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Los analistas no esperan grandes decisiones

El BCE celebra el jueves su primera reunión del año en medio de la tensión general

La última ronda de medidas decepcionó al mercado y dividió al consejo del BCE

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.FREDRIK VON ERICHSEN (EFE)
Juande Portillo

En periodos de convulsión, los inversores se vuelven a escuchar las palabras de Mario Draghi como la tripulación de un barco desorientado espera el fogonazo revelador de un faro. Ante las múltiples turbulencias que asolan al mercado desde que arrancó el año, la expectación por oir lo que tiene que decir el presidente del Banco Central Europeo (BCE) es máxima.

Y eso que lo que se espera de él son solo eso, palabras. Así lo prevén los analistas en vista de lo reciente de la última batería de medidas aprobada por la institución que preside y de la división de opiniones que reina en ella. Con todo, la doble reaparición pública que se espera que protagonice Draghi esta semana viene marcada en rojo en las agendas de los inversores.

De un lado, está prevista la asistencia del presidente del BCE al Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), que se celebra desde este miércoles hasta el próximo sábado. Una cita a la que también han confirmado su asistencia la directora general del FMI, Christine Lagarde o el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim entre los 2.600 asistentes de 81 países que acuden a la cita.

A falta de ver qué mensaje trasciende desde los Alpes, Draghi comparecerá ante la prensa el jueves tras la reunión del consejo de gobierno del BCE para explicar las decisiones del organismo. Será entonces cuando deba aclarar la estrategia del banco central ante el periodo de convulsión internacional que asola los parqués.

No se esperan grandes novedades. La semana pasada, la publicación de las actas de la reunión de diciembre reveló que las medidas adoptadas entonces, encarecer la tasa de depósito que se cobra a la banca hasta el 0,30% y ampliar el programa de compra de deuda, ya dividió profundamente a los miembros del consejo. Y eso que el calado de la batería de actuaciones decepcionó fuertemente al mercado.

“Las instituciones tienen su orgullo”, asumen los analistas de Bank of America Merrill Lynch, para avanzar que no esperan que el BCE apruebe un nuevo paquete de iniciativas tan pronto.

Así, aunque la inflación no esté en la senda prevista por el organismo –con el crudo tirando con fuerza de los precios a la baja– y el descalabro en los mercados sea evidente, la decente situación de los valores macroeconómicos europeos permitirá a buena parte del consejo seguir reclamando tiempo para que las medidas ya adoptadas surtan su efecto, auguran los analistas. “No creemos que el BCE esté aún dispuesto a revisar su arsenal”, concluyen.

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