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¿Por qué España (no) fue rescatada?

¿España se libró del rescate, como proclama Rajoy, o fue intervenida como acusa la oposición?

Es probable que hasta el 20 de diciembre arrecie el debate sobre si España fue o no rescatada durante la legislatura de Rajoy. Gobierno y oposición defenderán tesis contrarias. Incluso las instituciones europeas dudan sobre cómo clasificar unos datos y hechos todavía sujetos a interpretación.

A priori, sin embargo, la conclusión parece ser que España no fue rescatada. O al menos, no fue rescatada como los demás países del euro en dificultades.

El 25 de junio de 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy solicitó al Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) un programa de asistencia de hasta 100.000 millones de euros para financiar la reestructuración de una parte de la banca española. La ayuda se canalizaría a través del fondo de rescate de la zona euro (MEDE).

A efectos del MEDE, la petición de España supone un préstamo equiparable al de los demás países rescatados (Irlanda, Portugal, Chipre y Grecia), porque las condiciones financieras se plasman en un contrato que no diferencia entre rescate completo o parcial. La vigilancia post-programa también es idéntica, pues el MEDE sólo debe velar por la capacidad del Estado en cuestión para reembolsar los fondos recibidos.

Pero salvo en ese punto en común, el programa de España se aleja del resto.

Para empezar, España no solicitó un programa de asistencia macrofinanciera, que es lo que habitualmente se conoce como "rescate" de los países que no logran financiarse por sí mismos. España pidió un programa de recapitalización bancaria, cuya regulación y condiciones es diferente del rescate completo o de las líneas de emergencia.

Pero las diferencias no son sólo legales. La prueba más tangible, pero no única, de que se trata de otro tipo de ayuda es que en el tipo de programa solicitado por España no puede participar el Fondo Monetario Internacional porque no dispone de un instrumento de recapitalización bancaria similar al del MEDE.

Por eso, en España nunca ha estado la troika como tal (CE, BCE y FMI) y el FMI, que no se juega ni un euro, sólo ha participado en las visitas como observador.

Las condiciones de rescate completo y de un plan de recapitalización bancaria también varían. Los de Grecia, Irlanda o Portugal iban acompañados de un exhaustivo Memorándum sobre reformas y ajustes (el de Irlanda, por ejemplo, tenía 38 páginas).

El Memorándum del programa español (16 páginas, un tercio del irlandés) se centraba en la banca y entre las 32 condiciones detalladas no había ninguna sobre política económica o laboral. La liberación de los fondos (al final se desembolsaron 41.300 millones en total) no estaba sujeta al cumplimiento de condiciones macroeconómicas.

Eso no quiere decir que España no este sometida a vigilancia. Pero se hace a través de los procedimientos de déficit excesivo y de desequilibrios macroeconómicos excesivos. Esos procedimientos no tienen nada que ver con los rescates y se aplican también a países como Francia que no han pedido ninguna ayuda.

Pero quizá el argumento más tajante en contra de la tesis de que España fue rescatada se encuentre en el Banco Central Europeo.

Poco después de que España solicitase el plan bancario, el BCE puso en marcha la llamada OMT (Transacciones monetarias directas), un programa de compra de deuda pública diseñado para "rescatar" a dos países del tamaño de España e Italia (su deuda pública, sumada, cuadriplica la de los cuatro países rescatados hasta ahora).

El presidente del BCE, Mario Draghi, ofreció su plan a todo aquel país que aceptase someterse "a un programa completo de ajuste macroeconómico" a través del MEDE. Al mismo tiempo, suspendió el programa anterior (SMP) que había permitido a Madrid y a Roma beneficiarse de las compras de deuda del BCE sin necesidad de someterse a ningún programa.

Con el OMT sobre la mesa, la suerte parecía echada para España e Italia. Tanto el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, como Mario Monti, primer ministro italiano en 2012, han reconocido después que sufrieron grandes presiones para que se guarecieran bajo el nuevo e ilimitado paraguas del BCE. El precio estaba claro: pedir un rescate completo al Eurogrupo y apechugar con las condiciones.

Pero tanto Rajoy como Monti se resistieron. Y ni España ni Italia pidieron el rescate, por eso el paraguas no llegó a abrirse y ni siquiera se sabe cómo hubiera funcionado la OMT (el BCE mantiene en secreto las condiciones exactas del nonato programa).

Si España hubiera sido rescatada en junio de 2012, como sostienen algunos, el BCE podría haber puesto en marcha la compra de deuda prevista en la OMT. En cambio, al no pedir el rescate, España perdió esa oportunidad y sólo logró librarse del rescate porque las condiciones del mercado empezaron a mejorar a partir de 2013.

Pero como casi con todo en Bruselas, la explicación puede seguir otra vía. La OMT no se puso en marcha por las dudas legales sobre su existencia planteadas desde Alemania, que tardaron meses en resolverse en los tribunales. De no ser por esos pleitos, a España le hubiera bastado el rescate bancario para acogerse a la compra de deuda.

Conclusión. España pidió ayuda financiera. A primera vista, puede decirse que España no fue rescatada. Pero habrá quien interprete (tal vez con razón) que se trató de un rescate en toda regla. Y habrá quien se aferre a esa tesis... al menos hasta el 20 de diciembre.

Foto: Vías del Metro, estación Delacroix, Bruselas. (B. dM., 18-10-2015).

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