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Columna
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Una importante tregua con Google

Tal vez la tregua fiscal de Reino Unido con Google parezca algo pequeño, pero es una señal de cambio. La división británica del motor de búsqueda ha dicho que abonará 130 millones de libras (unos 170 millones de euros) adicionales en impuestos atrasados desde el inicio de 2005 hasta junio de 2015, llevando la factura de su contribución total para ese período hasta los 200 millones de libras. Google logro 24.000 millones de libras en ingresos en Reino Unido durante ese período, según cálculos de Reuters. ¿Es esto mejor que nada? Sin duda sí.

Los cálculos rápidos muestran que Google podría haber pagado casi 10 veces más. Pero nos guste o no, Google no merece pagar retroactivamente esa magnitud de impuestos a Reino Unido. Puede que haya empleado técnicas para minimizar la tributación internacional, incluidas las conocidas como doble irlandés y sándwich holandés.Pero Reino Unido solo ha tomado medidas drásticas estos últimos años, tras la introducción de un nuevo impuesto con un tipo superior para las empresas extranjeras que utilizan estas artimañas. Eso sigue siendo más de lo que muchos países han hecho para obligar a las empresas multinacionales a pagar más impuestos, a pesar del enfoque esbozado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).

Reino Unido debería haber sido más estricto en su tratamiento a Google por lo menos en un aspecto. Aunque el gigante de la tecnología ha dicho que ahora sumará en los ingresos que recibe los de los anunciantes en el Reino Unido para sus pagos de impuestos finales, no ha revelado ningún detalle de la cantidad que podría alcanzar. Se agradecería más transparencia en este sentido.

Pero la voluntad de Reino Unido para aceptar el desafío de Google, así como su llamado impuesto sobre los beneficios desviados muestra que se está al menos moviendo en la dirección correcta –una que otras jurisdicciones deberían emprender también–. En ese sentido, este acuerdo fiscal es más importante de lo que parece.

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