Cinco claves para ahorrar 190.000 euros para la jubilación
Los planes de pensiones son el producto por excelencia para acumular patrimonio
Acumular 190.000 euros para la jubilación parece un sueño solo al alcance de muy pocos. Pero... ¿quién no querría tener ese dinero para poder hacer el viaje de su vida o comprar un apartamento en la costa? La cifra, aún siendo elevada, puede estar al alcance de muchas más personas de lo que parece. Basta con cumplir cinco premisas:empezar joven, ser constante, ir subiendo poco a poco las aportaciones, buscar productos con bajas comisiones y no tener miedo riesgo.
“A mis amigos siempre les digo que se pongan a ahorrar cuanto antes, porque la pensión pública que cobrarán será un 25% inferior a las de ahora”, explica Gregorio Gil de Rozas, jefe de previsión social en España de Towers Watson. “Da igual que lo hagan con depósitos, fondos de inversión, comprando inmuebles o con planes de pensiones..., lo importante es empezar ya”.
El producto por excelencia para acumular patrimonio de cara a la jubilación es el plan de pensiones. Este instrumento permite deducir de la base imponible del impuesto de la renta las aportaciones realizadas –hasta 8.000 euros–, lo que aligera la factura fiscal, y están diseñados con visión de largo plazo.
Si se empieza a ahorrar a los 30 años, aportando 100 euros al mes el primer ejercicio e incrementando el ahorro a 110 euros el segundo año, y así sucesivamente, alcanzar un volumen de ahorro cercano a los 200.000 euros es más que plausible. Aun asumiendo rentabilidades anuales moderadas (de poco más del 3%).
El inicio: Mejor con 30 años que con 35
La máxima más importante al plantearse el ahorro de cara a la jubilación es comenzar cuanto antes. En un país con una tasa de paro juvenil superior al 50% y donde el sueldo más habitual es de 1.000 euros al mes resulta casi obsceno hablar de ahorrar para la jubilación. Aun así, hay capas de población que se van incorporando al mercado laboral, y que ya pueden plantearse destinar una pequeña parte de su salario a realizar una aportación a un plan de pensiones.
Cinco claves para tener un buen complemento a la pensión: empezar pronto, tener constancia, aportaciones crecientes, bajas comisiones y asumir algo de riesgo
“Albert Einstein decía que el interés compuesto es la mayor fuerza del universo, pero en realidad quería decir que la constancia es la que logra objetivos importantes”, apunta Francisco Marín, presidente del comité de servicios a asociados de la European Financial Advisor Association (EFPA), en España. El dinero que se aporta con 30 años a un plan genera rendimientos durante 37 ejercicios, mientras que lo que se ahorra con 57 años de edad solo aporta rentabilidad 10 años. Además, empezar pronto permite asumir mayores riesgos. Dado que se trata de un ahorro a largo plazo (solo podrán comenzar a recuperarse las aportaciones que tienen más de 10 años de antigüedad), se puede apostar en los primeros años por un plan que tenga algo de renta variable, asumiendo que puede haber ejercicios con retrocesos pero que, a la larga, las rentabilidades serán atractivas.
Aportaciones: La clave está en la regularidad
La gran desventaja de los planes de pensiones respecto a otros productos financieros es su indisponibilidad. Están pensados para rescatarlos en el momento de la jubilación (o si el partícipe queda en paro o sufre una incapacidad grave). Tras la reforma fiscal se ha incluido la posibilidad de ir rescatando aquellas aportaciones que tengan más de una década, lo que atenúa la iliquidez del producto. La parte positiva de los planes es la ventaja fiscal que supone el poder reducir la base imponible del IRPF.
El problema con este beneficio impositivo es que el 90% de los ahorradores solo hace aportaciones al final del ejercicio, para aligerar la factura con Hacienda. En los meses de noviembre y diciembre es cuando las entidades financieras concentran sus campañas para realizar aportaciones. Sin embargo, los asesores financieros consideran que esta no es la mejor fórmula de ahorrar. “Lo óptimo es hacer aportaciones periódicas, preferiblemente mensuales, para desacompasar la inversión del momento puntual de los mercados financieros. Si toda la aportación se hace en diciembre, se corre el riesgo de entrar siempre cuando el mercado esté sobrevalorado”, apuntan desde una Eafi.
