Un directivo directo de fábrica
Apasionado por la industria de la automoción y con una amplia experiencia internacional, el nuevo presidente de Anfac ha desarrollado toda su carrera en General Motors
Si hay algo que apasiona a Antonio Cobo (Bérchules, Granada, 1957) es la industria del automóvil. A ella ha dedicado toda su carrera y para ella trabajará con todavía más ahínco como nuevo presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Ilusionado por esta etapa que comienza, Cobo, punto de referencia del gigante estadounidense General Motors en España, fue elegido la pasada semana por unanimidad en la asamblea de la organización para convertirse en su máximo dirigente y capitanear al sector a la hora de afrontar los nuevos retos que tiene por delante.
Más de 2,7 millones de automóviles produjo en 2015 la industria española del motor, según datos de la patronal, superando así tanto la cifra del año anterior como sus previsiones. El dato se sitúa poco a poco más próximo al objetivo de tres millones de unidades que Anfac pretende alcanzar con su Plan 3, planteado en 2012 y de cuya ejecución se encargará a partir de ahora este ejecutivo considerado una referencia en el mundo de las plantas de producción a las que ha dedicado la mayor parte de sus esfuerzos.
Y es que lo que más destacan quienes han trabajado con Antonio Cobo es su cercanía a los equipos y su implicación en el día a día de las fábricas. En la actualidad, gran parte de su tiempo lo pasa en la de la firma Opel en Figueruelas, Zaragoza, donde cuentan que se para constantemente con los empleados a comentar diferentes asuntos. Coinciden en que es alguien cercano y de buen trato, con madera de líder pero que también se interesa por contar con sus colaboradores y conocer sus opiniones.
Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Granada, se incorporó a General Motors con 24 años, completando su formación en las plantas de Opel en Alemania y en el Centro Ténico de Desarrollo de la Compañía. También pasó unos años en el país germano ya como trabajador y más tarde se trasladó a la capital del estado de Michigan, en Estados Unidos, donde colaboró en la puesta en marcha de una nueva planta en la que ocupó después el puesto de director de calidad. El nuevo presidente de Anfac formó parte de los equipos de desarrollo de modelos tan relevantes para Opel como Meriva, Corsa, Tigra y Agila. Regresó a España tras sus diferentes experiencias internacionales en 2005 para ejercer ese mismo cargo en Figueruelas.
A este ámbito ha dedicado Cobo varios años de su carrera y, tal vez por ello, continúa dándole una gran importancia: dicen que presta mucha atención a todos los detalles relacionados con este tema y tiene el claro objetivo de conseguir que la factoría que dirige alcance un buen nivel de calidad. Su labor en esta área le ha hecho merecedor de diferentes reconocimientos como el de Líder Europeo en esta materia, otorgado por la Organización Europea para la Calidad.
Exigente con sus equipos, pero sobre todo consigo mismo, Cobo se maneja sin problema tanto en inglés como en alemán
Otro de los aspectos del negocio que más le preocupa es la competitividad. Convencido de que la industria automovilística española ha avanzado mucho en este sentido, pero también de que no debe que relajarse y tiene que seguir mejorando. “Hay muchas cosas por hacer en el plano de la competitividad, así que esta oportunidad de estar representando al mayor sector industrial del país será un permanente estímulo para mí”, aseguraba con motivo de su nombramiento al frente de Anfac.
El nuevo presidente de la patronal automovilística está también convencido de que la industria está desempeñando un papel muy relevante en la economía y, especialmente en el cambio de modelo productivo que apunta que está viviendo el país. Un cambio en el que quiere que el automóvil sea protagonista.
Exigente con sus equipos, pero sobre todo consigo mismo,Cobo se maneja sin problema en alemán y en inglés con los directivos de la multinacional en la que ha forjado su carrera. Gran parte de ese dominio de los idiomas se debe a su experiencia internacional, en la que también se encuentran proyectos con otras compañías (por ejemplo, con Suziki en Japón, Autovas en Rusia y Heuliez en Francia).
Casado y con dos hijos, lo que apasiona a este ejecutivo en el plano personal es la naturaleza y todos los deportes que le permiten disfrutar de ella, como el esquí, el senderismo o el ciclismo de montaña. También le gusta escaparse siempre que puede a su pueblo natal, en la alpujarra granadina. Sin embargo, pese al gran apego que todavía tiene por su tierra, sus conocidos consideran que Cobo es todo un maño de adopción. Su profesión le llevó a la región aragonesa a la que ahora está igualmente muy unido.
Quienes han trabajado con él consideran que es alguien tenaz que no se da fácilmente por vencido y que pone una gran pasión en todos los proyectos que emprende. “Me encuentro muy ilusionado para afrontar los nuevos retos de la industria”, ha asegurado con respecto a su nuevo cargo.
Cobo es de los que opina que el miedo no es un buen compañero de viaje, de hecho, considera que su espíritu aventurero ha sido fundamental para llegar hasta donde está hoy en día.