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Columna
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Volkswagen: hacia una gestión en paz

Volkswagen se acerca al fin de una enconada guerra en sus salas de juntas. El fabricante de automóviles más grande de Europa permitirá a su consejero delegado Martin Winterkorn permanecer en su actual cargo durante los próximos tres años. Eso lo descarta como presidente potencial, pero es alentador para los inversores.

El nuevo contrato de Winterkorn es un revés a su carrera disfrazado como triunfo. Sobrevivió a un intento de derrocamiento del envejecido patriarca Ferdinand Piech en abril. Ahora, Winterkorn probablemente tendrá que olvidar su ambición de sustituir a Piech como presidente: tendrá 71 años cuando su mandato como consejero delegado expire en diciembre 2018.

Esto aumenta las probabilidades de que Volkswagen pueda contratar a un presidente independiente y externo. Además de Winterkorn, no hay ningún candidato interno creíble para sustituir a Piech. El nuevo presidente debe tener energía para supervisar 12 marcas que van desde motos hasta camiones pesados y motores de barcos. Al mismo tiempo, Volkswagen necesita la mirada fresca y sin prejuicios y la perspectiva y la estructura que solo alguien externo puede proporcionar.

En cualquier caso, hará falta algo más que un nuevo presidente para que Volkswagen parezca una empresa normal dirigida según el interés de los accionistas externos. La familia Piëch-Porsche tiene poco más del 50% de los votos con el 32,2% del total de acciones en circulación. El Estado de Baja Sajonia tiene derecho de veto sobre las decisiones clave. Y, tradicionalmente, el sindicato IG Metall ejerce mucho poder en Wolfsburgo.

Volkswagen tiene marcas premium fuertes, un balance sólido, tecnología de vanguardia y economías de escala que podría utilizar de manera más eficaz. Hasta ahora, se ha visto afectada por una dirección deficiente. Ahora tiene una oportunidad real de cambiar de marcha.

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