Ahorro creciente: Aumentar 10 euros cada año
Otro factor importante para acumular un capital de cara a la jubilación es ir incrementando las aportaciones con los años. Durante los primeros años de vida laboral lo normal es tener más gastos:una hipoteca, un crédito para la compra de un coche, los gastos de guardería y colegio de los niños... Pero al cabo de los años ese nivel de gastos va descendiendo y el sueldo suele ir creciendo (así ha ocurrido, al menos, hasta la última crisis económica).
Los planes de pensiones han rentado una media anual del 4,34% en las dos últimas décadas
En el supuesto planteado para llegar a un patrimonio acumulado cercano a los 200.000 euros se contempla ahorrar 100 euros al mes el primer año, 110 euros el segundo, y así sucesivamente, para acabar aportando 450 euros a los 65 años de edad, cuando el trabajador ya esté liberado de cargas familiares e hipotecarias. Durante los 37 años de contribuciones al plan de pensiones, el partícipe habría acumulado 124.320 euros en aportaciones, que le habrían generado una rentabilidad de 62.000 euros.
Inversión: Asumir riesgo los primeros años
Invertir con una visión de 20 o 30 años aporta una clara ventaja:el partícipe del plan de pensiones puede permitirse que durante un ejercicio su producto apenas rente, o que registre pérdidas. Lo importante es el largo plazo. “Para alguien que empieza a aportar a un plan de pensiones, y que tiene 35 o 40 años, mi recomendación es que busque un producto que destine un 40% o un 50% de su capital a renta variable. Así conseguirá rentabilidades atractivas”, explica Gregorio Gil de Rozas, de Tower Watson. En el supuesto de ahorro elaborado, se contempla que el plan de pensiones elegido pueda tener una rentabilidad media anual del 4% durante los primeros 15 años, del 3% los 10 siguientes, y del 2% los 12 últimos ejercicios (3,1% de media anual). Aunque parezca una previsión algo optimista, no lo es tanto si se analizan las rentabilidades históricas de los planes que se comercializan en España.
De acuerdo con los datos facilitados por la asociación de instituciones de inversión colectiva (Inverco), el conjunto de planes de pensiones que tienen más de 25 años de vida ha obtenido una rentabilidad media anual del 4,95%. Si se analiza la rentabilidad media de los últimos 20 años, es del 4,34%, y del 2,98% teniendo en cuenta los rendimientos de la última década (a pesar de que Europa y Estados Unidos han atravesado en este periodo la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial). Hay que tener en cuenta que estos datos han descontado ya todas las comisiones que llevan aparejadas los planes de pensiones y que engloban todas las categorías, incluidas las más conservadoras. Teniendo en cuenta únicamente los planes que invierten en renta variable, su rentabilidad media anual en las dos últimas décadas ha sido del 7,21%.
Gastos: Siempre bajas comisiones
Los gastos que cobra la gestora del plan de pensiones por administrar el ahorro para la jubilación puede parecer un tema menor, pero no lo es en absoluto. Menos aún en un entorno de tipos bajos. Teniendo en cuenta que ahora hay muchos planes de renta fija que apenas logran un 1,5% de rentabilidad al año, es muy diferente que la gestora cobre un 1% o un 0,75% de comisión.
Unos buenos gastos serían de entre el 0,7% y el 0,8% en planes de renta fija y por debajo del 1,5% en los instrumentos que invierten en Bolsa, explican desde Ocopen, la asociación de consultores de pensiones. Al cabo de muchos años, una diferencia de varios puntos básicos en la comisión de gestión puede ser crucial. Así, aportando 125 euros al mes en un plan que cobra el 1,20%, frente a otro con una comisión del 1,75%, la diferencia en un periodo de 35 años será de más de 16.000 euros.