El mundo se enfría, España resiste
La inflación volverá a tasas positivas en 2016 La tasa de paro bajará del 20% por primera vez desde 2010
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja las perspectivas económicas de la gran mayoría de los países del mundo por la confluencia de tres factores que han configurado una tormenta perfecta. La desaceleración de la economía china y su impacto negativo en los intercambios comerciales con sus principales socios comerciales; el desplome del precio de las materias primas, en especial el crudo, y su efecto en las cuentas de los grandes productores como Canadá, Noruega o Australia; y la posibilidad de que la política monetaria expansiva en EE UU toque a su fin en el corto o medio plazo.
En 2015, el crecimiento mundial será del 3,1% frente al 3,3% previsto en julio y el 3,5% estimado en abril, con una revisión a la baja de una décima para los países desarrollados y de dos décimas para los emergentes (será el cuarto año consecutivo en el que el crecimiento será inferior al del anterior ejercicio). De las 16 grandes economías que analiza en detalle el FMI, doce de ellas sufren revisiones a la baja y tan solo cuatro (Francia, Italia, España y Reino Unido) no ven alteradas sus previsiones de crecimiento o incluso las ven mejoradas. Entre esos cuatro países sobresale el caso de España, que ha visto sensiblemente mejoradas sus previsiones en los últimos seis meses. El organismo dirigido por Christine Lagarde estimaba un crecimiento del PIB del 2,5% para 2015 y del 2% para 2016 en abril. Tres meses después lo revisó al alza hasta el 3,1% y al 2,5% respectivamente. Finalmente, en octubre, las mantiene intactas. De esta manera, España será la economía desarrollada en la que el PIB crecerá con más fuerza en 2015, mientras que en 2016 tan solo será superada por EE UU, con un alza del crecimiento del 2,8%. Unas previsiones más acordes con las que el Ejecutivo remitió a Bruselas en el Plan de Estabilidad, en las que preveía un crecimiento del 3,3% para este año y del 3,1% para 2016.
Cuatro años de superávit corriente
Un crecimiento que está teniendo su traslado al mercado laboral. El Ejecutivo prevé que este año se crearán cerca de medio millón de empleos, al igual que sucedió en 2014, y eso llevará, según el FMI, a que la tasa de paro baje al 21,8% este año y al 19,9% en 2016. Si esa previsión se confirma, la tasa de paro regresaría a niveles inéditos desde el tercer trimestre de 2010, en el que el desempleo afectó al 19,6% de la población activa. Otro efecto positivo que destaca el organismo internacional es el hecho de que España encadenará cuatro años consecutivos con superávit en la balanza de pagos por el fuerte crecimiento de los servicios turísticos (España cerrará este año con otro récord de llegadas por encima de los 68 millones) y la reducción del déficit comercial. El FMI prevé que el superávit será de nueve décimas de PIB este año y de 1,1 puntos en 2016. El informe también revela que los precios de consumo cerrarán este ejercicio con una caída de dos décimas tras las tres que retrocedió en 2014. El riesgo de deflación desaparece, en paralelo a la recuperación económica, y los precios recuperarán tasas positivas en 2016 con un avance del 0,9%.
El informe del FMI hace especial hincapié en el impacto que la caída del precio de las materias primas ha tenido en los países emergentes. Maurice Obstfeld, economista jefe del Fondo, prevé que el profundo impacto que la depreciación del petróleo y de los metales ha tenido en algunas de esas economías como Rusia, México o la gran mayoría de los países latinoamericanos, se suavice el próximo ejercicio. “Prevemos un crecimiento del 4,5% para el próximo ejercicio y una subida aún mayor para los próximos ejercicios. Este rebote refleja una normalización gradual en las condiciones económicas y financieras en países que han experimentado recesiones importantes este año, como Brasil y Rusia, asi como en otros que han crecido por debajo de lo previsto, como muchas de las de Latinoamérica”.
Ajuste fiscal y gasto en infraestructuras
En cualquier caso, el informe del FMI establece como prioritario que los países emergentes, en especial aquellos más dependientes de las materias primas, apliquen de forma urgente reformas estructurales, ajustes y cambios en la política monetaria. “En países exportadores de petróleo con margen fiscal, unos precios bajos requieren una reducción del gasto público (algunos como México ya lo han hecho). No obstante, el informe sostiene que es necesario adoptar ese ajuste de forma gradual “para mantener la credibilidad de las políticas realizadas”. El organismo también sugiere que la depreciación de las monedas puede servir para compensar el impacto de la caída de los intercambios comerciales. “No existe una receta única para cada país. Sin embargo es necesario, tanto para desarrollados como emergentes, que se aplique el ajuste fiscal donde haya margen y que se fomente la inversión en infraestructuras. Parece algo obligatorio en un escenario de bajos tipos de interés a medio plazo”.