Un robot decidirá dónde invierte su dinero
La gestión automatizada está despegando y para 2020 podría mover 2,1 billones de euros Las firmas Feel Capital e Indexa Capital son las pioneras en España
El 10 de febrero se cumplirán 20 años desde que el ordenador Deep Blue venció a Gary Kasparov, uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos. La robótica y la inteligencia artificial llevaban décadas desarrollándose, pero este acontecimiento acercó al gran público el poder de la computación para llevar a cabo actividades que parecían hasta entonces parcelas exclusivas del intelecto humano.
El implacable avance de las máquinas está llegando a otro ámbito teóricamente vedado a los ordenadores: el asesoramiento para tomar decisiones de inversión. En Estados Unidos, han surgido en los dos últimos años cientos de empresas que intentan hacerse un hueco en este nuevo nicho, y han logrado cerca de 20.000 millones de dólares de capital para armarse y empezar a robar clientes a bancos y gestoras tradicionales.
El punto de partida de esta industria incipiente es muy básico: los asesores financieros y los gestores de fondos no son necesarios. O no tanto como ellos creen. Su labor la puede desempeñar de una forma más eficiente, más barata e incluso más honesta programas de ordenador que monitorizan al segundo la evolución mundial de los mercados de acciones y bonos y deciden en cada momento cómo mover las inversiones.
Las ventajas de apostar sin pasión y sin sesgos
La mayor parte de los gestores de fondos tienden a invertir más en su país de origen que en otros, aunque el mandato del instrumento que administran les confiera plena libertad para apostar por compañías o bonos de otros países. Es el conocido como sesgo nacional, y una de las razones por las que una metodología de inversión más fría y calculada, como la que propone la gestión automatizada de carteras, tiene visos de ganar mucho terreno a la gestión tradicional.
Las investigaciones en finanzas conductuales han establecido que existen al menos 15 claros sesgos que hacen que las inversiones no sean tan eficientes como debieran. Al mencionado sesgo nacional se suman el “sesgo retrospectivo” –tomar decisiones valorando hechos pasados con datos actuales–, el “sesgo del equilibrio” –cuando se generan pérdidas el gestor toma decisiones erróneas que lo único que buscan son compensarlas a corto plazo–...
El Instituto de Investigación de Credit Suisse junto con la Universidad de Zurich elaboraron un estudio donde encontrado estas pautas erróneas de comportamiento en las decisiones de los gestores más profesionales.
En cambio, si fuera un ordenador que toma las decisiones en base a una serie de parámetros y ecuaciones será más difícil que caiga en este tipo de errores tan humanos.
Al margen de que los robot puedan tomar decisiones más desapasionadas y certeras, el simple hecho de que la inversión basada en índices (conocida como gestión pasiva) es mucho más barata que la gestión activa (basada en la toma de apuestas por parte de gestores). Solo vía comisiones, la diferencia de rentabilidad puede ser muy grande, llegando fácilmente al 2% anual para plazos largos.
De acuerdo con un reciente estudio de la consultora A. T. Kearney, este ejercicio podrían acabar gestionados por robots activos por valor de 500.000 millones de dólares. Para 2020 su proyección indica que la industria de la gestión automatizada de carteras llegará a 2,2 billones de dólares.
Desembarco en España
Esta tendencia en el mundo de la gestión de activos saltó hace dos años a Reino Unido, y ahora empiezan a aparecen las primeras plataformas 100% españolas. Una de las empresas pioneras es Feelcapital, fundada por Antonio Banda (exdirector de inversiones de Bankinter Gestión de Activos). De acuerdo con los últimos datos facilitados por la compañía, al cierre de 2015 estaban asesorando de forma automatizada a fondos por un importe de 900 millones de euros.
Otra firma pionera es Indexa Capital, fundada por Unai Ansejo Barra, François Derbaix y Ramón Blanco, y que empezó a captar clientes hace poco más de un mes. Desde la entidad se asegura que se trata del único gestor automatizado que ha sido autorizado por la CNMV. Su gancho comercial es que son capaces de lograr mayor rentabilidad potencial del ahorro al tener unas comisiones y costes que son, de media, un 80% más bajos que los que actualmente ofrecen los bancos y fondos en España. El martes anunciaron la incorporación de dos pesos pesados a su comité asesor:Manuel Conthe (expresidente de la CNMV) y Luis Martín Cabiedes (especialista en la promoción de nuevas firmas tecnológicas).
Inversión a través de ETF y fondos cotizados
Los gestores automatizados son unos asesores de inversión que construyen sus carteras mediante la inversión en una amplia gama de fondos cotizados (ETF, en sus siglas en inglés). Sus elemento de programación permiten ajustar esas carteras, reinvertir dividendos, compensar pérdidas fiscales e incluso invertir en mercados internacionales. Antes de comenzar a operar, el inversor tiene que definir sus objetivos, establecer cuál es su perfil de riesgo, su edad e ingresos, y el programa hará el resto.
Martín Huete (exdirector de inversiones de Caja España) es uno de los mayores especialista en la irrupción de nuevas tecnologías en la industria de la gestión de activos. A su juicio, la llegada de la gestión automatizada de carteras (conocida en inglés como robo-advisors, por robotic advisors) va a ser un maremoto que va a cambiar por completo la fisionomía de un sector que está controlado en un 90% por grandes grupos bancarios.
“Estas fórmulas añaden valor mediante la asignación automatizada de activos de la manera más global y diversificada posible, adaptada al individuo y su perfil de riesgo exclusivamente. Compran el mundo en su globalidad. El tratar de adivinar cuando estar o no en el mercado, o en qué mercados estar, para el común de los inversores, es un ejercicio tan patético como inútil que sólo genera comisiones y ríos de tinta. Si a esto le añades una inversión sistemática en esa cartera, olvidándote de si suben o bajan los mercados, las probabilidades de éxito son exponenciales”, explica Huete.
Otra de las grandes ventajas de los robo advisors es que pueden operar con comisiones bajísimas. La asignación de activos se instrumenta en productos “low cost”; como los fondos índice o los ETF. Este tipo de instrumentos de inversión se basa en replicar la evolución de los principales índices bursátiles:el Ibex 35, el Eurostoxx 50, el Dow Jones, índices sectoriales. Como simplemente siguen la ponderación de empresas decidida por un comité no tienen que tomar decisiones de inversión, por lo que pueden ser muy ágiles y baratos. Además, diversos estudios han demostrado que tan solo una pequeña parte de los fondos dirigidos por gestores son capaces de batir a sus índices de referencia.
Otra ventaja que destaca Huete es que los gestores automatizados son “transparentes” ya que “el inversor sabe perfectamente cuáles son sus costes por el servicio de gestión, sin costes ocultos, sin gastos de ejecución, intermediación, transferencias o retrocesiones”.