prensa, insistieron en “resaltar que la investigación judicial en curso no guarda relación con la actividad diaria”.