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Llama a otras empresas a sumarse a la iniciativa

La A.M.A. dona un millón de euros para los refugiados

En el acto intervinieron Diego Murillo (de A.M.A.) y el padre Ángel Con esta ayuda la Mutua acompaña a otras entidades españolas, como Telefónica

Diego Murillo (A.M.A.) el padre Ángel, tras intercambiarse el cheque y la paloma de la paz.
Diego Murillo (A.M.A.) el padre Ángel, tras intercambiarse el cheque y la paloma de la paz.Pablo Monge

El éxodo masivo de refugiados que está llegando a Europa, en su mayoría sirios y afganos que huyen de la guerra y la devastación que asola sus países, ha provocado un raudal de solidaridad. Empresas, particulares e instituciones se están volcando en la ayuda. Una de estas entidades es la Fundación Mensajeros de la Paz, que verá multiplicada su capacidad de acción y asistencia en estas regiones, gracias a la donación de un millón de euros que hoy ha recibido de la Mutua de Profesionales Sanitarios (A.M.A.). La iniciativa supone la apertura de una cuenta bancaria para que todo el que quiera pueda donar dinero y así ir aumentando esta cifra inicial.

El acto de entrega del cheque se celebró en la sede central de A.M.A. y contó con la asistencia de su presidente, Diego Murillo, y el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz. Este, tras recibir tan generoso donativo, obsequió en agradecimiento al presidente de la aseguradora con la figura de una paloma de la paz.

Otras empresas

Son varias las entidades españolas que se han sumado a la ayuda a los refugiados. La Mutua de Profesionales Sanitarios se une a otras, como el Real Madrid, que donó en septiembre un millón de euros, o Movistar, que puso en marcha una campaña para recaudar fondos con su escuadra ciclista.

Las terribles imágenes, que se han mostrado en los medios de comunicación durante las últimas semanas, han sido el impulso que ha propiciado esta iniciativa, según explicó Murillo. “A los 15 consejeros de la institución nos han impresionado las escenas de niños indefensos perseguidos y acosados con pelotas de goma y gases lacrimógenos. Nos han estremecido las imágenes de las familias huyendo y cruzando las fronteras. Son sucesos muy duros que hacen que aquí no podamos quedarnos parados”, afirmó.

La donación, además de suponer una enorme ayuda para las labores de asistencia que realiza la fundación, es un llamamiento para que otras compañías e instituciones se vuelquen con la situación y se sumen a la iniciativa. De hecho, así lo espera el padre Ángel. “Hoy es un día en el que se demuestra que un mundo mejor es posible. Nunca antes en la historia hubo una explosión de solidaridad como la que está habiendo en estos momentos, y esta donación es un ejemplo para que otras entidades hagan lo mismo”, comentó.

Así lo corroboró el propio Murillo, que animó al resto de grandes empresas e instituciones a sumarse al proyecto que encabeza la fundación, ya que, como explicó, el pequeño esfuerzo de una gran compañía puede ayudar enormemente. “Nuestra donación procede directamente de la organización y de sus resultados. Somos más de 600.000 miembros, así que esta cantidad de dinero para nosotros significa muy poco. Todo apoyo es necesario para que no volvamos a ver ningún niño muerto en la playa”.

El padre Ángel, por su parte, ahondó en lo necesaria que es la ayuda en estos momentos. “El dinero que esta sociedad nos entrega es importante, pero no menos que los diez euros que me dio el otro día una señora mayor en la parroquia para ayudar a los refugiados. Mientras estamos a la espera de lo que hagan las autoridades, estamos trabajando nosotros”.

Por el momento, Mensajeros de la Paz, fundada en 1962 por el propio padre Ángel, ha acondicionado las instalaciones con las que cuenta en el Pozo del Tío Raimundo, en Madrid, para albergar a 40 familias, así como otras en Toledo o Canarias. “No obstante, desde la fundación llevamos muchos años atendiendo a los refugiados en las zonas más próximas a los conflictos”, señala el sacerdote. “Hemos levantado puestos de comida ambulantes que reparten más de 7.000 platos calientes cada semana en Jordania, damos ropa y abrigo a más de 1.500 personas cada día, hemos llevado una ambulancia y hemos construido varias casas prefabricadas”, añade.

La voz del sacerdote es, por lo tanto, una autoridad más que experimentada para hablar sobre este tema y sabe de primera mano lo que estas ayudas significan para las miles de personas desplazadas. “Doy las gracias a la Mutua de Profesionales Sanitarios en nombre de la fundación, y también en la de los propios refugiados”, concluyó.

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