La lista de deficiencias que acabó con Dracon
La historia de Dracon Partners sería una más en el historial de firmas que, con autorización oficial o sin ella, han sido investigadas y sancionadas (1,87 millones en este caso) por la CNMV. A los ingredientes habituales, como promesas de dinero fácil, comerciales agresivos y un crecimiento exponencial, se suma esta vez la denuncia de la propia Dracon contra la CNMV, presentada en 2012, por una presunta trama de corrupción en el seno del supervisor. La denuncia ha dado lugar a una investigación de la policía, a través de la UDEF, este 2015.
El informe en el que la CNMV se basó para revocar el permiso (fechado en julio de 2012), al que ha tenido acceso CincoDías, refleja una larga lista de deficiencias. El procedimiento contra Dracon se inició en marzo de 2012, tres meses después de que la firma pidiese pasar de Eafi a agencia de valores.
Según la CNMV, Dracon, a través de una filial, dio continuidad al negocio de otra firma, ASG Consultores (cuya autorización para convertirse en Eafi fue rechazada por el supervisor), un call center con varias decenas de comerciales. Dracon no informó a la CNMV de este call center, situado en la calle Mijancas de Madrid, pese a que fue la vía a través de la cual la firma asesoró en la inversión en productos complejos a clientes minoristas. Dracon, a su vez, argumentó un engaño por sus propios trabajadores y denunció ante la policía el robo de equipos informáticos. Estas son las principales deficiencias detectadas por los inspectores en el informe que dio pie a la revocación del permiso (distinto del expediente sancionador).
- Control interno. Según la CNMV, la Eafi no implantó un sistema de auditoría interna al considerar que no iba a ser necesario, pese a que el tipo de asesoramiento (warrants y CFD) así lo aconsejaba. Además, la propia administradora de la entidad era la encargada del cumplimiento normativo. Dos elementos que, según el informe, podrían explicar el descontrol de la sociedad en cuanto a los test de idoneidad o el déficit de control sobre las actividades del call center y que resultan “completamente incompatibles con un gestión sana y prudente”.
- Contabilidad. La firma encargada de llevar la contabilidad, Lex Consulting, recogía los apuntes contables registrados informáticamente en las sedes de Dracon. Margarita Santana, administradora de Lex, declaró a la CNMV que nunca recibió ninguna factura original.
- Trato con los clientes. Los test de idoneidad de cara a la inversión estaban sesgados para determinar en los inversores un perfil “arriesgado” o “decidido”: el 98% de los clientes que pasaron por Dracon fueron asignados a este perfil. Hasta 2012, de los 610 clientes de Dracon, solamente 17 recibieron recomendaciones sobre fondos o renta variable: al resto solo se les asesoró sobre warrants y CFD, productos complejos y de alto riesgo, concretamente seis o siete productos.
- Política generalizada. “Estos hechos afectan gravemente a los intereses de los inversores”, explica la CNMV, “exponiéndolos a riesgos no deseados y de los que no son conscientes”. Añade que este servicio se ha prestado de forma deficiente para un alto número de inversores, lo que descarta que se trate de una actuación esporádica o aislada.
- Obstáculos a la investigación. Dracon impuso trabas a la actuación de la CNMV cuando esta decidió investigar. Concretamente, el día de la inspección (5 de marzo de 2012) la empresa obligó a los trabajadores a abandonar el call center y elaboró manuales de procedimiento inexistentes solo para simular a la CNMV su aplicación.
- Trabajador reincidente. La empresa ocultó a los inspectores quién dirigía las labores de captación. Se trataba de Francisco Guillén, administrador único de Aurea Valores, un chiringuito financiero multado con 16 millones de euros en 2008. Guillén, además, confirmó ante la CNMV que el trabajo del call center era una continuación de las labores de captación de otra firma domiciliada en el mismo domicilio, ASG Consultores, sociedad a la que CNMV rechazó la solicitud para darse de alta como Eafi en 2010 y a quien requirió cesase su actividad. En 201 esta firma fue condenada por un juzgado madrileño a devolver dinero a un cliente.
- Reclamaciones. La empresa no aportó a la CNMV el registro de reclamaciones de clientes: aportó siete expedientes, cuando Lex Consulting, a requerimiento de la CNMV, aportó 21 reclamaciones.
- Auditoría. Dracon tampoco aprobó las cuentas de 2011 ni el informe de auditoría, con lo que la CNMV no pudo comprobar la verdadera situación de la firma.
- Autorización irregular. Adicionalmente, la CNMV asegura que Dracon obtuvo la autorización para operar de forma irregular: preveía una estructura de tres personas y un importe de cifra de negocio de 170.000 en 2010. En diciembre de ese año tenía seis empleados, más 30 en el call center, e ingresó 908.000 euros. En 2011 facturó 4,1 millones, con 80 empleados.
La causa fundamental fue la absorción de las actividades de ASG tras la denegación del permiso a esta firma. Según la CNMV, todos los indicios apuntan a una sucesión de actividades entre ASG y Dracon Hispania, sociedad domiciliada en el call center de Mijancas. Así, aunque Dracon se postuló como Eafi para profesionales, según la CNMV su actividad se dirigió, de forma intensa, a minoristas a través de este call center. No pidió la autorización para ello hasta marzo de 2011.
Pérez Frutos recurre al Supremo la sentencia de la Audiencia
La batalla judicial entre Sara Pérez Frutos y la CNMV tuvo un primer desenlace el pasado 26 de junio en una sentencia de la Audiencia Nacional. La exadministradora de Dracon Partners interpuso una demanda en contra de la decisión de la revocación de la licencia de Eafi. Asegura que los hechos del supervisor “no son ciertos ni tienen una base probatoria consistente, para la adopción de una medida tan lesiva; que los pocos hechos o irregularidades que si pueden tener algún fundamento son de muy escasa relevancia y además fueron debidamente subsanados cuando la CNMV se lo advirtió a la actora y que la sanción quiebra gravemente el principio de proporcionalidad, el de defensa y el de presunción de inocencia del administrador”. La sentencia desestima el recurso contencioso administrativo contra la decisión de la CNMV.
Pero Sara Pérez Frutos explica a este diario que ha recurrido el fallo al Tribunal Supremo y que este ya lo ha admitido a trámite. La exadminsitradora de Dracon explica además que en la querella que afronta ahora en los juzgados de Plaza de Castilla –está en fase de instrucción y ahora están declarando parte de su plantilla ante la jueza– la UDEF ha dado su punto de vista. En esta querella están representados por Evolutiza Abogados más de 20 afectados. Pérez Frutos explica que su abogado es Adolfo Prego de Oliver Puig de la Bellacasa, de Adolfo Prego Abogados, que la defiende en la querella y además lleva el recurso de casación ante el Supremo. Pérez Frutos añade que si no ha hablado antes con los medios de comunicación ha sido por recomendación expresa de la policía, y afirma que su primera denuncia ante la UDEF fue previa a la retirada de la licencia. “La interpuse el 24 de mayo de 2012, cuando la licencia se me retiró en octubre”, sentencia.